Ricardo Trujillo Correa, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, señala que en México el 40 por ciento de las familias mexicanas está conformada por una madre que se encarga de criar a los hijos en ausencia de la figura paterna.
Esta condición, añade Trujillo Correa, “constituye una forma diferente de familia, donde nos damos cuenta que la familia nuclear clásica que nos venden en los Estados Unidos, no necesariamente es la más funcional ni tampoco la mejor”.
El investigador apunta que en el caso de la película Roma de Alfonso Cuarón, cuando se habla de un padre ausente se representa un vacío, en el caso de la mujer es la pérdida no sólo de la pareja sentimental, sino que aquélla pierde el calificativo de “respetable” dentro de la sociedad.
“El padre ausente tiene una función desde el punto de vista de la figura de la mujer, en tanto se representa con un sentido de estabilidad, no necesariamente desde lo económico, sino también de lo afectivo. Estoy en una familia, tengo mi familia bonita y desde esta perspectiva todo está muy bien. Por eso es que la mujer sufre tanto, además de la condición social y en la condición afectiva”, destaca Trujillo Correa.