En México hace falta una política pública que apoye decididamente las actividades espaciales; la Agencia Espacial Mexicana (AEM) lo hace, pero con un presupuesto limitado, por eso sus resultados son modestos, consideró José Francisco Valdés Galicia.
A esta área contribuye la UNAM con el Programa Espacial Universitario (PEU), creado en julio de 2017 y dedicado a crear sinergias entre más de 40 proyectos de investigación referentes a las ciencias espaciales que hay en esta casa de estudios, señaló Valdés, su coordinador.
“Impulsamos la formación de jóvenes profesionales en este ámbito y diseñamos, junto con el Instituto Politécnico Nacional, un nanosatélite propio para tomar fotografías desde el espacio”, afirmó.
Además, en el PEU elaboran el segundo Catálogo de Proyectos Espaciales de la UNAM, con las más de 40 investigaciones ya mencionadas y grupos de trabajo de diferentes facultades, centros e institutos de esta casa de estudios.
Gagarin
Con motivo del Día Internacional de los Vuelos Tripulados, que se conmemora el 12 de abril, el también investigador del Instituto de Geofísica recordó que en esa fecha de 1961 el soviético Yuri Gagarin hizo el primer vuelo espacial tripulado, hecho histórico que abrió el camino a la exploración del espacio, a bordo de la nave Vostok 1, siendo el primer humano en viajar al espacio exterior.
Esta efeméride también reafirma que la ciencia y la tecnología cósmica contribuyen de manera crucial a conseguir los objetivos de desarrollo sostenible, y busca sensibilizar al mundo para asegurar que se cumpla la aspiración de reservar el espacio ultraterrestre a fines pacíficos.
“Es un día importante porque fue la primera vez que una persona salió de la atmósfera terrestre y demostró que podía sobrevivir. Asimismo, fue el comienzo de una nueva etapa en la exploración del espacio.”
En un vuelo tripulado hay capacidad de decisión. Ahora estos desplazamientos se hacen en la Estación Espacial Internacional, en donde los astronautas permanecen por largo tiempo, demostrando nuestra resistencia en las condiciones del espacio.
“Todo lo anterior no implica sólo hacer satélites y salir de la atmósfera de la Tierra, sino también mirar el espacio desde nuestro planeta. En ese aspecto, México ha tenido una participación destacada”, resaltó Valdés.
En la UNAM se cuenta, por ejemplo, con el Laboratorio Nacional de Clima Espacial, que observa las condiciones del medio interplanetario que pueden afectar a la Tierra. “Es otra forma de hacer física espacial”.
Concurso CanSat
El certamen CanSat, para que jóvenes universitarios construyeran un satélite dentro de una lata de refresco, resultó un ejercicio fabuloso y uno de los principales logros del PEU.
“Mostraron tenacidad, esfuerzo, voluntad de trabajar en grupo de forma inter y multidisciplinaria”. Además de disciplinas como ingeniería, física y matemáticas, afines a la construcción de un satélite, se incorporaron otras como administración, sociología, ciencias políticas y filosofía.
“El año pasado, después de seis etapas previas, llegamos a 29 satélites que se pudieron lanzar. Intervinieron desde el inicio cerca de 350 jóvenes, y en los 29 equipos que quedaron eran cerca de 130 finalistas.”
Este año se lanzó la convocatoria nacional, todas las universidades del país pueden participar. “Tuvimos un registro de 73 equipos y en mayo próximo serán los lanzamientos, que ahora irán más alto y tendrán condiciones más sofisticadas para el diseño y la realización del satélite”, concluyó Valdés Galicia.