La UNAM y la NASA presentaron los más recientes resultados del robot Curiosity, que pisa el suelo marciano desde 2012 en una conferencia de medios conjunta en la Sala de Consejo de la Coordinación de la Investigación Científica.
En la base del cráter Gale de Marte, en donde existió un lago hace aproximadamente tres mil 500 millones de años, el vehículo explorador Curiosity de la NASA encontró nitratos, formas de nitrógeno esenciales para la vida y la habitabilidad como la conocemos en nuestro planeta, pues a partir de ellos se forman moléculas como proteínas y ADN.
“La UNAM realiza investigación de vanguardia, genera conocimiento y forma capital humano en todas las áreas, incluido el espacio y las ciencias planetarias”, señaló William Lee Alardín, coordinador de la Investigación Científica.
“El estudio tiene que ver con la evolución de la química atmosférica en Marte, la reconstrucción de la historia de la atmósfera marciana, y lo que ello puede implicar para la generación y la emergencia de la vida en otro planeta”, resumió Lee.
El doctor Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM y uno de los científicos más reconocidos del país, encabezó el trabajo junto con 29 expertos internacionales que reconstruyeron con estos datos la historia del nitrógeno en el pasado del planeta rojo.
Analizaron 14 rocas y encontraron que en los sedimentos lacustres más antiguos se presentan las concentraciones más altas de nitratos, mientras que en los más recientes hay una menor cantidad. “Creemos que las concentraciones de nitratos disminuyeron debido a un cambio en la química atmosférica”, explicó el doctor Navarro, coinvestigador del vehículo robótico Curiosity de la NASA desde la concepción del proyecto.
Ese cambio pudo haber traído consecuencias drásticas para la vida marciana, si alguna vez existió, como la adquisición de la habilidad de transformar el nitrógeno atmosférico en sus propios nutrientes nitrogenados, o provocar una crisis de nitrógeno que condujera a la extinción, explicó y agregó:
“En los estratos más antiguos hay mayor cantidad de nitrógeno, que era útil para que se pudieran alimentar las comunidades microbianas que existieron en el lago del cráter Gale; pero conforme transcurrió el tiempo, ese nitrógeno, que era aportado por las colisiones de asteroides, empezó a disminuir afectando el suministro para esos organismos”.