Murió Miguel León-Portilla, el académico más galardonado de México, y el insigne universitario que dio voz a los vencidos y creó, por medio de sus estudios de la poesía, las lenguas y la historia indígenas, una nueva forma de literatura y una nueva visión de nuestro pasado.
León-Portilla es ya una leyenda. Historiador, filósofo, filólogo, antropólogo, maestro de generaciones en la UNAM –su casa de toda la vida, como él solía decir– y también catedrático en las más prestigiosas universidades del orbe.
Fue uno de los historiadores más destacados del siglo XX y del XXI. Dedicó su vida de erudito a dar voz a los sin voz, a los indígenas, a los menos comprendidos, todo desde la investigación acuciosa que realizó en su cubículo del Instituto de Investigaciones Históricas, en donde trabajó desde 1957 hasta la fecha, y de donde fue emérito.
Sin duda, uno de los investigadores más reconocidos de la UNAM y de México, emérito del Sistema Nacional de Investigadores, recibió a lo largo de su prolífica vida un sinnúmero de doctorados Honoris Causa por algunas de las más importantes casas de estudio: Tel Aviv, Complutense de Madrid, Alcalá de Henares, Universidad de Carolina, de Praga, de Guadalajara, Bolivariana de Venezuela, de La Habana, Autónoma Metropolitana y Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, entre otras.
En agosto de 2017, el rector de la Universidad de Sevilla cruzó el Atlántico para llegar a la UNAM y entregarle en un hecho insólito las insignias del Doctorado Honoris Causa que recibió por esa institución española tan cercana a él, entre otras circunstancias, porque ahí conoció a Ascensión Hernández Triviño, lingüista e investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, con quien contrajo matrimonio en 1965, su adorada Chonita, su compañera de vida.
Es una inmensa pérdida porque le dio voz a nuestra raza. Si en algún momento el lema de la Universidad, Por mi raza hablará el espíritu, está bien representado es por Miguel León-Portilla”
Enrique Graue Wiechers
“El admirable profesor, el brillante historiador, el historiador de las voces sin voz, el escritor sensible, el filólogo erudito y el admirable antropólogo”, como lo calificó Miguel Ángel Castro Arroyo, rector de la Universidad de Sevilla, durante la sesión solemne de su investidura, nunca dejó de trabajar, de estudiar, de traducir, de entregar su vida a la investigación del indígena del pasado para reivindicar al del presente.
Visión de los vencidos. Relaciones indígenas de la Conquista, su obra cumbre, ha sido traducida a 20 idiomas, y es el libro de mayor circulación entre todos los publicados por la UNAM. Chino mandarín y náhuatl fueron las dos últimas versiones del texto imprescindible. “Su aparición en náhuatl era urgente”, expresó él mismo en su momento, pues ya había sido editada, entre otras lenguas, en otomí.
Acerca de Visión de los vencidos, el poeta José Emilio Pacheco escribió: “Es la crónica de la batalla heroica de los antiguos mexicanos en defensa de su cultura y de su misma vida, elegía de una civilización que se perdió para siempre, gran poema épico de los orígenes de nuestra nacionalidad: es ya un libro clásico y una obra de lectura indispensable para todos los mexicanos”.
Más grande será nuestra riqueza cultural si ahondamos en el legado lingüístico y literario de los tiempos prehispánicos”
Fue un reconocido filólogo mediante la traducción, interpretación y publicación de varias recopilaciones de obras en náhuatl. León-Portilla comenzó un movimiento para entender y revaluar la literatura en esa lengua originaria, no sólo la de la era precolombina, sino también la actual, que es hablada por más de 1,5 millones de personas.
México, de rostro y corazón mestizo, precisamente por el arte de sus antiguas culturas indígenas, ha atraído sobre sí la atención del mundo”
Su producción académica abarca 500 artículos de investigación y cerca de medio centenar de libros, 31 de ellos traducidos a idiomas distintos al español. Entre sus textos más importantes se encuentran, por mencionar sólo algunos, La filosofía náhuatl (1956), Visión de los vencidos (1959), Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares (1961), El reverso de la Conquista (1964), Trece poetas del mundo azteca (1967), Nezahualcóyotl. Poesía y pensamiento (1972), Literaturas indígenas de México (1992) y Quince poetas del mundo náhuatl (1994).
Su obra y su vida fueron reconocidas en todo el mundo. Entre los premios y condecoraciones más importantes que recibió están el Premio Elías Sourasky, por la Secretaría de Educación Pública; Commendatore, por la República Italiana; Serra Award, por la American Franciscan Academy of History; Premio Nacional de Ciencias Sociales, Historia y Filosofía, por el gobierno de México; Premio Alonso de León, por la Sociedad Neolonesa de Historia; Premio Aztlán, por el gobierno del estado de Nayarit; Medalla Benito Juárez, por la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; Medalla Belisario Domínguez, por el Senado de la República de México; Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, por el gobierno de España; Orden de las Palmas Académicas en grado de comandante, por el gobierno de Francia; Premio Internacional Alfonso Reyes, por la Sociedad Alfonsina Internacional; Premio Bartolomé de las Casas, por el gobierno de España; Premio Internacional Menéndez Pelayo, por la Universidad de Santander.
El arte de la pintura mural y del grabado contemporáneo, la poesía misma, sutilmente parecen haber descubierto, con la comprensión y el sentido propios de la América nueva, el antiguo mensaje de flor y canto”
También, el Premio Juan de Mairena, por la Universidad de Guadalajara; Medalla Anáhuac en Humanidades, por la Universidad Anáhuac México Norte; Medalla Fray Bernardino de Sahagún, entre otros.
Fue profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México desde 1957. Perteneció a las asociaciones científicas más importantes de su área: miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua; de la Academia Cubana de la Lengua; director del Instituto Indigenista Interamericano; director del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM; miembro de la Academia Mexicana de la Historia; miembro de El Colegio Nacional y de la Junta de Gobierno de la UNAM.
Desde hace varios años venía preparando su biblioteca de lingüística mesoamericana para donarla a la UNAM.
Miguel León-Portilla fue, sobre todo, un universitario preclaro, un mexicano ejemplar y un ser humano benevolente y sabio cuyo legado será inmortal. Es historia viva de México.
Así somos: entregamos la carga de los destinos y de los días a quienes vienen detrás de nosotros”