Para este 2019, la llegada de sargazo al Caribe mexicano se prevé sea masiva, pronostica la Universidad de Florida, Estados Unidos. Si la situación es similar a la de 2018, los daños al ecosistema y a la industria turística serán severos, advirtió Brigitta Ine van Tussenbroek.
“No tenemos idea de la capacidad de resiliencia del entorno ante este evento, y ya ha recibido mucha materia orgánica sin precedentes; la biogeoquímica de los sistemas está cambiando por completo”, dijo la investigadora de la Unidad Académica Sistemas Arrecifales Puerto Morelos, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML).
Para mitigar este fenómeno se requiere de mayores esfuerzos: además de investigación, es necesaria una iniciativa integral que considere el conocimiento científico, el marco jurídico y una vinculación operativa con y entre las instancias de los diferentes niveles de gobierno para establecer las formas más eficientes de colectar el sargazo en mar abierto sin dañar al ecosistema.
Sin embargo, remarcó, pese a la magnitud del problema que genera esta plaga natural, aún es subestimada, al negociar el financiamiento para estudiar su impacto y las maneras de controlarla y aprovecharla.
Aclaró que los reportes mensuales de la Universidad de Florida, basados en masas flotantes en océano abierto, son a gran escala, por lo que sólo indican la probabilidad de que llegará a nuestras playas, sin especificar a dónde: Chetumal, Tulum o Cancún. Para obtener esa predicción se requiere un monitoreo más detallado y modelaje, que no se han implementado.
El sargazo es un tipo de macroalgas marinas pardas o cafés que flotan y crecen en el océano, y se acumulan por montones en las playas del Caribe, afectando gravemente a ese ecosistema y sus especies, causando mal olor y estragos al paisaje de una de las zonas más bellas del país.
Incrementa con la creciente contaminación del Caribe; aumenta hasta cien veces los daños causados por el aporte de contaminantes resultado de la actividad humana en las costas caribeñas en donde hay asentamientos irregulares y tratamientos inadecuados de aguas negras y grises.
Hay una conciencia general en torno a sus efectos, pero hasta la fecha las medidas para su control son una especie de curita y no un remedio. “No es suficiente con que cada hotelero y municipio limpie su playa, pues el sargazo seguirá llegando y afectando al ecosistema, y hasta donde tengo conocimiento, aún no se ha establecido un programa para evitar que arribe al Caribe mexicano”.
Solución complicada
Para resolver este problema son indispensables mayores recursos y esfuerzos, pues la solución no es sencilla. “En Quintana Roo el sector turístico está sumamente preocupado y participa activamente, al menos en la mitigación; pero se debe ir más allá de la acción local”.
Reiteró que los pronósticos para 2019 indican que llegará una cantidad considerable; dependerá de las condiciones que hay en la parte del Atlántico ubicada entre África y Brasil, y las imágenes satelitales muestran que en la actualidad ahí hay abundancia de esas algas.
“Si está en océano abierto, la posibilidad de que llegue a costas mexicanas es muy grande, aunque eso depende de las condiciones atmosféricas locales, como los vientos alisios, que acarrean el sargazo a nuestras playas. El panorama no es alentador”, insistió.
Por último, consideró que hay una desvinculación entre el sector privado y los diferentes niveles de gobierno; no hay un órgano coordinador que integre y oriente los esfuerzos que se realizan para dar solución. “Mi sugerencia es establecer un organismo coordinador, estatal o nacional, dedicado especialmente a la mitigación efectiva”.