Hugo José Suárez ensaya la sociología narrativa

Busca hacer del tradicional diario de viaje una forma de reflexión profunda sobre los conflictos cotidianos y culturales de una ciudad distinta a la nuestra

Fotos: Víctor Hugo Sánchez.
Una aventura de viaje que narra anécdotas cotidianas, relaciones intelectuales, impresiones personales de museos, calles, monumentos y vida cotidiana de un boliviano-mexicano que vive ocasionalmente con su familia en la capital francesa, es el libro París a diario, de Hugo José Suárez Suárez, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS).

Durante la presentación del texto, realizada en la Casa de las Humanidades, el autor explicó que esta obra se inscribe en un intento por impulsar la sociología narrativa, y hacer del tradicional diario de viaje una forma de reflexión profunda sobre los conflictos cotidianos y culturales de una ciudad distinta a la nuestra.

“Vemos los diarios como un formato para la reflexión sociológica, que no cabe en los textos de protocolos académicos, pero que son una salida a la deliberación y nos ayudan a ver qué de sociológico hay en ellos”, señaló.

El diario, dijo Suárez, da un espacio para que el sociólogo sea el narrador, es una puesta que está en el corazón de este libro. “Describí como era el aire en París e hice un ejercicio de autoexilio”, añadió.

Para comentar la obra, Diego García del Gállego, coordinador del Programa Editorial de la Dirección General de Divulgación de las Humanidades, leyó un texto de Guadalupe Valencia García, coordinadora de Humanidades, en el que ella describe que París a diario es, más que un diario, un viaje hacia la otredad, un ejercicio entre lo formal y lo exploratorio que nos conecta a otra realidad.

Valencia describió en su texto que Suárez combina visitas a panteones y relaciones con artistas, recorre edificios, eventos culturales y hasta su vida cotidiana con los cambios que significan estar en otra patria. “Tiene muchos eventos para refrescar el presente, plantea conflictos emocionales, miedos, impresiones desde una sociología desenfadada”, consideró.

Opinó que el libro tiene una combinación de diario-investigación, pero centrado en lo habitual, en lo cotidiano, que da un espacio para una rica reflexión entre las ciencias sociales y la escritura.

Añadió que París a diario tiene atrás el ojo sociológico del autor, y una constante reflexión entre lo interdisciplinario.

La moderadora de la mesa, María Ordoñez Cruickshank, editora de la obra e integrante del Programa Editorial de la Coordinación de Humanidades, comentó que el libro fue escrito por Suárez durante una estancia académica en París, que abarcó de marzo de 2018 a julio de 2020, cuando ocurrió la pandemia de Covid-19.

El autor es doctor en Sociología por la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, y durante su estancia en París estuvo como profesor invitado en el Instituto de Altos Estudios de América Latina.

Al comentar la obra, el periodista y crítico literario Miguel Ángel Quemain consideró el libro un poliedro que convoca a los ensayistas desde las ciencias sociales. Describió al autor como un experto con densidad suficiente que explora la posibilidad de encuentros académicos, recuerdos y experiencias personales. “Es un fabuloso cuentista que nos permite movilizarnos con esta obra autobiográfica”, consideró.

Quemain dijo que el libro es un viaje meticuloso a la observación, y el autor imprime en él distintas temporalidades. “Es una crónica necesaria que consolida las ideas, un volumen entre sentimientos, vivencias propias del escritor, quien mantiene la capacidad de sorpresa que va del científico social al ciudadano”, destacó.

Agregó que Suárez es un cronista anómalo, con vocación de profundizar, que tiene una calidad y curiosidad inspiradoras, y vive a tope el desarraigo.

Aventura solitaria y subjetiva

En su oportunidad, Gilda Waldman Mitnick, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, comentó la obra a través de una carta al autor, en la que describió el libro como una aventura de escritura solitaria y subjetiva, con una estructura diversa siempre de final incierto.

Dijo que París a diario es un refugio íntimo donde se da un ejercicio de autorreflexión, reservorio de emociones y memoria. “Con este relato de viaje descubres con nueva mirada lo ya conocido. Es la otredad de una ciudad, que privilegia lo que ocurre diario y el incesante entorno”.

Gilda Waldman añadió que se trata de una apuesta por intentar otra sociología, que viene de mirar distinto y ofrecer reflexiones cotidianas.

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