Mayor compromiso para generar vivienda social sostenible

Debemos reflexionar en cómo vincular el mercado con el acceso o la posibilidad de propiedad: Saymar Piña, de la FA

Ya sea conjuntos de viviendas de pocas casas, vecindades sin posibilidad de expansión o grandes edificios de vivienda, en cada época las necesidades de habitación para las clases trabajadoras se adaptan a su tiempo, coincidieron expertos reunidos en el Primer Congreso Iberoamericano de Vivienda Social Sostenible, Repensar la casa, transformar la ciudad.

El encuentro, que también celebró el décimo aniversario de la formalización del Laboratorio de Vivienda de la Facultad de Arquitectura (FA), se realizó a iniciativa de la Red Iberoamericana de Vivienda Social Sostenible, y en él participaron expertos de México, Perú, Uruguay, Brasil, Costa Rica, Chile, España y Colombia.

Saymar Piña de la Teja, del programa de Posgrado de Arquitectura de la FA, precisó que la vivienda responde, en su mayoría, a ciertas transformaciones de paradigmas sociales, y que hay una relación muy fuerte que se acentúa entre el comercio y el entorno social.

“Hay diferentes modelos de vivienda que atienden a sociedades diversas. Por ejemplo, en la Colonia las accesorias eran un símbolo característico de viviendas colectivas; y no es que las personas o el arquitecto lo decidieran per se, sino que era algo determinado por el desarrollador inmobiliario. Debemos pensar en cómo vincular el mercado con el acceso o la posibilidad de propiedad a este tipo de vivienda, independientemente de que tengamos derecho a la ciudad”, comentó.

A su vez, Manuel Miravete Espinosa, egresado de la FA, resaltó que si algo han marcado los proyectos de habitación popular a lo largo de la historia es que ante problemas como la reciente pandemia por la Covid-19 es posible ver cómo la vivienda es atravesada por nuevas necesidades y exigencias.

“Sin embargo, también se observa que cada uno tiene una vigencia, plantear un proyecto de vivienda no necesariamente quiere decir que sea estático y definitivo, por las evidentes transformaciones de la ciudad. Hay cambios pero igualmente permanencias, una de las que más se ha transformado de manera rápida es la unidad familiar y los bloques multifamiliares tienden a perder su vigencia”, señaló.

A su vez, Martin Cajade Diotti, maestrante de la Universidad de la República (Uruguay), reflexionó que la palabra escala es muy usada en la arquitectura, pero es necesario definir si se refiere sólo al tamaño, la densidad u otras variables cuantitativas, sobre todo al considerar los elementos de la vivienda moderna, que avanzan con base en el tamaño de recintos escalares.

“Eso plantea hoy debates como proyectos de unidades habitacionales con alrededor de 50 viviendas, lo cual parece ser una escala menor o poco ambiciosa para algunas de las problemáticas urbanas actuales, pues hay que pensar en una escala mayor con el fin de que la vivienda deje de ser la unidad y el objetivo de la política pública para tener un derecho a la ciudad”, agregó.

Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes, director de la FA, rememoró que el encuentro celebra los 70 años de haber inaugurado las instalaciones de la Facultad en Ciudad Universitaria, que se preinauguró en 1952 pero en realidad comenzó a ocuparse en marzo de 1954 por la entonces Escuela Nacional de Arquitectura.

Dicha escuela, a su vez, fue fundada como la Real Academia de Nobles Artes de San Carlos de Nueva España en 1781, es decir, tiene 242 años de historia. Cuando la UNAM adquirió el rango de autónoma la escuela se dividió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y la Escuela Nacional de Arquitectura, un tiempo en el que aún sus instalaciones se encontraban en la Antigua Academia de San Carlos.

Empatía

Diana Ramiro Esteban, coordinadora del Programa de Posgrado en Arquitectura, dijo que el encuentro refleja el espíritu de la Universidad al formar a los estudiantes con una visión social y reconoció “la manera tan empática con la que entienden a la ciudad y la vivienda que se ve reflejada en todas sus producciones”.

Finalmente, Sergio Martín Blas, profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid de la Universidad Politécnica de Madrid y organizador del encuentro, recordó que la idea del Congreso fue reflexionar sobre la necesidad de tener un mayor compromiso de la vivienda social con calidad de hábitat y la sostenibilidad de los modelos urbanos y territoriales, algo urgente ante la demanda de una opción en la sociedad moderna.

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