Rinden homenaje a Jaime García Terrés

“Gran animador y renovador de la difusión cultural universitaria que impactó dentro y fuera de la UNAM”: Vicente Quirarte, del Instituto de Investigaciones Bibliográficas e integrante de la Junta de Gobierno de esta casa de estudios

Foto: El Colegio Nacional.

El escritor es tan importante como el médico y el abogado, su trabajo es perturbar la conciencia de los otros, amplificar sus virtudes, ser la mala conciencia de su tiempo, y Jaime García Terrés (1924-1996) fue uno de los grandes en un país donde es más fácil admirar a sus poetas que leerlos.

Señaló lo anterior Vicente Quirarte Castañeda, del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) e integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM, en el Homenaje a Jaime García Terrés en el centenario de su nacimiento, convocado por el Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE) de esta Universidad.

El mensaje escrito que hizo llegar el también miembro correspondiente de la Real Academia Española, fue leído por Anel Pérez, titular del CEPE, y en el que Quirarte, subrayó:

“Tenemos que retroceder a esas sociedades en las que el trabajo del escritor es reconocido y aplaudido; es necesario e imprescindible leer a García Terrés porque es un poeta que nunca dejó nada al azar, y siempre consideró que la poesía era trabajo de un artesano de palabras.”

Sobre García Terrés, Vicente Quirarte, sentenció: “Fue el gran animador, el renovador de la difusión cultural universitaria, impactó dentro y fuera de la UNAM”.

Nuestro poeta, agregó, fue un notable ensayista; resulta admirable la cultura poética desplegada, siempre hizo más por los otros que por sí mismo, y en su momento dijo (citó): “La cultura no es un pilón prescindible”.

Tres virtudes

Con la moderación de Alejandra Silva Lomelí, académica del CEPE, Anel Pérez evocó el pensamiento del homenajeado: “sólo hay tres virtudes de lo que debe presidir la difusión cultural: imaginación, pasión y cultura suficiente, lo demás viene por añadidura”.

“Recuperar la mirada del pasado es una revisitación desde el presente con una mirada hacia el futuro, porque las preguntas que formuló García Terrés siguen siendo pertinentes: ¿qué es la cultura?, ¿qué es la difusión de la cultura?, ¿qué tendría que ser la difusión de la cultura desde una universidad? En 2024 nos lo volvemos a plantear, y por eso es importante este ciclo”, agregó.

Hombre de letras

En su oportunidad, Daniel Escoto, maestro en Historia del Arte por la UNAM, consideró que Jaime García Terrés “es una figura que aparece de manera profusa en la literatura de la UNAM; tiene las características de un hombre de letras, que va más allá de una persona que escribe”.

“Fue un intelectual, con nivel de gestión, un aristócrata por nacimiento y elección, le permitió ser mediador y artífice de muchos proyectos culturales, tuvo una formación francófila con la que ingresa a las nuevas cortes de la UNAM cuando se muda a Ciudad Universitaria, hacia los pedregales”, finalizó.

Nació en Ciudad de México el 15 de mayo de 1924. Estudió Derecho en la UNAM, Estética en la Universidad de París y Filosofía medieval en el Collège de France. Durante su gestión al frente de Difusión Cultural en la UNAM, se creó el grupo Poesía en Voz Alta (1956), la colección sonora Voz Viva de México (1960) y la Casa del Lago (1959).

Fue subdirector general del entonces Instituto Nacional de Bellas Artes (1948-1949), director de la Revista de la Universidad de México (1953-1965), presidente de la Comisión Editorial de la UNAM (1953-1955), embajador de México en Grecia (1965-1968), así como director general del Fondo de Cultura Económica (1982-1988) y creador emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Ingresó a El Colegio Nacional el 20 de octubre de 1975. Su discurso fue contestado por Rubén Bonifaz Nuño. Falleció el 29 de abril de 1996.

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