Informe de Tamara Martínez Ruiz

A un año de la Coordinación para la Igualdad de Género

Suma de voces, proyectos, inquietudes, propuestas, investigaciones, experiencias...

Hace un año, el 2 de marzo de 2020, se publicó el Acuerdo Rectoral por el cual nace la Coordinación para la Igualdad de Género.

Hoy estamos cumpliendo un año de trabajo. Un año de trabajo con todas y todos ustedes, porque el verdadero sentido de la coordinación: es sumar.

Sumar voces, proyectos, inquietudes, propuestas, investigaciones, experiencias.

Escuchar es la base de nuestro trabajo para generar, a partir de ahí, los canales de diálogo y comunicación y ampliar las acciones que se llevan a cabo en nuestra Universidad “a favor de la igualdad sustantiva y los derechos humanos, la prevención de la violencia, […] hacia un modelo comunitario, más igualitario, abierto e incluyente”, tal como lo planteamos en nuestra misión hace un año.

Nos gusta pensar que nuestro trabajo es una labor de enlace de todos los sectores que conforman la comunidad universitaria.

Un enlace “en espiral”, es decir partimos de la escucha de lo que sucede en la base de las comunidades, para plantear y accionar a partir de esas voces, en las instancias de toma de decisión, y desde allí volver al punto de inicio: a la comunidad. Es un ida y vuelta permanente que reconoce y se nutre del trabajo de las diversas voces de la vida universitaria.

En este deambular no vertical sino espiralado, de abajo hacia arriba, y de regreso, la mirada y la escucha se tejen de una manera “distinta”: una manera oblicua, violeta, feminista, como ustedes quieran llamarla. Que significa poner la atención en lo que ha sido relegado o silenciado o minimizado. Significa construir de manera comunitaria, buscando consensos, buscando diálogos, caminos de mediación, de justicia, de corresponsabilidades, de construcción de paz.

¿Cómo llevamos a la práctica estas propuestas?

La coordinación escucha y conversa con las comunidades. Y construye e impulsa la implementación de programas y acciones:

Han sido cruciales la generación de conversatorios con la comunidad estudiantil y académica, incluidas colectivas feministas y mujeres organizadas, entre otras actoras.

La revisión de (32) pliegos petitorios con la temática de género.

Nuestra participación en mesas de diálogo de escuelas y facultades en conflicto.

En reuniones con la red de comisiones internas de equidad de género.

La creación de espacios de diálogo con especialistas.

La conformación de grupos asesores.

La participación en la Comisión Especial de Igualdad de Género del Consejo Universitario.

La realización de diagnósticos para tener un panorama más certero de la realidad de la UNAM en torno a la igualdad de género.

La escucha se ve también en el Plan de Desarrollo Institucional 2019-2023, y los proyectos vinculados a la Igualdad Sustantiva ocupan un lugar destacado:

Cinco de los seis ejes y 40 de los 265 proyectos tienen relación con la Igualdad sustantiva.

Nuestras prioridades son:

  • Prioridad #1: Atender y prevenir la violencia de género (30% de los proyectos).
  • Prioridad #2: Comunicar y sensibilizar a la comunidad universitaria en materia de igualdad sustantiva (25%).
  • Prioridad #3: Transversalizar la política institucional en materia de género y contar con una legislación con perspectiva de género (15%). •
  • Prioridad #4: Docencia e investigación con perspectiva de género (8%).

Con base en ello, nuestra labor en 2020 fue capacitar a las autoridades de la UNAM en una primera etapa, y sensibilizar a los diversos sectores de la comunidad.

Nos acompañaron en esta labor las especialistas nacionales e internacionales más reconocidas por su experiencia, quienes nos llevaron a reflexionar en cómo generar metodologías y estrategias de igualdad y erradicar la violencia de género en la UNAM. Se abordaron temáticas como las desigualdades de género y el androcentrismo existentes en la construcción de los saberes y las diferentes áreas de conocimiento.

Estuvieron constantemente los temas de: Orden de género en la Universidad y la política institucional para la igualdad de género en la UNAM; Violencia de género y discriminación con enfoque de derechos humanos; Docencia e investigación con perspectiva de género; Mujeres en la ciencia; Techo de cristal y corresponsabilidad en el trabajo de cuidados; Masculinidades hegemónicas y micromachismos.

Hoy ya se está trabajando para lograr la transversalización de la perspectiva de género en los planes y programas de estudio de la UNAM.

Hasta 2020 registramos que hay 39 licenciaturas que integran asignaturas con perspectiva de género y seis en el nivel de posgrado, que se implementan en los diversos planes y programas de estudio a nivel licenciatura.

Se impulsa en conjunto con otras instancias universitarias la creación de cursos de formación docente, de capacitación para personal administrativo, y para el estudiantado: cursos propedéuticos, cursos optativos, asignaturas en los planes y programas de estudio, cursos y talleres en línea y en todas las áreas de conocimiento y para todos los niveles educativos de la UNAM.

Varios son abiertos al público en plataformas de las distintas entidades de esta casa de estudios.

La Universidad sigue avanzando, cabe destacar el nuevo Programa de Posgrado en Estudios de Género que imparten en conjunto a partir de este año la Facultad de Filosofía y Letras con los centros que hacen investigación sobre género, como el CIEG, el CEIICH y el CRIM.

La consolidación de la igualdad sustantiva en la UNAM depende de lograr transversalizar la perspectiva de género en sus estructuras y sus tareas sustantivas.

Otro espacio clave para ello son las Comisiones Internas para la Igualdad de Género. Entre 2013 y 2021 se crearon 87 comisiones, de las cuales hoy se están conformando acorde con los Lineamientos Generales para guiar la conformación y el funcionamiento de estas Comisiones Internas para la Igualdad de Género en entidades académicas y dependencias universitarias de la UNAM. Que se publicaron el pasado noviembre. Actualmente, nos encontramos en el proceso de capacitación y reestructuración de dichas comisiones.

Es importante mencionar que la CIGU no se encarga de la atención de la violencia de género; sin embargo, se centra en una de las acciones más importantes para erradicarla, que es la prevención.

La prevención está obligatoriamente ligada con la atención; por esta razón, esta coordinación se vincula, de manera muy cercana, con la nueva estructura de la Defensoría de los Derechos Universitarios, hoy para la Igualdad y Atención de la Violencia de Género (DDUIAVG) y fortalecer que la comunidad universitaria sepa qué hacer y a dónde acudir.

La CIGU asumió en noviembre de 2020 el Programa de Personas Orientadoras Comunitarias (POCs), que son integrantes de la comunidad universitaria, de cada sector. Dicha figura es importante en la estrategia para promover comunitariamente la igualdad sustantiva, la prevención y la erradicación de la violencia de género en la UNAM.

En este primer año se priorizó el diseño de dos proyectos iniciales desde una reflexión crítica de los mandatos de género: por un lado, el proyecto de trabajo integral con hombres, y por otro, el proyecto de autocuidado feminista para las mujeres. Y que se buscará implementar de forma amplia y sistemática en la Universidad durante este año, tomando al bachillerato como nuestra prioridad.

Consideramos que la inclusión comunitaria es uno de los ejes más relevantes de nuestro trabajo, partimos de y reconocemos que por su naturaleza algunos grupos y sectores de la Universidad no han accedido con la misma velocidad hacia mejores condiciones de igualdad de género y, por ello, muestran marcadas dificultades estructurales para el desarrollo integral de sus trayectorias.

Ha sido quehacer cotidiano la construcción de espacios de diálogo, intercambio y creación dentro y fuera de la comunidad universitaria, orientados a fomentar la igualdad de género. Por ello es importante mencionar la creación del Seminario de Resolución de Conflictos y Construcción de Paz en el que participan de manera regular miembros de la comunidad académica y del funcionariado universitario.

Nos hemos dado a la tarea de promovemos una cultura de la igualdad a través de tres acciones fundamentales: sensibilizar, visibilizar y comunicar. Con esta lógica la CIGU hizo más de 100 actividades culturales, foros, conversatorios, conferencias, seminarios, mesas redondas, etcétera, realizadas con la colaboración de varias decenas de entidades y dependencias de la Universidad.

Nuestras redes, plataformas digitales y programas especiales en medios de comunicación registran casi 2 mil publicaciones, que han alcanzado la audiencia de millones de personas durante este primer año. Les invitamos que visiten nuestras redes sociales donde verán nuestra actividad y producción de Igualdad Género en la UNAM.

Contamos a la fecha con 12 números de La Boletina, una publicación periódica de la CIGU que registra las actividades, la normatividad, la problemática actual y la política institucional en esta materia de igualdad sustantiva y equidad de género.

Somos un espacio articulador en la UNAM en esta labor, materia de políticas y estrategias para lograr igualdad y erradicar la violencia de género. Ejemplo de ello ha sido el registro de más de 250 actividades académicas, comunitarias y culturales de la Universidad realizadas durante la jornada del Día Mundial contra la Violencia hacia las Mujeres el (#25N).

Una labor constante que tenemos y que nos permitirá accionar de manera coordinada y específica, es conocer nuestras áreas en las que se tienen avances, reconocer las áreas de oportunidad y los retos que necesitamos trabajar articuladamente. Y esto se está realizando a través de diagnósticos con temáticas precisas y diagnósticos generales, análisis de bases de datos, fuentes que reúnen voces de las comunidades de la UNAM (como el análisis de pliegos petitorios y demandas, mesas de diálogo, conversatorios, uso de buzones electrónicos, etcétera).

También mediante la implementación del nuevo sistema de seguimiento sobre la transversalización de políticas de género de la UNAM en colaboración con el CIEG.

Este ejercicio de escucha y de registro también se plasmará en la próxima publicación con Libros UNAM de las Voces de las Universitarias en la Pandemia, que contiene al menos 90 artículos testimoniales de las universitarias que atendieron nuestra convocatoria. Por ello, agradecemos a todas las comunidades y entidades por su participación en esta comprometida labor.

Hacia dónde vamos

El quinto Objetivo para el Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda 2030, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), posiciona la igualdad de género como un derecho básico para lograr una sociedad plena.

La Universidad tiene un papel fundamental como precursora e impulsora de la igualdad sustantiva en la sociedad mexicana.

En este sentido la UNAM se vincula con otras universidades y organizaciones nacionales e internacionales cuya misión sea fortalecer la igualdad de género. Por ejemplo, asumimos junto con el CIEG la responsabilidad para desarrollar el Observatorio Nacional para la Igualdad de Género en las Instituciones de Educación Superior (ONIGIES), mediante la colaboración interinstitucional con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior (RENIES)-Igualdad, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), y la ONU Mujeres México.

Sabemos que la UNAM es un referente no sólo en México sino en todo el continente; por ello, los avances que aquí podamos lograr serán un elemento positivo en la transformación de nuestras sociedades.

Esta coordinación nace a partir de la plena conciencia que hay en la Universidad de que la igualdad sustantiva de género es apremiante en la agenda para el siglo XXI y un factor determinante para el desarrollo humano, y ésta sólo podrá conseguirse si reconocemos la existencia de las violencias contra las mujeres y el modo en que se ha normalizado desde estructuras de poder como la raza, la clase y el género, que envuelven nuestras formas de ser y actuar y de concebir el mundo y a los seres que lo habitan.

Por ello, nuestra herramienta principal es y seguirá siendo la de nuestra comunidad, de las que han luchado y reclamado, las transformaciones que han propiciado y los proyectos que han emprendido en torno a la igualdad de género, porque es mucho lo que se ha hecho en la UNAM.

También aprovecho para agradecer al equipo de la coordinación, por este primer año de la CIGU.

Cierro retomando nuestros verbos clave: ESCUCHAR y ENLAZAR PARA TRANSFORMAR. Y esta es una labor de toda la comunidad.

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