Pese a las reformas constitucionales en materia de paridad de género, sigue siendo un reto resolver los problemas de discriminación y exclusión que en el ámbito microsocial aún afectan a las mujeres, consideró Julia Chávez Carapia, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS).
Al participar en la primera sesión del Seminario Permanente Igualdad de Género 2019, organizado por la entidad universitaria, la socióloga universitaria opinó que conscientes de esta situación en México, “las mujeres que trabajamos y estudiamos esta problemática, luchamos para lograrlo”.
Al impartir la conferencia Democracia e Igualdad con Perspectiva de Género, la especialista expuso que entre los retos para conseguir la igualdad de género se encuentran la construcción de una sociedad diferente, con las mismas oportunidades y derechos para hombres y mujeres, que no sólo deben estar contenidos en la Constitución sino también en el ámbito de lo microsocial, de la vida cotidiana, es decir, alcanzar una sociedad incluyente.
Puntualizó que se requiere “una sociedad donde la pobreza, la violencia, el analfabetismo, la trata de personas, la falta de derechos sociales y de oportunidades, la ignorancia, el miedo y el temor no tengan rostro femenino”.
Debemos cambiar ese complejo panorama, “no es fácil, necesitamos seguir instrumentando el conocimiento científico desde la teoría feminista y el movimiento político para alcanzar la igualdad de género que nos lleve a construir una nueva sociedad”, enfatizó.
Vivienda y ciudadanía, pendientes
Un problema real para las mujeres sigue siendo el acceso a la vivienda, pero también el ejercicio de la ciudadanía para ser electas presidentas o cualquier otro cargo público, y también para demandar nuestros derechos. “Se sigue considerando que las mujeres no tienen por qué estar en el espacio de lo público, si su lugar es el de lo privado, nuestro lugar es la casa”.
Resaltó que esta situación de igualdad debe llevarnos a comprender “que tenemos, o debemos tener, los mismos derechos y oportunidades para desarrollar nuestra vida social y política, no ser discriminadas en ningún sentido, ni por origen de grupo o clase; debemos tener las mismas oportunidades de empleo, estudios, salud y acceso a la vivienda, así como los mismos derechos para el ejercicio de la ciudadanía”.