Hasta el 31 de agosto

Aki Onda invoca espíritus con instalaciones sonoras

El artista japonés hace su propuesta con 350 campanas en Casa del Lago

Foto: cortesía Marcus Fischer.
Más de 350 objetos componen la instalación Campanas (Bells, 2021) del artista japonés Aki Onda, quien realizó una residencia de dos semanas en Casa del Lago para presentar esta pieza, originalmente comisionada por el Instituto de Arte Contemporáneo de Portland (PICA), la cual adaptó para ser activada en el espacio del centro cultural de Chapultepec.

El resultado de esas dos semanas de trabajo se escuchó en tres activaciones de la obra –los días 1 y 3 de junio– en los jardines del recinto, donde se desplegó la pieza radiofónica El espíritu de Nam June me hablaba (Nam June’s Spirit Was Speaking to Me), una serie de cuatro instalaciones interactivas.

Por primera vez, Casa del Lago UNAM presenta en México la obra de instalación del artista japonés radicado en Nueva York, y un referente del arte sonoro actual. Su trabajo se ha presentado en espacios como el MoMA, Documenta 14, el Museo de Louvre, el Palais de Tokyo y el Centre Pompidou, entre otros recintos alrededor del mundo.

Dispuestas sobre dos mesas en el interior de la casona, las campanas de vidrio, cerámica y barro que Onda ha coleccionado a lo largo de 10 años, se desplegaron para que pudieran ser elegidas por tres ejecutantes y el artista en una sesión de improvisación.

Bajo la dirección de Onda, los percusionistas Darío Bernal Villegas, Chris Cogburn y Dora Juárez Kiczkovsky dieron curso a una exploración de timbres y combinaciones sonoras, primero en solitario y luego en conjunto; un diálogo rítmico que permitió una escucha de las texturas y efectos de resonancia entre los instrumentos de materiales diversos y provenientes de distintas partes del mundo. En el país, cuenta Onda en entrevista, ha adquirido algunas en una tienda de antigüedades.

“Mi colección es de unas 600 campanas, he traído más de 350, casi 400. Cuando las empecé a coleccionar no estaba muy seguro de qué hacer con ellas, sólo se acumulaban. Cada campana tiene una historia distinta, todas son de segunda mano y se utilizaban para propósitos diversos. En la antigüedad eran un instrumento para comunicarse con los dioses, pero en el siglo XX se usaban en espacios domésticos, para llamar a cenar, por ejemplo”, explica el artista.

Fue hasta 2021 en la ciudad de Portland, Estados Unidos, cuando por primera vez Onda mostró en público parte de su colección, en la pieza que ahora adapta al recinto universitario.

“Me interesan las historias individuales, pero también la memoria colectiva que hay en estas campanas. Y cada una me dice algo: si escuchas un sonido, te dispara una memoria; cada una tiene un timbre y una asociación distinta, es como comunicarse con cada una y el punto es, a ti, ¿qué te dicen?”.

Para apreciar la instalación El espíritu de Nam June me hablaba, el público debe tomar un aparato de radio portátil en préstamo. Hay cuatro estaciones distribuidas en los jardines que emiten un mensaje en ciertas frecuencias que el escucha debe buscar y sintonizar en su dispositivo.

Las piezas radiofónicas, afirma Onda, revelan mensajes secretos que en su origen fueron inspirados por el espectro del artista multimedia y referente fundacional del videoarte Nam June Paik.

“Desde joven me ha gustado mucho su trabajo, estoy muy cercano a él. Tuve un encuentro fortuito con su espíritu; sucedió de la nada. Estaba escuchando la radio, trataba de sintonizar un programa de radio cuando capté un sonido muy extraño; sí, como el que se oye en mi instalación”, explica Onda sobre el ruido, similar a un efecto de sirena, que también se escucha en su obra.

“Saltó de la nada, no su voz; su espíritu. Así que empecé a investigar sobre su relación con la radio, la historia de ésta, del espiritismo y de los médiums”, dice en referencia a una práctica para, supuestamente, captar mensajes del más allá a través de la radio.

Ambas obras proponen posibilidades de escucha, evocaciones, presencias latentes que se revelan, “espíritus”, dice Onda, que se manifiestan a través de frecuencias vibratorias, de naturalezas disímbolas: mientras las campanas fomentan un estado cercano a la contemplación, las transmisiones radiofónicas generan una disposición diferente en el escucha, que busca la sintonía a través del radio portátil.

El proyecto es acompañado por una publicación español-inglés, que contiene una entrevista con el artista, un ensayo sobre su estancia en México y un relato de ficción de la escritora mexicana Martha Riva Palacio. Las instalaciones estarán en exhibición hasta el 31 de agosto.

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