Alicia Mateo, cuidadora de la cultura y la voz purépechas

Obtuvo el grado por un ensayo final acerca de la estética y el ritual en torno a la fiesta de San Miguel en su comunidad

Foto: Alejandra del Castillo.
Alicia Mateo nunca soñó con ir a la universidad, pero ahora, en un salón de la UNAM, en la Unidad de Posgrado, presentó el ensayo académico con el que opta por el grado en maestra de Historia del Arte. Viene vestida con una sonrisa y su traje típico purépecha.

Tiene una historia para contar a través de adornar a San Miguel con flores en Tarecuato, Tangamandapio, Michoacán.

Tal vez en Tarecuato, de donde es ella, los niños y las niñas no sueñan con ir a la universidad, pero un día lo harán.

Lo que Alicia Mateo sí soñaba era aprender a preparar atoles, además de cocinar como lo hacía Agustina, su abuela materna: pan y gorditas de trigo, también queso. Anhelaba con tener tierras, como su abuelo Asunción, para sembrarlas y juntar un montonal de mazorcas. Esos eran sus sueños, en ellos podría tener las mismas condiciones que sus abuelos: un trabajo y las labores que hacían en el campo.

Su origen es p’urhépecha y su lengua también. La experiencia de hablarla, ella la describe como “magnífica”. Las palabras en su lengua materna tienen para ella un significado más profundo, y por tanto su forma de entender el mundo está codificado por elementos de su cultura, los mismos que le dan arraigo e identidad.

La licenciatura la hizo en Trabajo Social en la Universidad Don Vasco en Uruapan. Aunque es una institución privada, Mateo vio por primera vez el logo de la UNAM en su título y eso la emocionó.

Luego vino su primera maestría en Educación en el área de Español y Literatura. Actualmente es docente en la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Morelia, de la Universidad Nacional Autónoma de México, además de impartir clases en la Facultad de Filosofía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

Lo que haría que Alicia Mateo considerara cursar como segunda maestría la de Historia del Arte fue una conversación con Félix Lerma –quien luego sería su tutor académico– en una clase de purépecha. Hablaban sobre el altar de Noche de Muertos que se hace en la espera de las ánimas, donde según la tradición el alma transita a otra dimensión para seguir viviendo, ya que en el purépecha no existe la concepción de la muerte como el final de la vida. Ese diálogo encendió la llama de su interés.

Todo estaba en su manera de mirar. Ella ha mirado su pueblo y su cultura con ojos de la memoria. Sabe que el templo y las capillas religiosas han sido desprotegidas, que hay piezas que desaparecieron o estructuras arquitectónicas que han sido renovadas sin estudios y respeto a sus formas originales. Su área de conocimiento es el arte indígena en América. De una forma sociológica, y también personal, sabe que su comunidad, nacida en el siglo XVI, tiene un vínculo importante con las ceremonias y ritos religiosos que le dan identidad.

Para el tema de su ensayo académico final, y con el cual opta por el grado de maestra en Historia del Arte, eligió de cinco barrios en Tarecuato, el de San Miguel, al que pertenece. Así, su trabajo lleva el nombre de: “Pirirakuni: estética y ritualidad en la Fiesta de San Miguel en la comunidad purépecha de Tarecuato”.

Pirirakuni significa “adornarle al santo”, y la fiesta de San Miguel arcángel representa que, semanalmente, a lo largo de un año, se le rinde culto con arcos florales a responsabilidad de los cargueros, una especie de mayordomías, y que sus ayudantes recolectarán las flores para los arcos de las aportaciones de la comunidad. La imagen del arcángel permanecerá un año en casa del carguero responsable del culto y la ritualidad, y no dentro de una iglesia.

Alicia Mateo conoce y destaca que el trabajo decorativo para la fiesta patronal del barrio de San Miguel se encuentra inmerso en una compleja red de relaciones. “No es un proceso aislado, está vinculado con la organización social de los barrios, el cabildo como gobierno indígena, los cargueros y los tánharhkutiicha, que son las personas que realizan semanalmente el adorno”.

Su análisis parte de disciplinas como historia del arte, antropología y estudios lingüísticos de la lengua purépecha.

Félix Lerma resalta: “La importancia de la historia del arte en el estudio de la cultura purépecha es quizá algo sencillo, pero muy significativo: posicionar las prácticas artísticas indígenas en su historicidad y ser capaces de describirlas formalmente, así como abrir vías a su interpretación. Todo esto deviene de una puesta en valor de la cultura indígena que se vincula con esfuerzos de conservación”.

El ensayo de Alicia Mateo se propone para la publicación como libro en una versión bilingüe por la importancia de trabajar los conceptos en las lenguas originales y mostrar la visión multidisciplinaria de la estética en las poblaciones indígenas.

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