Determinar la naturaleza del bólido y la dinámica del impacto son parte de las interrogantes sobre Chicxulub y las extinciones masivas de fines del Cretácico. Los estudios realizados en el cráter Chicxulub apuntan a que fue un asteroide y no un cometa lo que colisionó y ocasionó la desaparición de los dinosaurios, enfatizó Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del Instituto de Geofísica.
Recientemente Abraham Loeb y Amir Siraj, del Departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard, propusieron en un artículo publicado en la revista Scientific Reports que el objeto causante del cataclismo fue un cometa proveniente de la Nube de Oort.
El planteamiento de los astrónomos de Harvard es que estos cometas de periodo largo se fragmentan cuando pasan cerca del Sol, generando una serie de pedazos más pequeños que cruzan la órbita de la Tierra, lo que podría aumentar la tasa de impacto y producir eventos como el de Chicxulub.
La naturaleza y proveniencia del bólido han sido analizadas a partir de los estudios en la secuencia en el cráter y en las secuencias de impacto en diferentes sitios. La capa de eyecta tiene una distribución global y las anomalías de iridio y elementos del grupo de platino indican la ocurrencia de material del bólido.
“La evidencia apoya más que se trata de un asteroide. Se tienen los datos de mineralogía, geoquímica, isótopos y propiedades físicas en la eyecta de Chicxulub, en el cráter y localidades próximas y distales, e incluso reportes de posibles fragmentos -muy pequeños- del cuerpo que impactó, que corresponden a un asteroide condrítico”, comentó el experto universitario.
A partir de que en la década de 1980 se expuso la teoría de que el choque de un bólido causó los cambios en el clima y ambiente llevando a la extinción de los dinosaurios y alrededor de 76 por ciento de los organismos en océanos y continentes, se planteó la pregunta de cuál sería su naturaleza: un cometa o un asteroide, citó el miembro de El Colegio Nacional.
Con el paso del tiempo se realizaron múltiples estudios revisando propuestas, entre ellas que pudo no ser solo un impacto, sino varios. Para lo cual se revisaron las secuencias del choque y se buscaron cráteres con edades similares. Examinando las capas de material de impacto en Chicxulub y en la eyecta, los resultados eliminaron la posibilidad de múltiples contactos.
También se ha dicho que no era un choque por un objeto celeste, sino una erupción volcánica de gran magnitud, lo cual igual se revisó por geofísicos; los datos descartan también esta eventualidad. “A lo largo de las décadas hemos explorado las diferentes opciones, diseñado experimentos, mediciones que nos permitan encontrar evidencias y analizar las propuestas, como es ahora con la reciente publicación por parte de estos dos astrónomos. Ellos reformulan la hipótesis de que se trató de un cometa”, reiteró Urrutia.
Hasta el momento, prosiguió el experto universitario, los estudios en el cráter, en las perforaciones, en el material de impacto y los modelos numéricos apoyan que se trató de un asteroide de tipo condrítico; es decir, objetos formados en las etapas iniciales del origen del sistema solar, los cuales contienen inclusiones de calcio-aluminio y esférulas submilimétricas de composiciones y texturas similares a las rocas ígneas. Estas fueron fundidas a altas temperaturas y enfriadas muy rápido en el espacio.
El interés que se tiene en Chicxulub es amplio y se refleja en los diversos grupos multidisciplinarios de geofísica, ciencias planetarias y modelos numéricos que revisan la estructura, dinámica y formación del cráter, su deformación, formas de reacción de la zona impactada y la fragmentación y eyección de los materiales de la corteza inferior. Además, se hacen indagaciones sobre los efectos del impacto en el clima y ambiente, relaciones con las extinciones y su afección a grupos de dinosaurios, amonitas y otros organismos en mares y continentes, macroevolución, aparición de nuevas especies; las recientes de biología molecular y genómica contribuyen a descifrar los efectos del choque en los cambios evolutivos en la frontera Cretácico/Paleógeno.