Habitan en cuevas submarinas de la península
Camarones ciegos contribuyen al equilibrio ecológico en Yucatán
Científicos de Sisal estudian estas singulares especies de crustáceos
Ecosistemas únicos, los cenotes de Yucatán y Quintana Roo son pasajes que conducen a las cuevas submarinas, sitios singulares donde el equilibrio ecológico aún se conserva con sus casi desconocidos habitantes.
Viven en ese lugar los llamados camarones de cueva, pequeños crustáceos ciegos que ayudan a mantener viable el agua dentro de su ecosistema y que son estudiados por científicos de la UNAM.
En Sisal, Yucatán, dentro de la Unidad Interdisciplinaria de Docencia e Investigación de la Facultad de Ciencias, Efraín Chávez Solís, alumno de doctorado en Ciencias Biológicas, combina buceo y biología para indagar estas singulares especies de crustáceos que son ciegos y endémicos de las cavidades de aquella región.
Chávez Solís y sus colegas publicaron en junio de este año en la revista Scientific Reports cómo estos camarones se dividen y se alimentan de diferentes fuentes dentro de la cueva o en la cercanía del cenote. “Encontramos que las tres especies que analizamos, del género Typhlatya, se distribuyen de diferente manera. Una está justo en el cenote, donde hay influencia solar; otra, en la caverna, sitio de transición entre el cenote y la cueva; mientras que una tercera está cueva adentro. Las especies cercanas al cenote son dulceacuícolas, y las de dentro están en agua salada”, explicó.
“Es posible porque estos sistemas están estratificados verticalmente. Cuando cae el agua de lluvia se filtra por la roca y se asienta sobre una capa de agua salada que está abajo y entra desde la costa. Como no hay fricción, estas capas no se mezclan y permanecen separadas. Esa división de las especies en estratos de agua dulce y salada fue la primera contribución del artículo”, detalló Efraín Chávez.
La segunda aportación reportada expone que los científicos utilizaron isótopos estables y radiocarbono para poder determinar cómo son las fuentes alimenticias de estas tres especies.
“Hicimos un análisis en el agua y en los sedimentos y lo repetimos en los camarones. Encontramos que las tres se diferencian muy sutilmente en su alimentación.” Los camarones realizan un proceso de quimiosíntesis para alimentarse, y mientras que las especies que están en el cenote y la caverna lo hacen con algas fotosintéticas, esta segunda y la tercera que vive en la cueva de agua salada se nutren de bacterias quimiosintéticas, apuntó el biólogo.
“Lo que hemos publicado es que se han hallado en estratos diferentes, dos en agua dulce y una en agua salada. No puede haber dos especies que compartan el mismo espacio y se alimenten de los mismos recursos naturales; la competencia sería tal que sólo una podría sobrevivir. Esa es la importancia de la repartición de nichos”, dijo.
Algo fundamental para mantener el delicado equilibrio de estas especies es la preservación de los cenotes y cuevas, los cuales deben estar fuera de la contaminación para conservar saludable a este ecosistema y sus habitantes.