El Museo de la Luz de la UNAM llega a Mérida como el primer espacio museístico de divulgación de la ciencia fuera del campus central y de Ciudad de México. Su construcción es un esfuerzo que reúne al gobierno del estado de Yucatán y a la Universidad Nacional para fortalecer la cultura y la educación en la entidad.
El rector Enrique Graue Wiechers y el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, inauguraron el recinto ubicado en el Gran Parque La Plancha, el cual será un espacio que dé eco a propuestas locales, nacionales e internacionales, científicas, artísticas y culturales. Un ámbito donde confluyen voces, temáticas e ideas que permitirán a los diferentes públicos reflexionar, aprender, explorar y dialogar sobre el impacto de la investigación científica y el desarrollo tecnológico en nuestras vidas.
Uno de sus objetivos fundamentales es convertirse en el nodo regional donde concurran acciones de comunicación, divulgación y apropiación social de la ciencia y la tecnología, y a la vez ser un espacio en el que puedan documentar, problematizar y crear nuevos modelos y herramientas para el futuro.
“No hay, tal vez, ningún mejor lugar que la ciudad de Mérida –llamada la Ciudad de la Luz–, para acoger a este nuevo Museo, que abre sus puertas con renovado espíritu, modernidad tecnológica y espacios amplios y luminosos”, aseguró el Rector.
En sus más de 4,000 metros cuadrados, la ciencia, la tecnología, las humanidades y las artes se entrelazan en un caleidoscopio de luz y color. “Es también un espacio de convergencia de disciplinas: desde la física hasta las artes plásticas, y desde la biología hasta las humanidades, el Museo abordará el fenómeno luminoso con una perspectiva multidisciplinaria, integral, lúdica y didáctica”, señaló.
Graue Wiechers recordó que la UNAM tiene una experiencia de más de tres décadas de exponer y difundir el conocimiento sobre este fenómeno, y muchos de los contenidos que estuvieron en el Museo de la Luz de Ciudad de México serán incluidos en este nuevo espacio.
El rector también agradeció el apoyo y la solidaridad del gobierno del estado de Yucatán para materializar el proyecto.
En tanto, Mauricio Vila Dosal expresó que el Museo es un “regalo que la UNAM hace a los yucatecos”, y con el cual, además de difundir el conocimiento y enriquecerlos, refleja también su voluntad de trabajo colaborativo.
Relató que el rector Enrique Graue le solicitó donar a la Universidad Nacional el terreno que ahora ocupa el Museo, y que formaba parte de la antigua estación de ferrocarriles La Plancha, la cual llevaba más de 40 años abandonada.
Ahora, el recinto cultural y científico estará comunicado con el Gran Parque La Plancha –de 22 hectáreas– y que, tras una inversión federal, será inaugurado el próximo 19 de noviembre, y contará con un mercado gastronómico, auditorio con capacidad de 10,000 personas, espacios para correr y andar en bicicleta, un lago artificial y áreas de juegos, entre otros.
Previamente, la encargada del despacho de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, María Emilia Beyer Ruiz, indicó que a través de visiones museológicas modernas, dinámicas y flexibles, el nuevo recinto universitario apoyará la enseñanza de las ciencias y permitirá la apropiación del conocimiento científico a personas de todas las edades.
“El Museo de la Luz nace con buena estrella dado que encuentra en esta ciudad la voluntad política y la recepción que se brinda a los amigos. Esperamos corresponder a sus atenciones con este espacio lúdico, relevante, que presentará exposiciones de calidad internacional y que se suma a la oferta cultural de esta hermosa ciudad”, indicó.
Su ubicación es muy afortunada, dijo, pues se avecina con el Gran Parque La Plancha, proyecto arquitectónico que rescata espacios públicos para transformarlos en un sitio de encuentro sociocultural dedicados a la población local, y en un lugar de asombro de turistas nacionales e internacionales.
En tanto, el director general de Obras y Conservación de la UNAM, Xavier Palomas Molina, expuso que el nuevo Museo contempla salas de exposiciones, talleres, oficinas, áreas exteriores y terrazas en las que se realizarán actividades diurnas y nocturnas.
En la inauguración estuvieron, por la UNAM: el secretario administrativo, Luis Agustín Álvarez Icaza Longoria; el coordinador de la Investigación Científica, William Lee Alardín; la directora del Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales, Carolina Depetris; el director del Museo de la Luz, Ricardo Rubiales García Jurado, y titulares de diversas entidades de esta casa de estudios en Yucatán.
También, la secretaria de Cultura y las Artes del estado, Loreto Villanueva Trujillo; el jefe de proyectos educativos de Fundación Telefónica Movistar, Alejandro Zamora Cervantes; autoridades federales y de la ciudad de Mérida, entre otros.
Para su apertura, el Museo de la Luz presenta la exposición temporal: Color, el conocimiento de lo invisible, producida por Fundación Telefónica Movistar que invita a la reflexión y responde qué es el color desde la perspectiva artística, científica y cultural.
Esta muestra se ha exhibido en Madrid, España; Caracas, Venezuela; Quito, Ecuador; Lima, Perú y en Ciudad de México. Explora las diferentes facetas científicas, económicas, sociales, culturales y artísticas para comprender qué es el color, y busca despertar la curiosidad del visitante y desmontar sus creencias a partir de dos tesis: el color como ciencia y como emoción.
La exposición se compone de seis ámbitos:
El conocimiento de lo invisible. Aborda cómo el color se ha convertido en una herramienta del conocimiento: desde su empleo en astrofísica para la comprensión de la composición y evolución del universo, hasta campos de frontera como su uso en el diseño de fármacos o la fijación del estándar cromático que permitirá a la inteligencia artificial ejercer funciones de reconocimiento y vigilancia.
Cartografías del color. Históricamente la humanidad ha tratado de establecer sistemas organizativos que pretenden etiquetar y catalogar el color. Si bien nuestra percepción de éste es amplia, las formas de creación a nivel visual o impreso son diversas como los sistemas RGB o CMYK.
El color como invención. Su producción y creación han establecido retos y detonado muchos procesos creativos a través de la historia. Los visitantes podrán descubrir la creación del color en las culturas mesoamericanas explorando los tintes derivados del caracol púrpura o la grana cochinilla o la invención (con características nanotecnológicas) del azul maya.
La tecnología del color. Hoy fotografía, cine, holografía, televisión y videojuegos son industrias que trabajan directamente con el color. La tecnología ha determinado radicalmente el imaginario colectivo asociado a éste en diferentes épocas. ¿Sabías que el inventor de la televisión a color fue un científico mexicano?
Colores acromáticos. Explora el uso de la inteligencia artificial en el coloreado de películas de blanco y negro del siglo pasado. Estas tecnologías permitirán acceder y reconocer nuevos archivos y procesos relacionados con el color, la fotografía y el cine.
Emotividad del color. El estudio de la percepción del color constituye una consideración habitual en disciplinas como el arte, el diseño, la arquitectura, la moda o la publicidad. A través de diversas experiencias y obras de arte se ofrece la posibilidad de experimentar emociones ante el color o la ausencia del mismo.
La exposición y su programación educativa han sido posibles gracias a la participación de instituciones como: Fundación Telefónica México, Filmoteca de la UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas, Instituto de Energías Renovables, Museo Universitario de Arte Contemporáneo, Fundación Ramón Valdiosera y Fundación Javier Marín.
Subrayando el diálogo arte-ciencia que propone el Museo destaca la pieza: Archivo II (Colores), ubicada en el vestíbulo. La obra de Javier Marín explora los entrecruces entre inteligencia artificial, impresión 3D y color.