Aún, subrepresentadas en la investigación y el desarrollo en todas las regiones
Científicas, sólo 28 por ciento de investigadores en el mundo
Es cuestión de tiempo, y no demasiado, para que haya un equilibrio: Alejandro Frank, coordinador del C3 y fundador del Programa Adopte un Talento
Las mujeres constituyen sólo 28 por ciento de los investigadores en el mundo; continúan subrepresentadas en la investigación y el desarrollo en todas las regiones. No obstante, es cuestión de tiempo para que haya un equilibrio, expusieron académicos de la UNAM.
Fuga de cerebros
Alejandro Frank, coordinador del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) y fundador del Programa Adopte un Talento (PAUTA), advirtió que en México dejamos que suceda una fuga de cerebros mucho más importante que la más conocida –la de recursos humanos bien preparados que se van a otros países– y es la de millones de niños que nunca se enteraron, porque no tenían manera, de que hay disciplinas científicas a las cuales podían dedicarse y contribuir al desarrollo de la nación.
El Instituto de Estadística de la Unesco señala que si bien hay más mujeres que se matriculan en la universidad, son relativamente pocas las que escogen una carrera científica. Existen numerosos obstáculos asociados a estas trayectorias educativas, desde los estereotipos que afrontan las niñas hasta las responsabilidades familiares y los prejuicios que enfrentan en el momento de elegir su campo de estudio.
No obstante, consideró que la brecha de género en los sectores de la ciencia y la tecnología se ha ido cerrando. En la Universidad Nacional, por ejemplo, hay áreas en donde ellas ya son mayoría al momento del ingreso a la licenciatura, como química o medicina; sin embargo, no ocurre así en otros campos, como cómputo y física.
Entre los investigadores y profesores aún es mayor la participación de los hombres, “pero es cuestión de tiempo, y no demasiado, para que veamos un equilibrio y hasta un dominio femenino en algunas áreas que tradicionalmente eran masculinas”.
Las mujeres, opinó el investigador emérito del Instituto de Ciencias Nucleares e integrante de El Colegio Nacional, han demostrado tener capacidad en todos los campos del conocimiento, así como la pasión y la intuición necesarias para destacar.
Techo de cristal
Cuando los niños son pequeños, sin importar el género, son curiosos; pero conforme crecen pierden el interés por las ciencias. “No sé si sea lo que ven en la televisión o lo que escuchan en casa o la escuela”, dijo Glora Delgado Inglada, del Instituto de Astronomía (IA).
Para las niñas y las mujeres hay un “techo de cristal”. En porcentaje, la presencia femenina es menor a medida que se eleva el nivel de estudios. La carrera de los varones va en ascenso siempre, a diferencia de la de ellas, que registra bajas cada vez que tienen hijos. “Es curioso que ese hecho, que es cosa de dos, en principio sólo afecte negativamente a la mujer”.
La especialista en Astrofísica, maestra y doctora en Ciencias por el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE, Puebla), expuso que en el IA el porcentaje de investigadoras oscila entre el 28 y 30 por ciento. El número ha crecido, pero muy poco, así que “todavía queda mucho por hacer”.
A pesar del esfuerzo de la comunidad internacional para promover la participación femenina en esas áreas, siguen enfrentando barreras que les impiden participar plenamente. De acuerdo con un estudio realizado en 14 países, la probabilidad de que las estudiantes terminen una licenciatura, una maestría y un doctorado en alguna materia relacionada con la ciencia es de 18, 8 y 2 por ciento, respectivamente, mientras que la probabilidad para ellos es de 37, 18 y 6 por ciento.
Dentro de la ciencia, añadió Delgado, hay carreras que se asocian más con las mujeres, como biología, y otras con los hombres, como física. “No sé por qué, porque nuestro cerebro es igual, y la única diferencia está en nuestra manera de atacar problemas, de resolverlos, lo que en realidad debería ser muy bueno para complementarnos y desarrollar trabajo en equipo”.
Como una manera de “emparejar la cancha”, se tiene que alentar a las niñas para que estudien matemáticas y ciencias.