Participará en seminario de la Filuni
Claudia Piñeiro, comprometida con las causas sociales
La ficción, estrategia para abordar temas como el aborto, los desaparecidos o la violencia de género
Los derechos de las mujeres, el aborto y la violencia de género son temas que se le aparecen como fantasmas a la escritora Claudia Piñeiro. “Vuelven y vuelven en historias”, cuenta en conversación con Gaceta UNAM.
Cuando se debaten públicamente no quiere quedarse fuera. La reflexión sobre los derechos de las mujeres está presente en su obra: “En mi primera novela, Tuya, está el tema del aborto; en la segunda, Las viudas de los jueves, la violencia de género; en Elena sabe está otra vez el aborto, el rol de la mujer, los estereotipos en los que tenemos que encajar las mujeres; en Una suerte pequeña hablo del deseo de no ser madre; en mis cuentos, Quién no y Catedrales está de nuevo el aborto.
Claudia Piñeiro, ganadora de los premios Sor Juana Inés de la Cruz en México, el Dashiell Hammett de la Semana Negra de Gijón, y el Pepe Carvalho de Novela Negra de Barcelona, ambos en España, recuerda que en 2018, cuando se empezó a tratar la ley del aborto en Argentina, “vinieron compañeras del colectivo La Campaña por el Aborto Legal Seguro y Gratuito, a pedirme si podía ir a hablar ante los diputados, las comisiones en las que se estaban discutiendo las leyes sobre el asunto. Para mí era una responsabilidad asistir, ya que vienen a buscarte por algún motivo. En este caso eran actrices, escritoras, gente conocida, porque los diputados y las diputadas no escuchaban a nadie más. Cada uno iba con su propia idea, ponían la cara, tomaban café, revisaban el teléfono; mientras los demás daban los argumentos. Entonces ellas dijeron: ‘queremos que vaya gente a la que le hagan caso, aunque sea porque los leyeron o los vieron en una película o se quieren sacar la selfie’. Era muy gracioso porque en esas sesiones yo he visto a diputadas, de lo más conservadoras, machistas y antiabortos, sacarse fotos con la actriz que fue a pelear por el aborto, porque decían: ‘se lo quiero mandar a mis nietos’. Y si iba un médico o un abogado a hablar del asunto no lo escuchaban con tanto interés”.
La escritora argentina cree que la ficción es una gran estrategia para entrar en temas sociales, como el de las personas desaparecidas. “A lo mejor hay una persona que si vos le vas con un ensayo sobre la desaparición de personas, el aborto o la violencia de género, va a decir: ‘no, me aburre, no tengo ganas de leerlo’. Pero si vos le llevas la historia de una familia, en la que una joven tuvo un aborto y murió, o uno de sus hijos fue desparecido y ahora no encuentran a su nieto, y lo cuentas en una novela; entonces ese relato pasa a ser una historia en la cual se generan empatías. A vos puede no haberte pasado eso, pero puedes hacer empatía con ese personaje”.
La dictadura
De todas sus novelas, añade, la única que toca el tema de la dictadura militar argentina se llama Un comunista en calzoncillos. “Es una obra autobiográfica, que tiene ficción, pero también tiene que ver con el momento en que Argentina pasaba de la democracia a la dictadura, al mismo tiempo que yo pasaba de la niñez a la adolescencia. Es un pasaje junto a mi padre, quien decía ser comunista pero que se quedaba en su casa tomando mate en calzoncillos. Se trata de una serie de cosas que tienen que ver con esa época de mi vida y que se vinculan con la dictadura, pero como una historia familiar”.
En las otras novelas no toca específicamente el tema de la dictadura, pero lo que hoy pasa en su país es consecuencia de aquellos momentos. “Entonces, aunque vos no estés metido en un relato de la dictadura, o relacionado con quienes estuvieron en ella, las personas que hoy transitan por la Argentina llevan esas marcas, es muy difícil que no estén”.
Piñeiro participará en Borrando fronteras. Seminario Vindictas sobre narradoras hispanoamericanas (del 30 de agosto al 14 de septiembre), en el marco de la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni). Hará una reflexión actual “de qué tenemos que hacer sobre determinadas circunstancias ahora para que mañana no seamos olvidadas. Si hoy existen escritoras que están escribiendo y cuando llegan los libros al colegio son censurados por los padres, o por algún directivo, porque hay controversias de si los niños pueden hablar o no de determinados temas, esas escritoras van a terminar desapareciendo. Y ellas son las que están escribiendo sobre lo que nos pasa a nosotros, a los niños y a los adolescentes”.