Programa Apuntes de la Cátedra Ingmar Bergman
Como artista o gestor, es básico encontrar un discurso propio
Juan Meliá, director de Teatro UNAM, habló con estudiantes de arte dramático sobre resiliencia, políticas culturales y curadurías
Juan Meliá, director de Teatro UNAM, conversó con Bruno Zamudio y Hebzoariba H. Gómez sobre resiliencia, políticas culturales y curadurías, en una transmisión en vivo del programa Apuntes, que realiza la Cátedra Ingmar Bergman en colaboración con el Centro Universitario de Teatro, el Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras y Teatro UNAM. En esta oportunidad se hicieron algunos cuestionamientos sobre lo que ocurre en las escuelas de formación escénica.
De inicio, Meliá explicó que coexisten diferentes modos de acercarse y pensar la gestión cultural. “Conviene saber dónde estamos parados y, a partir de ello, tomar mejores decisiones”.
A solicitud de sus entrevistadores, habló un poco de su trayectoria como gestor cultural. Mencionó que vivía en Guanajuato y que, una vez concluido su bachillerato, decidió trasladarse a Ciudad de México para estudiar literatura. En una de sus visitas a la capital del país entró a una de las funciones de la Compañía de Ballet Independiente. Relató que una vez que puso un pie en la butaquería, empezó a llorar como niño chiquito, fue en ese preciso instante que supo que quería estar ahí. Eso lo impulsó a estudiar danza contemporánea dos años, luego pasó a arquitectura a la vez que hacía fotografía y se daba a la tarea de montar exposiciones; una de las primeras fue en una feria del libro. Lo que siguió para él fue enrolarse en actividades como gestor cultural a nivel institucional.
“El haber tocado muchas bases me dio herramientas de vida real, lo que es fundamental en cualquier tipo de gestión. De estas experiencias aprendí que no hay una receta única, ni que todos debemos seguir un mismo camino. Pero, además y de manera muy importante, que es básico encontrar un discurso propio. Ese proceso requiere de total compromiso y valentía, pues es algo arriesgado. Me he dado cuenta que uno comete muchos errores de lectura de uno mismo, y que ha ido cambiando la forma de ser artista. La clave hoy día es buscar un lenguaje personal. En lo particular he sido muy feliz programando, a mí el teatro me adoptó como gestor”.
En otra de sus intervenciones reconoció que los gestores tienen cierto mal: “copian mucho y producen poco del discurso propio”.
Sobre el proceso formativo en las escuelas de artes escénicas, dijo que parecieran seguir un modelo o patrón que se ocupa de replicar el gusto o tendencia de ciertas personas. “Es precisamente el desarrollo de un discurso propio lo que pone en crisis dicho modelo. Para convertirse uno mismo en creador, gestor, investigador o crítico hay que adentrarse en un proceso que te distinga. Se pasa por un aprendizaje que te lleva a lograr un discurso propio, lo que genera más valor si éste se halla integrado a un sector, concepto y entorno.
“Es indispensable conocer bien la comunidad para la que trabajas, así como el público al que te diriges. Hay que escucharlos, y en consecuencia creer en el proceso de la escucha colectiva, ya que por lo regular nuestras prácticas al respecto son fatales, de ahí que haya que trabajar mucho en ellas”, consideró Meliá, quien de paso dijo sentirse más cómodo con el término de mediador cultural que con el de gestor o promotor para definir una vocación como la suya.
Sugirió una cuidadosa y detenida lectura de nuestro entorno para alcanzar una mejor cogobernanza, e invitó a emprender las batallas que sean necesarias a fin de que las minorías vivan la experiencia cultural. “Mi postura es que los procesos de participación se conviertan en algo colectivo. Escuchémonos como sector, ya sea desde el ámbito independiente o institucional, discutamos las tareas de manera abierta. Veamos cómo mejorar el sector, qué modelos necesitamos desarrollar y cuáles herramientas nos sirven para tal fin. No olvidemos que también la cultura ayuda a nuestra salud”, precisó.
FITU
Al final de su participación, anunció la reciente convocatoria del 29 Festival Internacional de Teatro Universitario (FITU), a realizarse en agosto y septiembre próximos. Será, dijo, “un festival de encuentro y no de competencia. Hacemos desde ya un brutal llamado a lo presencial desde todas sus posibilidades”. Para esta edición se quiere reflejar lo vivido en la pandemia. Las propuestas y formatos que las herramientas digitales proporcionan también se mostrarán.