Uno de cada cuatro mexicanos padece hipertensión arterial, lo que equivale a poco más de 31 millones, señaló Juan Pablo García Acosta, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala.
A propósito del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, que se celebra el 17 de mayo, el médico señaló que “de ese total de gente hipertensa, cerca de 40 por ciento ignora que tiene esta enfermedad, y ello repercute en su condición de salud; y de 60 por ciento que conoce el diagnóstico, solamente la mitad están controlados”, añadió.
Este padecimiento crónico degenerativo en México avanza con la llamada transición epidemiológica. “Estamos viviendo el predominio de ciertos males, en particular las crónicodegenerativos, que van desplazando a los infecto-contagiosos, debido al cambio de perfil demográfico de nuestra población, donde ha crecido la esperanza de vida y hoy tenemos más adultos mayores”, señaló.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública y la Secretaría de Salud, uno de cada cuatro adultos en México padece hipertensión arterial, es decir, 25.5 por ciento de la población.
Asesina silenciosa
Es llamada “asesina silenciosa”, porque generalmente se presenta sin síntomas. Sin embargo, cuando avanza y ocasiona otros padecimientos puede causar dolor de cabeza, visión borrosa, náuseas, vómito, confusión, alteraciones en la visión y hemorragias nasales.
Aumenta el trabajo del corazón, lo debilita al paso del tiempo y aumenta el riesgo de alguna complicación cardiovascular (infarto e insuficiencia cardiaca, accidente vascular cerebral) o trastornos en los riñones (insuficiencia renal).
“Afecta otros órganos y tejidos, pero en cerebro, corazón y riñón se concentran las principales complicaciones derivadas de la hipertensión arterial”, indicó García Acosta.
Los factores de riesgo para desarrollarla son: exceso de peso, falta de actividad física, consumo excesivo de sal y alcohol, ingesta insuficiente de potasio, tabaquismo, estrés, presión arterial fronteriza (de 130-139/85-89 mmHg), antecedentes familiares de hipertensión y tener más de 60 años de edad. También afectan el colesterol elevado, la diabetes y el sobrepeso u obesidad.