Con un pie en el primer equipo

El destino que quiere para su vida es claro. Él está convencido que pronto podrá cumplir el sueño de infundirse en los colores azul y oro para defender al club que le ha inculcado años de formación y valores. “Pueden esperar de mí a un jugador que dará todo por Pumas, no dejará de luchar y pondrá el nombre de la Cantera en alto”, asegura Héctor Ramírez, canterano del Club Universidad Nacional.

El recorrido en los parques, junto a su papá y su abuelo, despertó su gran gusto por el futbol desde la infancia. Las tardes en las que jugaban con el balón, y hasta con botellas que encontraba en la calle, serán recuerdos invaluables para él y dos de sus grandes pilares. Años más tarde, el Club Universidad Nacional le abriría las puertas.

“Yo estuve en una filial de Pumas. Me comentaron que habría un torneo de visorías en Acapulco. Mi papá me explicó cómo era pertenecer a las fuerzas básicas. Fui a la prueba y, al terminar, me pidieron los datos. Tiempo después me presenté en la Cantera y en una semana me quedé en el equipo. ¡Qué suerte tuve! Estaban a nada de cerrarse los registros.”

Cuando Héctor recibió la noticia de que se quedaría en Pumas, se acercó a su mamá para contarle. Era una fecha especial y él tenía el mejor obsequio para ella. “Era su cumpleaños. Llegué a mi casa con los papeles de registro. Mis papás no sabían si serían noticias buenas o malas, a veces esperan lo peor; pero me acerqué, le mostré a mi mamá el documento y le dije: ‘Feliz cumpleaños’”.

Héctor Ramírez ha recorrido todo el proceso de fuerzas básicas en Pumas. Desde la sub-13, sub-15, sub-17, sub-18 y hasta sub-20. Considera un honor tener una formación como canterano auriazul, pues asegura que hay características únicas que los definen. “Lo fundamental es la garra de todos nosotros. No darse por vencidos ni rendirse, luchar por los sueños, la constancia y perseverancia son cosas que sólo los canteranos de Pumas tienen”.

Se desempeña como lateral por izquierda. También ha jugado en muchos torneos como defensor central. Incluso, contempla a Héctor Moreno –uno de los canteranos auriazules que triunfó en Europa y en la selección mexicana– como uno de sus referentes. “Soy mentalmente fuerte, perseverante y constante. No me rindo, siempre tengo la frente en alto”.

Hace unos meses, en el Apertura 2022, Héctor vivió uno de los momentos que marcarán su carrera futbolística: ser campeón y capitán con Pumas sub-20. “No me imaginaba triunfar en la sub-20 porque inicié el torneo con la sub-18, y creí que ahí me iba a quedar. A los dos partidos me subieron y me pusieron de capitán. Ese partido goleamos, desde ahí sentí que éramos una familia unida. El ambiente en el equipo era muy bonito. Llegamos a liguilla y estábamos convencidos de que podíamos ser el primer equipo sub-20 de Pumas en obtener el campeonato. La mentalidad estaba en levantar ese trofeo. La sensación de ser capitán en una categoría muy importante es todavía mejor”, recuerda el canterano puma.

La imagen de ver a su familia, instantes después de consagrarse campeón con Pumas, se ha convertido en una de las más especiales para él. Se acuerda de los momentos difíciles que vivieron: “A veces no tenían el dinero para viajar a los partidos de visitante. Todos hacían lo posible para apoyarme. Por el futbol dejé de asistir a eventos familiares, incluso perdí amistades, pero todo el sacrificio ha valido la pena”.

Uno de sus objetivos a corto plazo es debutar. “Ya tengo la mentalidad ahí y el trabajo me respaldará. Quiero ser parte del 11 titular de Pumas. Pienso en consolidarme, jugar en la selección mexicana y en Europa”.

Tiene su mira definida, los objetivos trazados; ha entrenado con el primer equipo de Pumas de manera frecuente y está convencido en cumplir el sueño que su destino le tiene preparado.