Figura clave en la historia del arte mexicano

Conmemoran 43 aniversario luctuoso de Juan O’Gorman

El artista fue el primero que practicó en México la corriente de la arquitectura funcional

Biblioteca Central de Ciudad Universitaria. Foto: UNAM Global.

Las aportaciones vanguardistas de Juan O’Gorman (1905-1982) al campo de la pintura, el muralismo y la arquitectura lo consolidan como un artista integral y una figura clave del arte mexicano. Su constante experimentación con diversas técnicas plásticas, como el fresco, el mosaico, el óleo y la témpera, así como con distintos formatos, tanto en obras de caballete como en murales monumentales, reflejan su versatilidad. A ello se suman sus contribuciones arquitectónicas, sus escritos y sus teorías, que enriquecen aún más su legado artístico.

Así lo consideró Dafne Cruz Porchini, doctora en Historia del Arte e investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, a propósito del 43 aniversario luctuoso (18 de enero), de quien fuera egresado de la antigua Academia de San Carlos.

“Es una figura clave dentro de la historia del arte y también de nuestro país, precisamente por las propuestas vanguardistas que encabezó. Fue el primero en México que postuló y llevó a la práctica la corriente de la arquitectura funcional (donde se antepone la función a la forma)”, señaló en entrevista.

Sus aportaciones van más allá del emblemático mural de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria (CU), con el que fue “muy cuidadoso y puntilloso en búsqueda de las piedras de colores que conforman la técnica en mosaico”, y del cual se sentía sumamente orgulloso, comentó.

No hay que perder de vista que Narciso Bassols, como secretario de Educación Pública, lo nombró en 1932 jefe de la Oficina de Edificios en el Distrito Federal, con lo que empezó la edificación de las escuelas funcionalistas y, a la vez, impulsó un programa educativo artístico en el que también se pintaban murales.

Como muralista, escribió Jorge Alberto Manrique, investigador del IIE, en la Revista de la Universidad de México de septiembre de 1983, O’Gorman se inició con la decoración de cantinas, de 1924 a 1930.

En 1937-38 realizó su primera gran obra, los murales del viejo aeropuerto, parcialmente destruidos, en 1941, la que quizá fue de más aliento en el género, la decoración de la biblioteca Gertrudis Bocanegra, en Pátzcuaro, Michoacán, y en 1950-51, el citado mural de mosaicos de la Biblioteca Central de CU. Después vendrían los murales el Retablo de la Independencia en el Castillo de Chapultepec (1960-61), el del Seguro Social en la Unidad Independencia de San Jerónimo (1963), el del Banco Internacional en Paseo de la Reforma (1965) y el de la Sala de la Revolución en Chapultepec (1968-69), por ejemplo.

Por supuesto sin olvidar su participación junto con otros artistas en los murales del antiguo Centro SCOP, de Xola y Eje Central, a mediados del siglo XX.

Su obra cruzó fronteras como lo muestran los murales De la confluencia de las civilizaciones de América Latina, en el Teatro Lila Cockrell, en San Antonio, Texas, elaborado en 1968 para conmemorar los 250 años de la fundación de dicha ciudad. Así como el diseñado por él en el Balneario Tupahue, del Parque Metropolitano de Santiago de Chile.

“Pondría el acento en una de sus pinturas de caballete que se llama La Ciudad de México de 1949, donde está un obrero ubicado desde el Monumento a la Revolución y eso le permite mirar la ciudad, se trata de una obra emblemática, ahora en el Museo de Arte Moderno del INBA”, añade la académica.

Dafne Cruz –quien ha participado en la curaduría de exposiciones sobre la obra del también arquitecto– recuerda que en 1930 O’Gorman conoció a Diego Rivera, a quien admiró y con quien estableció una relación de amistad. De hecho, Rivera le encargó la construcción de su casa estudio, que se encuentra en Altavista, ahora Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo.

La investigadora rememora que O’ Gorman además edificó inmuebles para Manuel Toussaint, Luis Enrique Erro, el pintor Julio Castellanos, así como para la galerista y promotora del arte mexicano Frances Toor, entre otros.

Su origen

Nació el 6 de julio de 1905 en la Ciudad de México, primogénito de Cecil Crawford O’Gorman, ingeniero químico de origen irlandés, avecindado en México. Parte de su infancia transcurrió en Guanajuato. Estudió arquitectura en la antigua Academia de San Carlos.

Su trabajo recepcional en arquitectura lo presentó en 1935 con la tesis: Escuela primaria en Tampico, Tamaulipas, de 22 páginas. En la página 8, de la edición del 21 de enero de 1982 de Gaceta UNAM, se registró el hecho de su muerte, donde se destacó que fue el primero en México en postular y llevar a la práctica la corriente de la arquitectura funcional.

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