El cráter donde amartizó el robot Perseverance de la NASA se ubica donde llega el delta de un río, porque ahí se piensa que pudo florecer la vida; “si en Marte hubo vida, los científicos pueden encontrarla”, aseguró Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM.
“El cráter tiene 48 kilómetros de diámetro; en su orilla ya se han encontrado muchas rocas carbonatadas, que podrían contener fósiles, como sucede con las conchas de mar en la Tierra. El delta del río formaba un lago muy grande”, pormenorizó.
La astrónoma comentó que ésta y dos misiones más se dirigen al planeta rojo y recalcó que tienen que ser muy cuidadas, porque sería terrible llevar contaminación de microorganismos de la Tierra a Marte.
Lo más bonito de estas exploraciones, opinó, es que involucran a muchos tipos de personas, de diferentes profesiones, son acciones audaces que están reclutando a gente de todo el planeta.
“Se requieren científicos de varios tipos: astrónomos, ingenieros, expertos en cómputo, navegación, inteligencia artificial; médicos, agrónomos… Así que, chicos de la UNAM, cuando vean las convocatorias apúntense, sólo se necesita una licenciatura, estar sanos y competir”.
Del mismo lado del Sol
Julieta Fierro explicó, además, que la Tierra “tarda un año en dar la vuelta al Sol y Marte un poco más de dos años. Así que para ir a ese planeta hay que esperar que los dos mundos estén del mismo lado del Sol, pues si la Tierra está de un lado y Marte del otro el viaje sería larguísimo. Por eso, todas las misiones se planean para cuando están cerca los dos planetas”.
La también divulgadora precisó que del planeta rojo los científicos, para trabajar en él, tienen que entender bien su composición química, densidad, así como su geología.
Hay quienes piensan que Marte se podrá convertir en el futuro en un planeta habitable. “Estos proyectos son de muy largo plazo. Terraformar a Marte nos tomará unos 300 años, más o menos. Pero hay que empezar, y la manera de hacerlo es saber las condiciones, ver el tipo de suelo que tiene para cultivos, lo que ya se está analizando”, apuntó.
Hasta el momento, con algunas bacterias y minerales agregados, en la Luna han logrado crecer rábanos y en Marte varios tipos de lechugas que están prosperando, a pesar de diferencias en la gravedad.
“En Marte y en la Luna, cuya atmósfera es muy tenue, llegan los rayos cósmicos del Sol, que producen mutaciones muy fuertes y podrían lastimar a los astronautas. Para evitarlo, una idea es cavar agujeros en las lunas de Marte para que los astronautas vivan allí, o también que su hábitat sean los túneles de flujos de lava endurecida, como los que hay en la Tierra”, concluyó.