Uno de los problemas más visibles de las ciudades contemporáneas es la movilidad. Cada una de las personas que transita a diario por las urbes tiene una experiencia diferente al transportarse; ya porque ocupe transporte público o ya porque use privado y, entre estos vehículos, recurra a motorizados o no motorizado.
Pero más acentuado es el contraste debido a la condición de edad, de género o de capacidades diferentes de los ciudadanos. Cualquiera de estas situaciones determina comodidad, efectividad e inversión de tiempo en sus traslados.
Así lo expusieron Laila Patricia Estefan Fuentes y Sharon Ocampo Arias, del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), al ofrecer la charla Movili(e)dades: experiencias cotidianas de transitar la ciudad, como parte del programa alterno de la exposición 10 en Humanidades que se exhibe en Universum, Museo de las Ciencias.
Ante jóvenes universitarios, las investigadoras adscritas al PUEC explicaron que en lo que se refiere a las zonas urbanas, la movilidad es una práctica social que relaciona a los ciudadanos a través de políticas públicas establecidas. Esta rutina social tiene que ver principalmente con un sistema de transporte de pasajeros y mercancías dentro de una determinada urbe. En esta organización fundamental de la vida social y económica de las ciudades, también se encuentran involucrados el empleo de tecnologías, la planificación urbana y la adecuación de vías para la circulación de vehículos.
Para el caso de la Zona Metropolitana del Valle México (ZMVM), las investigadoras señalaron que se registran en promedio 34.5 millones de viajes diarios. Sobre los motivos por lo que sus habitantes se desplazan, 42 % lo hace por trabajo y 23 % para estudiar en cualquiera de los niveles, ya sea básico, medio superior y superior.
De allí que las políticas públicas de movilidad deben ser cada vez más igualitarias e inclusivas, respondiendo al derecho a la ciudad entendido como uno más de nuestros derechos humanos, concluyeron las investigadoras.