Mesa redonda convocada por el IISUE y la UDUAL
Cooperación, no competencia, la ruta para la educación superior
Los tiempos recientes evidenciaron que se requiere colaboración científica, así como acuerdos regionales y globales hacia un frente común ante los retos
Los tiempos recientes evidenciaron que se requiere cooperación científica, así como acuerdos regionales y globales hacia un frente común ante los retos, manifestó Leonardo Lomelí Vanegas, secretario general de la UNAM.
Los sistemas de educación superior, precisó, siguen dominados por la competencia. Hay que salirnos de esa lógica, optar por la cooperación, aun cuando eso vaya en contra de la globalización, de los rankings; debemos pensar en América Latina y cómo nos complementamos para potenciar capacidades.
Al intervenir en la mesa “Mirada Latinoamericana y Caribeña: la hoja de ruta Unesco de la educación superior”, convocada por el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), así como por la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL), Lomelí Vanegas reiteró que la relación entre las instituciones educativas superiores debe basarse en la cooperación.
La pandemia que pasamos, continuó, no sabemos si tendrá el mismo destino que la influenza española de hace más de un siglo, o si es el inicio de una etapa de enfermedades, y esto va a requerir la cooperación científica y farmacéutica, tener acuerdos globales de salud y de ciencia. Eso lo hizo evidente esta emergencia sanitaria, incluso las personas más afectadas en la educación fueron aquellas que no tenían acceso a internet, y esa brecha digital puede ampliar la desigualdad.
“Pasemos de declaraciones de ‘internet para todos’ a una realidad en la que tenemos que evitar que los grandes monopolios de las inversiones puedan tener mayor poder de negociación que las universidades. Para eso se necesita que haya posiciones comunes, nacionales, regionales, hacer un frente común”, resaltó.
Marco para la discusión
En el conversatorio, moderado por Roberto Escalante Semerena, secretario general de la UDUAL, que analizó el documento recientemente presentado por la Unesco denominado “Hoja de Ruta para la Educación Superior”, en la clausura de la Conferencia Mundial de Educación Superior, resultado de una conversación global entre mil 800 delegados de 130 países, Hugo Casanova Cardiel, director del IISUE, aseguró que “sólo nos da una pauta, pero no constituye un instrumento detallado”.
La iniciativa “no cuenta con un diagnóstico claro de los retos y de la pandemia. Es un documento de un mundo feliz, y considero que la educación arrastra problemas de orden estructural por muchos años. Parece que le hablamos a otras naciones, no a quienes enfrentan problemas reales con asimetrías sociales”.
Ante esto, remarcó que la cooperación y la competencia son muy pertinentes en términos analíticos, pero lamentables en la realidad, por lo que un medio apropiado para el desarrollo y el fortalecimiento de las universidades es precisamente la cooperación, “potenciar los mecanismos que nos articulan”.
Eduardo Humberto Muñoz y García, investigador Emérito del Instituto de Investigaciones Sociales, consideró que el documento de la Unesco pone énfasis en que los sistemas educativos y las instituciones que los forman caminen hacia una mayor apertura y flexibilidad, así como a la equidad social y la igualdad de oportunidades.
“Los resultados de investigación deben ser producidos en equipos. La hoja de ruta no es destino, es proceso, propone que las universidades cambien de dirección hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, porque no podemos seguir haciendo academia como en los años 60.”
Para Alejandro González Ledesma, investigador del IISUE, es la crisis del multilateralismo el problema de fondo en este documento de la Unesco, en un escenario internacional marcado por la incertidumbre y la desconfianza.
Apuntó que la cooperación y la conducción requieren la construcción de capacidades, y algunas instituciones no son ni sistemas educativos. “Hay que mejorar el acceso a éstas, porque existen grandes empresas tecnológicas que se dedican al monopolio de la educación, y pueden dictar algunas normas”.