Ante la nueva realidad epidemiológica que se vive no sólo en nuestro país, sino también en el resto del planeta a raíz de la pandemia de la Covid-19, la UNAM creó el Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes (PUIREE), en sustitución del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS).
Los objetivos del PUIREE son: vigilar eventos epidemiológicos significativos para su alerta y análisis tempranos, realizar análisis permanentes de los riesgos en evolución, establecer alianzas para implementar respuestas preconcebidas tempranamente, difundir la importancia de la prevención y los estudios anticipatorios, y coordinar las actividades universitarias para una respuesta temprana en circunstancias de riesgo epidémico.
Poco después de que irrumpió la pandemia, se integró la Comisión Universitaria para la Atención del COVID-19, con el fin de establecer lineamientos y generar propuestas que permitieran mitigar los efectos de aquélla en la comunidad universitaria, así como para reflexionar acerca de sus implicaciones en nuestro país.
“Pensamos que esta comisión, que ha funcionado todos los días a lo largo de casi tres años, debía transformarse en una instancia permanente que tuviera la posibilidad de estudiar cualquier problema epidemiológico, tratar de identificarlo de manera temprana, apoyar a las autoridades federales y de Ciudad de México y, sobre todo, atender a la comunidad universitaria. Fue así como surgió el PUIREE”, dice Samuel Ponce de León Rosales, coordinador de este programa universitario (antes lo fue del PUIS) y de la Comisión Universitaria para la Atención del COVID-19.
El PUIREE abordará los riesgos para la salud fundamentalmente biológicos, es decir, epidemias, pandemias y enfermedades emergentes y reemergentes.
“Esta es la respuesta necesaria que la UNAM tiene que dar frente a un panorama que está definiéndose cada vez más en función del incremento de los riesgos epidemiológicos.”
Nueva época
Ponce de León Rosales ubica el inicio de la nueva época de los riesgos epidemiológicos hacia 1981, cuando se identificó la epidemia de VIH/Sida.
“A partir de entonces, ha habido un elevado número de brotes epidémicos en todo el mundo, unos más intensos que otros. Ahora bien, esta nueva época está determinada por diversos riesgos globales que no dejan de proliferar, como la pobreza, los sistemas de salud deficitarios, el cambio climático, las migraciones…, y que interactúan en urbes como Wuhan, Nueva York o Ciudad de México, donde la densidad poblacional facilita la transmisión de enfermedades. Así, debido a que la frecuencia de este problema aumentará, tenemos que estar preparados para atenderlo”, indica.
Ponce de León espera que el PUIREE pueda dar una respuesta suficiente frente a un panorama que, paulatinamente, se vuelve más complejo por los riesgos biológicos que impone vivir en un mundo como el nuestro.
“Hoy en día, ya somos más de ocho mil millones de habitantes que nos aglomeramos en urbanizaciones inadecuadas para la salubridad en general, con altos niveles de pobreza, servicios insuficientes, capacidades sanitarias limitadas y retraso en la identificación de esos riesgos súbitos. La meta del PUIREE será aminorar los efectos que propicia este tipo de condiciones”, concluye.