Crece el magisterio de Gladiola Orozco

Homenaje en la Sala Miguel Covarrubias a la bailarina, coreógrafa y maestra universitaria; ella recuerda sus clases en Casa del Lago

Diarios de Rita Berlín, una de las piezas que se presentarán. Foto: Manuel Villalobos.
Una danza contemporánea de mucho rigor técnico y asociada con preocupaciones sustanciales de nuestro tiempo. Con estos rasgos han definido la obra de la bailarina, coreógrafa y maestra Gladiola Orozco sus colegas, compañeros de trabajo y alumnos. Un magisterio con el que se acerca a los 90 años en octubre de 2024.

La Dirección de Danza de la UNAM y el Centro de Producción de Danza Contemporánea (CEPRODAC) colaboran para rendir homenaje a esta legendaria figura de la danza en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario el viernes 31 de mayo a las 20 horas, así como sábado 1 y domingo 2 de junio a las 17 y 18 horas, respectivamente.

Gladiola Orozco inició su carrera en 1950 como bailarina del Ballet Nacional de México, dirigido por Guillermina Bravo, su fundadora y gran formadora de profesionales de la danza. “Ahí aprendí a vencer y no ser vencida”, diría Gladiola Orozco.

Y sí, a partir de ese momento tuvo encuentros afortunados que definieron su carrera. En 1957 participó en una gira que la llevó a Europa y a China, país que marcó profundamente su visión de la danza.

Otro contacto afortunado se dio en 1966, cuando viajó a Nueva York para tomar clase en la escuela de la mismísima Martha Graham, una de las grandes madres de la danza contemporánea, cuya técnica original codificó ciertos principios del cuerpo y trajo el arte moderno hacia la danza.

Orozco fue fundadora del Ballet Independiente de México, y posteriormente del Ballet Teatro del Espacio, que dirigiría junto a Michel Descombey como un proyecto colectivo, junto a sus intérpretes. Esta compañía se mantuvo en pie durante 44 años y fue una de las más prolíficas e influyentes del panorama de la danza contemporánea en México. Es responsable de abordar por medio de un lenguaje contemporáneo temas fuertes sobre la condición humana, como la figura de Antonieta Rivas Mercado o la de Anna Frank, y de coreografías memorables como Ícaro o Estudio para cinco.

En Gladiola Orozco suele reconocerse que inyectó en la danza mexicana libertad creativa, un lenguaje muy contemporáneo, la noción del “coreodrama” (derivado del teatro-danza que poblaba la vanguardia de los años 60 y 70), y la formación de cientos de bailarines y de instituciones que eran necesarias.

Pilar de la danza

Cecilia Lugo, directora de CEPRODAC, ha coordinado este homenaje en el que se presentarán las obras Diarios de Rita Berlín, de María Brezzo, y Signos… el cuerpo de la noche, de Óscar Ruvalcaba, coreografías que tocan lo interdisciplinario.

“La obra de Ruvalcaba es de mucho movimiento, en la que el perfil de los bailarines es dinámico, muy físico, y que explora las relaciones amorosas donde se intenta estar cerca del otro y no es posible. Mientras que la obra de Brezzo, que aborda sus propios diarios de forma ficcional, mezcla la escritura en vivo en una pantalla con evoluciones muy interesantes de los bailarines, quienes fungieron como creadores de movimiento también. De alguna manera son obras parecidas a las que se bailaban en el Ballet Teatro del Espacio”, comenta Cecilia Lugo.

Sobre el papel de Gladiola Orozco en la tradición dancística de México, Lugo no duda en calificarla como un icono, un pilar. “La danza mexicana es muy buena y tiene excelentes bailarines y coreógrafos porque hubo gente como Orozco, que sembró este camino rugoso y logró muchas cosas para la tradición. Ella tocó puertas y las abrió. Bailar es también crear los espacios para que la danza exista, y lo hizo”.

Quizá por eso no paran los tributos a Gladiola Orozco desde las siguientes generaciones, para quienes abrió paso y despejó el camino.

Por encontrarse fuera de México, la maestra Orozco envío un saludo a la UNAM, recordando la época en “que fui invitada por Juan Vicente Melo, entonces director de Casa del Lago, para crear los cursos de danza. Por tan excepcional experiencia, ahí di clases con mucha pasión a niños, jóvenes, adultos y, sobre todo, a actores”.

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