Cuatro científicas que contribuyeron a consolidar la astronomía
Estas cuatro científicas de la UNAM contribuyeron para la consolidación de la astronomía en México. Hoy ya no están presentes, pero su legado permanece.
Paris Pishmish
Fue la primera astrónoma profesional en México. Migrante turca de origen armenio, fue la primera mujer en obtener un doctorado en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Estambul, Turquía. Trabajó por más de 50 años en el Instituto de Astronomía (IA) de la Universidad Nacional, donde estudió galaxias, nebulosas y cúmulos estelares. Fue maestra y formadora de la primera generación de astrónomas y astrónomos profesionales en México, dejando un legado de más de 100 personas que siguen trabajando en astronomía. Falleció en 1999 a los 88 años de edad, y el auditorio principal del IA en Cuidad Universitaria (CU) lleva su nombre.
Yolanda Gómez Castellanos
Una de las fundadoras del Centro (hoy Instituto) de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA) en la UNAM, campus Morelia. Estudió las nubes de gas de estrellas jóvenes y viejas. Entre sus resultados destaca la primera detección de vapor de agua alrededor de una estrella vieja. Incansable divulgadora de la ciencia, fue imprescindible para la organización del Año Internacional de la Astronomía en México en 2009. Cálida y alegre, recibió varios reconocimientos por su labor de divulgación. Falleció en 2012 a los 50 años de edad, y el Paseo de las Ciencias de la Universidad Nacional, campus Morelia, lleva su nombre.
Paola D’Alessio Vessuri
Nacida en Oxford, Inglaterra, estudió la maestría y doctorado en el IA. Fue también una de las fundadoras del IRyA donde estudió los discos que se forman alrededor de las estrellas nuevas, tema del que era considerada una experta a nivel mundial. Publicó 100 artículos de investigación que aún reciben citas, obteniendo varios premios por sus trabajos de investigación. Murió en 2013 a los 49 años de edad.
Bárbara Pichardo Silva
De un carisma inigualable, también estudió la maestría y doctorado en el IA; posteriormente trabajó en dicho Instituto analizando la dinámica del gas y las estrellas en nuestra galaxia. Su modelo de los brazos espirales de la Vía Láctea ha sido ampliamente utilizado en el orbe. Contagiaba su alegría desbordante a sus estudiantes y también en proyectos de divulgación de alto impacto como la Noche de las Estrellas o Pequeños Cosmonautas. Falleció en 2019 a los 49 años de edad, y un aula del IA en CU lleva su nombre.