Es un espacio de simulación, semejante a una casa

Cuenta la FENO con Área de Enseñanza para la Práctica Avanzada en el Hogar

Con un enfoque de familia, permitirá enseñarle a los estudiantes de enfermería a atender pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles en un ambiente más humano, cálido y llevadero

Foto: cortesía Francisco Blas Valencia / FENO.

Las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) son las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo. Se trata de padecimientos cardiovasculares, respiratorios y renales, además de diabetes y cáncer.

Esas afecciones duran mucho tiempo y progresan lentamente. Por ello, una tendencia en la enfermería es su atención desde el hogar y con un enfoque de familia, que haga al tratamiento más humano, cálido y llevadero.

Para lograrlo y mostrar cómo los profesionales atienden a estos pacientes en casa, la Facultad de Enfermería y Obstetricia (FENO) de la UNAM inauguró el Área de Enseñanza para la Práctica Avanzada en el Hogar.

Financiado por la Fundación Gonzalo Río Arronte, se trata de un espacio de simulación, semejante a una casa, donde se apoyará la enseñanza de esta práctica a unos mil 500 estudiantes, quienes ahí aprenden la formación de competencias y la toma de decisiones en escenarios diversos, afirmó Rosa Amarilis Zárate Grajales, directora de la FENO.

Durante la ceremonia de inauguración del nuevo espacio, realizada en el Auditorio Marina Guzmán Vanmeeter y en el Centro de Enseñanza Clínica Avanzada (CECA, donde se develó una placa alusiva), Zárate Grajales narró que el proyecto redefinió su rumbo, pues se vio afectado por la pandemia; sin embargo, hoy en día cuenta con alta tecnología para que las y los estudiantes puedan atender desde el hogar.

Agregó que en los ocho años que tomó materializarlo estuvieron implicadas por lo menos 37 personas, entre enfermeras técnicas, generales, especialistas y directivas, tanto nacionales e internacionales, así como académicos de asignatura, tiempo completo, técnicos académicos y muchos prestadores de servicio social que sumaron sus talentos para hacer posible la culminación del proyecto. Y, sin duda, la voluntad institucional facilitó lograr convenios y la gestión de la adquisición de diversos recursos que hacen posible contar con el laboratorio que inició con una idea aspiracional.

Javier Moctezuma Barragán, director general de la Fundación Gonzalo Río Arronte, en su oportunidad, señaló su satisfacción ante la conclusión de un objetivo común con la FENO: atender a los pacientes.

Expresó que ese esfuerzo de la FENO es muy meritorio, mientras que la Fundación busca apoyar proyectos para los que se piden muchos requisitos.

La UNAM, a través de la FENO, desde el proyecto de investigación: “Modelo de formación de práctica avanzada de enfermería para la atención primaria a la salud en el cuidado a las personas con enfermedad crónica con enfoque de familia”, en su tercera etapa, obtuvo financiamiento por parte de la Fundación Gonzalo Río Arronte a partir de postularse con una iniciativa aprobada por el Comité de Ética e Investigación de la Facultad.

El proyecto inició con financiamiento PAPIIT de la UNAM, que permitió elaborar el diagnóstico de competencias para el cuidado a personas con enfermedad crónica con enfoque de familia desde la perspectiva de la enfermería de práctica avanzada, lo que implicó un trabajo de entrevistas con enfermeras expertas nacionales e internaciones y del primer nivel que ofrecieron sus mejores reflexiones para la siguiente etapa.

Un segundo momento consistió en un PAPIME, con el que se elaboró el primer escenario de simulación junto con materiales lúdicos para la enseñanza de práctica avanzada en el hogar, para finalmente en la tercera etapa implementar un “laboratorio” dirigido a la enseñanza simulada en atención primaria a la salud en el hogar que consiste en un espacio similar a una casa, en donde el alumnado de la licenciatura en Enfermería y Obstetricia podrá aprender, experimentar, desarrollar e incluso proponer estrategias para el trabajo en salud con la familia en su hogar.

Por último, Rosa María Ostiguín Meléndez, responsable del proyecto, dijo que éste suma talentos, colegas y estudiantes que creyeron y se emocionaron, convencieron y sumaron. “El proyecto inició en 2017 como una idea, se apoyó con un PAPIIT en 2018, luego vino el desarrollo del modelo y posteriormente la postulación a la Fundación que nos financió. Por lo menos son ocho años de trabajo, que va desde un modelo hasta un laboratorio”.

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