Desde 2016 en la Facultad de Medicina

Cuenta la Universidad con Clínica de Género

Se da atención y seguimiento en la parte psicológica y médica a víctimas de violencia, explica su titular, Ana Lilia Guerrero Viloria

La Clínica de Género de la UNAM, ubicada en la Facultad de Medicina, en el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, se creó en 2016 como una necesidad de dar atención y seguimiento en la parte psicológica y médica a víctimas de violencia, explica su titular, Ana Lilia Guerrero Viloria.

“Aunque en la Defensoría de los Derechos Universitarios (DDU) tienen un área de psicología, es sólo a nivel de intervención en crisis y contención. Ellos tienen cubierta también la parte legal, pero no la psicoterapéutica”, asevera.

La clínica es uno de muchos esfuerzos que hace la UNAM para atender a víctimas de violencia, agrega. “Falta mucho por recorrer, pero desde que surgió ha atendido de manera integral y especializada a todas las usuarias del servicio”.

Protocolo

Guerrero explica: “Se tiene un protocolo para que quienes lo requieran puedan acceder a sus servicios: Mediante la página http://psiquiatria.facmed.unam.mx/index.php/genero/, o haciendo una solicitud específica en la clínica. El primer contacto es con el área de trabajo social. Se hace una entrevista psicosocial, evalúan los factores de riesgo y de allí se realiza un cita ya para el área de psiquiatría.

Una vez que se lleva a cabo la valoración, pueden pasar dos cosas: si requieren de una intervención a nivel psiquiátrico, que tengan sesiones para determinar si están listas para trabajar la parte psicoterapéutica, o si necesitan de un fármaco interviene la psiquiatra; cuando lo considera, se pasan al área de psicología y se da psicoterapia con modelos de atención muy específicos basados en las circunstancias particulares de cada caso y el tipo de violencia que hayan recibido, dependiendo también de la evaluación de síntomas tanto emocionales como físicos. Comenzamos la intervención, se da terapia breve, se estipula muy bien lo que se trabajará cada sesión y tiene fecha de término”.

Una vez concluido el proceso, pueden continuar con seguimiento psiquiátrico o se les da de alta en ambas áreas, y se agenda una cita a los seis meses, tiempo suficiente para que las pacientes puedan evaluar cómo se siente, en qué aspectos ha avanzado; se hace una revisión y esta cita muchas veces da como resultado el alta definitiva.

La clínica recibe mayoritariamente casos de gente que ha sido violentada dentro de la Universidad, comenta Guerrero Viloria, “y en la parte de psicología encontramos que tienen historias de violencia, antecedentes de abuso sexual en la infancia o violación en la adolescencia o previo al último suceso de violencia que denuncian y que es lo que las lleva a la clínica. Los casos que recibimos son, en su mayoría, personas que tienen relación de pareja, la cual también pertenece a la comunidad universitaria.

“Quienes denuncian un hecho por parte de miembros de la comunidad, compañeros, conocidos de su misma escuela, profesores, normalmente no son la única persona que han denunciado a esos generadores de violencia.”

Para atender los casos de violencia existe la DDU, que tiene el área de atención a la violencia de género, “así que cualquier persona que reciba violencia como parte y por alguien de la comunidad universitaria tiene todo el derecho y el respaldo para denunciar estos hechos. Lo que hace es recibir a estas personas, darles la asesoría correspondiente en la parte jurídica; hacen intervención en crisis, les dan contención, les acompañan y les van dando seguimiento en cada caso para que puedan saber qué es lo que ha pasado con su denuncia” apunta Ana Lilia Guerrero.

Buscar ayuda, clave

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer es relevante, “no sólo como recordatorio, sino también por el activismo y por los múltiples hechos que podemos realizar en el día a día, como individuos en la parte personal y profesional”, menciona Guerrero Viloria.

“La recomendación es que busquen ayuda, no importa si ya pasó tiempo, nunca es tarde, aunque haya sucedido hace mucho. No es algo que se resolverá con el paso del tiempo; al revés, únicamente se va agudizando. Se cree que ya no les afecta, pero no es cierto. Sí hay un camino de recuperación de esta problemática.”

Y para quienes ejercen violencia, invita a que reflexionen “si en realidad les está resultando cómodo, porque seguramente les genera muchos problemas a lo largo de su vida, a nivel legal y en la interacción con el resto de personas que conviven. Sepan que hay formas de trabajar esta problemática, que no están solos; hay muchas organizaciones que ayudan a tratar de superar esto. Dentro de la UNAM está la Coordinación para la Igualdad de Género”.

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