Cumple cien años El origen de la vida

La Facultad de Ciencias y el Instituto de Ciencias Nucleares conmemoraron la publicación del libro; Antonio Lazcano rememoró el paso del científico por la UNAM

El biólogo y biofísico ruso Alexander Ivanovich Oparin, quien propuso la teoría de que la vida surgió paulatinamente gracias a procesos químicos y no por generación espontánea, también perteneció a la UNAM, destacó el profesor emérito de esta casa de estudios Antonio Lazcano Araujo.

Al participar en la celebración El origen de la vida: Centenario de la publicación de A.I. Oparin, organizada por la Facultad de Ciencias y el Instituto de Ciencias Nucleares, el reconocido académico rememoró que Oparin estuvo tres veces en México: En 1975 lo invitó la UNAM, en 1976 fue a Estados Unidos, y luego pasó unos días en el país para ofrecer charlas en la Facultad de Ciencias, y en 1979 también asistió a la celebración del 50 aniversario de la autonomía universitaria.

Lazcano Araujo recordó: “El doctor (Guillermo) Soberón recomendó que se le eligiera doctor honoris causa, de manera que fue miembro del claustro de la Universidad, y en particular de la Facultad de Ciencias”.

“Cuando se dijo que había que proponer a Oparin ante el Consejo Universitario necesitábamos su currículum, el cual pedimos a la embajada mexicana en Moscú; cuando llegó, era una sola hoja en la que se leía: ‘autor de una teoría del origen de la vida’, lo que refleja la modestia que tenía”.

Hacia 1922, Alexander Ivanovich Oparin propuso su teoría por primera vez en mayo de ese año en una conferencia que dio ante el capítulo moscovita de la entonces Sociedad Botánica de todas las Rusias y después escribió su libro que fue publicado en 1924, explicó Lazcano Araujo al participar en la mesa A.I. Oparin y el origen de la vida.

El miembro de El Colegio de México precisó que al momento en que fue presentada la teoría, Moscú vivía condiciones extraordinariamente complicadas con la Unión Soviética; estaban aislados del resto de la comunidad científica (habían hecho una revolución bolchevique).

Hacia 1936 fue presentada una nueva edición del texto que se tradujo al castellano por Alfonso Herrera (un ingeniero español, que vivía en México) y desde entonces asociamos claramente el nombre de Oparin al estudio del origen de la vida.

Al recordar la historia, Lazcano Araujo sostuvo: “Hay muchos aspectos de la teoría que han sido superados, pero si 100 años después de que se ha propuesto la seguimos discutiendo, es el mejor homenaje que le podemos hacer a un investigador”.

Investigaciones asociadas

Igualmente, Alicia Negrón Mendoza, jefa del Departamento de Química de Radiaciones y Radioquímica del ICN, subrayó que a partir del texto de Oparin se derivaron muchas investigaciones asociadas a este tema, no únicamente desde el aspecto filosófico-religioso, sino de la ciencia tratando de comprender este complicado fenómeno, haciendo uso no sólo de la biología, sino también de áreas como la astronomía o la ciencia temprana.

Por ello, reflexionó que el estudio de la naturaleza, los fenómenos que se producen y las leyes que las rigen permite al ser humano no únicamente explicar, sino además comprender el entorno en el que se desarrolla, así como utilizar este conocimiento para mejorar su calidad de vida. Por eso, es muy importante impulsar a nuestros niños y niñas a estudiar ciencia.

En la mesa también se contó con una videograbación enviada por Hikaru Yabuta, de la Universidad Hiroshima, quien compartió algunos de los principales resultados obtenidos por la misión Hayabusa (de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial, la cual estuvo dedicada a indagar la presencia de compuestos primigenios, entre los que se encontró la ribosa, un tipo de azúcar esencial).

La investigadora señaló que la ribosa es un componente crucial del ácido ribonucleico, lo que habla de la evolución química de la vida, y que algunos de estos elementos pudieron llegar a la Tierra gracias al choque de estos objetos con el planeta.

Parteaguas

Momentos antes, Víctor Manuel Velázquez Aguilar, director de la Facultad de Ciencias de la UNAM, resaltó que la celebración por los 100 años del trabajo de Alexander Oparin se da porque su trabajo fue un parteaguas en la ciencia en general, no sólo de la biología, sobre el origen de la vida, una de las preguntas que está en la lista de lo que el humano se ha cuestionado desde hace mucho tiempo.

Ante estudiantes e investigadores asistentes al encuentro, se dijo orgulloso de que estos avances sean materia de trabajo horizontal multidisciplinario (pues Oparin, además de biólogo, era físico-matemático).

A su vez, Pilar Carreón Castro, directora del Instituto de Ciencias Nucleares, sede del encuentro, remarcó que es importante hablar de la teoría del origen de la vida de Oparin porque su planteamiento fue decisivo, ya que abrió nuevos horizontes al conocimiento.

Mencionó que se conoce como teoría de Oparin a la explicación que rechaza la propuesta de la generación espontánea. En su publicación se propuso que la aparición de la vida fue un proceso gradual, iniciándose a partir del surgimiento de la síntesis de moléculas de importancia biológica en la tierra primitiva, partiendo de moléculas muy simples que estaban en la atmósfera aprovechando los conocimientos que el científico tenía de la astronomía y las atmósferas de los planetas.

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