La UNAM seguía afianzándose a Ciudad Universitaria tras un lustro de mudanza, cuando el corazón y el trazo del gran pintor Diego Rivera optaron por detenerse y con ello, mucho del colorido que tenía concebido para la Universidad de la Nación, entre este, un mural donde retrataba la estirpe de la química mexicana, justo en el edificio principal de la entonces Escuela Nacional de Ciencias Químicas (ENCQ).
Se trata de la obra, La ciencia química presente en las principales actividades productoras útiles a la sociedad humana, de la cual sólo se conoce una creación a lápiz sobre papel de 61 por 47 centímetros.
En este, el mismo artista anotó, “Boceto de composición para un bajorrelieve en color, sobre el muro que mira el occidente del edificio de la Facultad de Ciencias Químicas (sic) de la UNAM en Ciudad Universitaria”.
El destino dejaría inconclusa e incolora la obra, la cual se hallaría justo en la fachada del Edificio A de la Facultad de Química (FQ), sin embargo, la UNAM, por medio de dicha entidad académica da vida digital y cromática a esta inédita obra, a través de la técnica del video mapping, con absoluto acato a la creación y al inmueble.
La Facultad la proyectó en homenaje al gran artista, además con motivo del Día del Químico que se conmemora cada 1 de diciembre, y que coincide también con el 105 aniversario de la creación de la ENCQ, antecedente de la FQ, dijo su director Carlos Amador Bedolla.
La modernidad, expresó, nos permite ahora realizar esta idea con mucha más facilidad. Gracias a los avances digitales y tecnológicos, es posible una alternativa: en lugar de hacerlos realmente –un mural en cada frontis de 320 metros cuadrados– nos permite representarlo virtualmente y proyectarlo. “Se realizó visualmente, digitalmente, se proyectó en su lugar, se puede concretar sin intervención física porque es virtual y es presentado durante cuatro sesiones”.
Amador Bedolla aseguró que Diego Rivera concibió la posibilidad de hacer un mural para la ENCQ, justo en el inmueble que ahora se denomina como Edificio A, el cual es la construcción original de la Facultad, al que también se le conoce como El barco. “Se le llama El barco porque tiene dos frontis y Rivera concibió un mural para cada uno de estos dos, con temas de la química”, destacó.
En el referido boceto, Rivera realizó algunas anotaciones en las que enumera de la letra A a la J los tópicos que implicaría a lo largo de esta obra que sería de 320 metros cuadrados.
Sabemos, concluyó Amador Bedolla, que el boceto aparece en un libro donde está la obra completa del maestro Rivera, es uno de los últimos trabajos en la publicación que fue editada por la Secretaría de Educación Pública en los años 70 del siglo pasado, desde ahí conocemos su existencia. “La realización de esta obra oculta, inédita, refrenda la labor nacional de la UNAM, estamos conjuntando la historia de nuestra Universidad, con el crecimiento de nuestro país, presente en todas las actividades”.
Ayer 1 de diciembre se proyectó La ciencia química presente en las principales actividades productoras útiles a la sociedad humana, mediante la mencionada técnica, en el mismo sitio donde se ubicaría plásticamente.
Asistieron el rector Enrique Graue Wiechers; Diego López Rivera, nieto de Diego Rivera; Carlos Amador Bedolla; Othón Canales Treviño, patrono; Rocío Jáuregui Renaud, miembro de la Junta de Gobierno; Bertha Guadalupe Rodríguez Sámano, secretaria general de la AAPAUNAM; Carmina Montiel Pacheco, consejera técnica de la Facultad de Química. También estuvo el exrector Francisco Barnes de Castro, entre otros.