Golpes de calor y afecciones gastrointestinales

Debido al incremento de temperaturas aumentan enfermedades

Ante cualquier síntoma lo ideal es acudir con un profesional para evitar el avance de algún padecimiento

Hay mayor riesgo de desarrollar una infección intestinal.

La llegada de la temporada de altas temperaturas –que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía se extiende de marzo a mayo en Ciudad de México y su zona conurbada– es un aviso de que debemos aumentar las previsiones para evitar alguna enfermedad gastrointestinal o un golpe de calor.

“Hoy en día el aspecto preventivo es fundamental” para conservar la salud, explicó Juan Pablo García, académico de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, quien añadió que ante cualquier síntoma lo ideal es acudir con un profesional para evitar el avance de algún padecimiento.

De las más comunes

El golpe de calor es una de las enfermedades más comunes ante un incremento en la temperatura ambiental, afirmó García, debido a que se encuentra relacionada con la falla de los mecanismos de nuestro cuerpo dedicados a protegernos precisamente de ese fenómeno.

“El cuerpo tiene mecanismos para regular la temperatura, mediante la sudoración por ejemplo; sin embargo, cuando aquélla es demasiado elevada el cuerpo entra en un momento de crisis en el que empieza a experimentar una alteración de funciones”, señaló el especialista y agregó:

“Es un proceso que tiene que ver con trastornos inflamatorios, inclusive con la liberación de algunas sustancias en nuestro cuerpo propias de esta condición de emergencia derivada de la elevación de la temperatura.

“Se dan una serie de manifestaciones corporales que nos van poniendo en alerta de cuando inicia este proceso, no es algo súbito, sino paulatino. La aparición de estos síntomas derivados del famoso golpe de calor son para que estemos alerta y busquemos disminuir esta exposición a elevadas temperaturas. Es una condición que puede tener graves consecuencias, en un caso extremo llevarnos a la muerte.”

Uno de los primeros síntomas que experimentan los pacientes es el mareo y la sensación de desvanecimiento; en caso de no disminuir la exposición directa a la temperatura alta la persona tendrá un verdadero desmayo. “La insolación es un estado realmente transitorio, basta con que el individuo se ponga en posición horizontal para volver a tener la suficiente circulación y oxigenación en el cerebro”, sostuvo el investigador.

Otra “alerta” está relacionada con el aumento del ritmo cardiaco: “el individuo va a tener la sensación de que está latiendo muy fuerte y rápido su corazón. El sistema respiratorio establece una acción compensatoria ya que trata de liberar el calor por medio de incrementar la frecuencia con que respiramos. Un golpe de calor puede ocasionar daño renal y cardiovascular”.

Lo ideal para eludirlo, apuntó, es evitar las exposiciones prolongadas a temperaturas elevadas buscando lugares sombreados o con buena ventilación. Además, ingerir agua constantemente y evitar lapsos extensos sin tomar líquidos, ya que estos ayudan de manera importante a regular los mecanismos del cuerpo. Debemos evitar bebidas que deshidraten, como el alcohol o aquellas muy azucaradas.

El caso de los alimentos contaminados

Las enfermedades gastrointestinales aumentan con las altas temperaturas debido a alimentos contaminados, los cuales ven afectados “sus procesos de descomposición. Todos los alimentos son susceptibles de contaminarse por bacterias, pero en estas fechas la contaminación bacteriana se acelera y así hay mayor riesgo de desarrollar una infección intestinal derivada de dichas condiciones”, subrayó Juan Pablo García.

“Dentro de las infecciones gastrointestinales hay una gama muy amplia de afecciones, las más frecuentes son la salmonelosis, las causadas por la Escherichia coli y cólera”, complementó.

Los síntomas más comunes ante esos males son fiebre, dolor abdominal, diarreas y vómito. Los más vulnerables son, de acuerdo con el especialista, los ancianos y los niños.

“Hoy en día, hay microorganismos muy agresivos y resistentes, si no se tratan adecuadamente la consecuencia de una infección es la diseminación de los agentes infecciosos sobre otros tejidos en nuestro cuerpo, ocasionando fallas en otros sistemas, como el renal. Aquellos con alguna otra enfermedad concomitante, como diabetes, son más susceptibles a una infección”, comentó Juan Pablo García y sentenció:

“La higiene es esencial en estos casos, tanto de nosotros mismos como al ingerir alimentos. Es necesario el lavado de manos y procurar que los alimentos se preparen en condiciones óptimas de higiene, evitemos consumir alimentos que nos causen dudas respecto a su preparación o conservación, los que se encuentran fuera de refrigeración se contaminan mucho más rápido.”

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