Al límite de nosotros mismos
Dolor por la muerte, una dura batalla de restauración mental
Conferencia de experto de Psicología sobre los impactos emocionales ante las pérdidas de los seres amados en la crisis sanitaria
Cuando somos capaces de recordar y tenemos una idea clara y contundente de lo ocurrido, significa que resolvimos el duelo por una pérdida inesperada, el resultado es la restauración mental, es decir, fuimos capaces de hacernos cargo de nuestro recuerdo, consideró Gerardo Mora Gutiérrez, especialista de la Facultad de Psicología.
Al dictar la conferencia Duelos y Pérdidas durante la Pandemia: Del Dolor Emocional a la Reparación Mental, indicó que la crisis sanitaria nos ha colocado al límite de nosotros mismos, nos ha confrontado. Poder reconectar con lo que tenemos, con lo no explorado y con nuestras profundidades será por mucho una de las vías de resolución de estos procesos de pérdida de un ser amado o de alteraciones de nuestra vida cotidiana que amenazan la estabilidad emocional.
Destacó que la pérdida de vidas es uno de los grandes impactos del virus SARS-CoV-2 y los duelos no se resuelven racionalizando, sino sintiendo y confrontando con nosotros mismos todo lo que tiene que ver con ese proceso que constituye una de las experiencias humanas más cotidianas, pero más negadas y cuando ocurre puede dar como resultado un caos mental.
En la sesión virtual del ciclo de conferencias UNAMirada desde la Psicología, dijo que contar nuestra historia, repasarla, palparla y conectarla con las partes más íntimas de la psique es un trabajo de reparación mental. “Pasado, presente y futuro se mezclan, porque el duelo es una experiencia que se siente en presente, pero que nos remite al pasado y nos hace pensar en el futuro, es decir realizar un proceso de historización”.
Resaltó que la historia de las pérdidas está llena de sentimientos, confrontaciones, pero también de alivio; el que no habla no se alivia, el que es capaz de contar su historia a sí mismo, tendrá una sensación clarificadora y de desahogo.
Al respecto, apuntó que la historización es esencial, pues es la base de la reparación ante el duelo, implica asumir que aquello que se perdió no estará más de la forma en que lo conocíamos, pero tampoco nosotros seremos los mismos. El proceso de duelo no culmina, por el contrario, prepara para la vida.
El experto universitario expuso que no necesariamente la psicoterapia es la única vía para resolver los procesos de pérdida, hay otras formas, por ejemplo, la tanatología y realizar actividades de acción que muchas personas eligen, entre ellas ayudar a otros mediante el voluntariado y efectuar actividades de la vida cotidiana, como reparaciones en sus hogares.
Ello depende de las necesidades de los individuos, aunque si realizamos esas actividades a manera de evasión no necesariamente vamos a resolver el duelo, pues ese proceso implica la confrontación y, tarde o temprano, tendremos que vivirla.
Asimismo, mencionó que pretender ayudar a una persona negada a acudir a un especialista para atender su proceso de duelo, quien tendría que recibir la atención especializada es aquella que está angustiada por ese otro individuo.
Sabremos que se ha superado cuando tengamos ganas de trabajar, gozar y sublimar.
Atención universitaria
Mora Gutiérrez subrayó que, como parte de su compromiso social, la Facultad de Psicología de la UNAM cuenta con el Programa de Atención Psicológica a Distancia a cargo de psicólogas y psicólogos en formación, supervisados por sus profesores, por medio de las líneas telefónicas 555025-0855 y 55562-22288, de lunes a viernes de 8 a 18 horas.
De acuerdo con el tipo de duelo, si detectamos que hemos perdido el interés total y absoluto en nuestra vida, no somos capaces de atender nuestras necesidades básicas, nos hemos desligado de personas que siguen en nuestra vida y de pronto no podemos hacernos cargo de nosotros, es momento de buscar ayuda.
No es necesario esperar a que aparezca el duelo para pedir ayuda profesional, “podríamos procesar la precuela del duelo, lo que hará que la crisis sea mucho menos impactante que si esperamos a tener una depresión y no podamos salir de ella con facilidad”.
Por último, asentó que cada persona tiene su propia forma de afrontar la experiencia del duelo, el orden y la duración de éste puede variar, “sabremos que se ha superado esa reacción psicológica cuando tengamos ganas de trabajar, gozar y sublimar; frente a todas las catástrofes de la vida uno puede hacer frente a la muerte con la propia vida”.