Una de las lenguas más antiguas del mundo
Dominar el idioma chino, imperioso para mexicanos
La nación asiática, segundo socio comercial del país; también hay razones culturales para aprenderlo
Estudiar la lengua china es indispensable para un futuro brillante, ya que hoy en día no basta con dominar un idioma. Quienes hablan más de dos tienen mayor ventaja sobre otras personas en el mundo laboral, por ejemplo. Hay varias razones por las cuales, particularmente los jóvenes, se interesan en aprenderla, pero la principal es que China se ha constituido como el segundo socio comercial de México.
Se trata de una de las más antiguas del mundo y la de mayor número de hablantes por la cantidad de nativos de China. Es poética, ya que en su cosmogonía hace alegorías y metáforas con alusión a la naturaleza, lo que cautiva a los extranjeros; los caracteres son formas expresivas que tienen que ver con su cultura, principalmente, y la manera en cómo ven la vida.
En ocasión del Día de la Lengua China, que se celebró el 20 de abril, Edmundo Borja Navarro, coordinador de Relaciones y Gestión de la Sede UNAM-China (Centro de Estudios Mexicanos), asegura que conocer el idioma de esa nación permite también entender su cultura. La escritura es muestra del pensamiento y la forma de actuar de esta sociedad; por tanto, siempre se aprende algo nuevo.
Conmemoración
En la Sede UNAM-China, dirigida por Guillermo Pulido, se difunde la cultura mexicana y el español en diversos ámbitos, como en humanidades, ciencias y artes; se organizan actividades para dar a conocer el quehacer universitario en el país; se publican y editan libros de literatura en ambos idiomas y se apoya la gestión de nuevos convenios para que más jóvenes realicen intercambios académicos en México y en el territorio asiático.
“En China las actividades académicas continúan a pesar de que ha sido un año complicado por la pandemia. Reorganizamos nuestros planes y programas, lo que ayudó a fortalecer la comunicación interinstitucional entre la UNAM y las universidades de allá; lo que nos llena de satisfacción es que hemos logrado que autoridades, estudiantes y académicos tengan un diálogo intercultural”, expresa Borja Navarro.
Para la conmemoración de este día la representación universitaria difundió, a través de su página web (www.china.unam.mx) una compilación de publicaciones bilingües (español y chino) con el fin de que un mayor número de personas conozcan sobre esta fecha y tengan más interés por la lengua y la cultura. El ombligo de la Luna es un boletín electrónico mediante el cual se dan a conocer las actividades que se efectúan en el Centro de Estudios Mexicanos, además de información sobre ambas culturas.
En el libro digital Desde China-Historias de pandemia en la perspectiva de los jóvenes universitarios se recopilaron textos de 36 alumnas y alumnos que estudian el español como lengua extranjera en diversas universidades y centros educativos chinos. Tuvo el objetivo de abrir un espacio de expresión durante el confinamiento y que el público hispanohablante pudiera leer una miscelánea de temas, estilos y vivencias, lo cual aporta riqueza narrativa a la edición bilingüe.
Cuentos chinos es una obra literaria bajo el sello de Literatura UNAM, la cual reúne 10 de los mejores relatos seleccionados de una convocatoria hecha por la Universidad Nacional y la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing –que aloja a la Sede UNAM-China–. Participaron 162 alumnos provenientes de 42 instituciones de educación superior con una narración inédita escrita en español, posteriormente traducido al chino por ellos mismos.
Motivación y experiencia
Edmundo Borja Navarro relata que su primer contacto con este idioma fue casual. Cuando cursaba la licenciatura en Administración en la UNAM, su papá lo motivó a aprender chino. En esa época los datos indicaban que China era la cuarta economía del mundo, su PIB había crecido 10.7 por ciento y las cifras mostraban que se convertiría en la segunda potencia económica global.
“Tuve la oportunidad de aplicar a una beca para estudiar el idioma en el país natal por un año. Al llegar la primera vez me di cuenta que mi nivel todavía era muy básico porque la gente hablaba en dialecto local y con rapidez; yo casi no entendía. En 2009 regresé a México para terminar mi carrera y posteriormente comencé a dar clases de chino, la experiencia de haber vivido allá me ayudó no sólo a comprenderlo mejor, sino también a apoyar a mis alumnos con dinámicas que les sirvieron para entenderlo”, refiere.
Cuatro años más tarde volvió a ese territorio asiático para hacer la maestría en Enseñanza de Lengua China a Extranjeros y fortalecer sus conocimientos. Fue uno de los primeros mexicanos en realizar esta preparación en la Universidad Normal de Beijing. En UNAM-China, Borja Navarro combina el conocimiento del idioma y su trabajo profesional en el área administrativa. Y afirma que a los extranjeros les atrapa aquella cultura.
“La cultura mexicana y la china son distintas, pero a la vez tienen similitudes, ya que ambas le dan importancia a los valores familiares y sociales, son países emprendedores y han sabido salir adelante ante distintas adversidades; mientras más se conozca de una nación se aprenderá no solamente el idioma, sino igual las distintas costumbres y se entenderá mejor la razón de ser de éstas”, considera.
Como parte de los esfuerzos de la ONU para subrayar el significado cultural e histórico de cada uno de sus seis idiomas oficiales (inglés, francés, árabe, chino, ruso y español), en 2010 el Departamento de Información Pública anunció el lanzamiento del Día de la Lengua de las Naciones Unidas con el fin de promover la diversidad cultural y el multilingüismo dentro del organismo; por tanto, el 20 de abril fue elegido para celebrar el Día de la Lengua China.
De acuerdo con una leyenda, este día se conmemora en homenaje a Cang Jie, quien fue el primer inventor de los caracteres chinos hace cerca de cinco mil años, y quien trabajó junto con el Emperador Amarillo (Huangdi en chino).
Fue escogida esta fecha porque coincide con una festividad conocida como Guyu o “lluvia de mijo” (cereales), la cual representa el sexto de los 24 periodos solares en los calendarios tradicionales lunares de Asia Oriental.
“Distintos autores chinos coinciden en que fue durante una época de mucha hambruna, pero al ver el esfuerzo y espíritu de Cang Jie al crear los primeros caracteres, el Dios del Cielo se conmovió tanto que hizo caer una lluvia de granos con la que la población logró alimentarse. A su vez, según el calendario lunar chino, esta fecha es la última etapa de la primavera y el inicio del verano, que es cuando llegan las tan esperadas lluvias que dan inicio a una nueva temporada de cosecha”, finaliza Edmundo Borja.