El ser humano, en el centro del análisis del encuentro
El Aleph: el pensamiento científico, la mejor defensa ante la Covid-19
Durante once intensas jornadas de diálogo, reflexión y divulgación, El Aleph. Festival de Arte y Ciencia. Las Posibilidades de la Vida: Covid-19 y sus Efectos analizó a fondo y desde sus diferentes aristas el tema más importante para la humanidad.
Gracias a la participación de destacados investigadores, artistas y pensadores
provenientes de veinte países, quedó demostrado una vez más que la mejor defensa del ser humano en momentos críticos es el pensamiento científico, la comprensión de las particularidades de los fenómenos que nos afectan.
En charlas y mesas de diálogo se explicó cómo se originan las enfermedades y ésta en particular, cuál es el genoma del virus que la provoca, por qué se volvió una pandemia, cómo se combaten las infecciones virales, cuáles son las tecnologías de punta que se utilizan para desarrollar vacunas o medicamentos, cómo ha sido la reacción en México y otros naciones ante esta emergencia y qué impactos sociales y económicos se prevén. El ser humano, con sus afectaciones psicológicas, su resiliencia y su creatividad, estuvo también en el centro del análisis.
Covid-19, epidemia de origen multifactorial
Las epidemias, como la que hoy vivimos por SARS-CoV-2, se deben a factores como la sobrepoblación mundial; los cambios ambientales; la globalización que permite el traslado de bienes, mercancías y personas; y la invasión cada vez mayor a selvas y bosques en búsqueda de nuevos sitios para vivir y cultivar, afirmó Susana López Charretón, del Instituto de Biotecnología de la UNAM.
Resaltó que el crecimiento poblacional y estilo de vida han ocasionado el contacto cada vez mayor con animales silvestres, lo que ayuda a desarrollar nuevos eventos zoonóticos. Por ejemplo, la Covid-19 es una enfermedad emergente ocasionada por una zoonosis, aunque aún se desconoce el animal transmisor del virus, y esa es una investigación a la que China se dedica activamente.
Las zoonosis, precisó, son eventos frecuentes: “Sabemos que 60 por ciento de los padecimientos humanos infecciosos son de origen zoonótico, y al menos 75 por ciento de los patógenos de todas las afecciones infecciosas que nos aquejan se deben a virus que saltan de animales a humanos”.
En su exposición Un Nuevo Coronavirus SARS-CoV-2, situación actual, la especialista indicó que en el mundo grupos de científicos trabajan en el desarrollo de 41 sistemas diagnósticos autorizados, de los que hay dos pruebas moleculares y serológicas que permiten detectar la presencia del virus; se ensayan 23 tratamientos para controlar la enfermedad y varios prototipos de vacunas.
Además, dijo que se estiman medidas para controlar su replicación y disminuir los días de enfermedad de las personas contagiadas.
Investigación clínica
La pandemia de Covid-19 ha llevado la investigación clínica a sus límites, pues los
ensayos con fármacos para combatirla no son suficientes y su rápida evolución hace que los protocolos de atención se modifiquen constantemente, aseveró Patricia Clark, coordinadora de la Unidad de Epidemiología Clínica, del Programa de Maestrías y Doctorados en Ciencias Médicas de la UNAM, en el Hospital Infantil de México Federico Gómez.
“La rapidez de esta emergencia nos rebasa, genera incertidumbre porque cobra más vidas cada día, y nos fuerza a considerar fuentes de evidencia que antes no tomábamos en cuenta; además empuja a pensar cómo podemos hacer las cosas de manera diferente”, señaló la también integrante de la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional.
Durante su participación apuntó que han aparecido nuevas manifestaciones clínicas, que no eran evidentes al inicio de la pandemia, por lo que los protocolos de atención se modifican constantemente: lo que hubiera funcionado hace dos o tres meses, puede no ser válido hoy, así el ensayo clínico realizado en enero o febrero puede no ser aplicable o comparable con los que se llevan a cabo en la actualidad.
“Los médicos no podemos dejar de tratar a los pacientes, y para ello requerimos de un mínimo de evidencia empírica, pero el SARS-CoV-2 es nuevo y hay poca evidencia, y su nivel de contagio es alto, evoluciona con rapidez; en consecuencia, nos hemos visto forzados a implementar ensayos clínicos al mismo tiempo que aprendemos cómo es el padecimiento”, detalló la reumatóloga y epidemióloga clínica.
Virus entre la Tierra y Marte
Las futuras misiones espaciales a Marte podrían propiciar un intercambio de virus o bacterias entre el planeta rojo y la Tierra, al llevar desde aquí microorganismos dentro de las naves, advirtió el astrobiólogo Rafael Navarro González, del Instituto de Ciencias Nucleares.
Actualmente estos microorganismos no pueden subsistir porque las condiciones de Marte son inaccesibles, pero en un futuro, si el ambiente marciano cambiara por liberar allá gases de efecto invernadero, podrían entrar en actividad biológica y vivir, alertó el también coinvestigador de la misión robótica Curiosity de la NASA.
“Del mismo modo, cuando los humanos viajen al planeta rojo y traigan rocas, éstas podrían estar contaminadas con microorganismos, lo que abre la posibilidad de que lleguen a la Tierra virus o bacterias y patógenos, desconocidos para nosotros, que podrían producir epidemias o pandemias como la que estamos viviendo actualmente”, subrayó.
Navarro señaló que el Panel de Protección Planetario, conformado por investigadores de todo el mundo, está considerando cuáles debieran ser las medidas para proteger el ambiente terrestre cuando se traigan rocas marcianas.
Enemigo común
En la actualidad, la pandemia que la humanidad sufre es el enemigo común, y es necesario que los países trabajen juntos. “Enfrentando esta situación como uno solo podremos erradicar a la Covid-19 y marcar el inicio de un nuevo capítulo en el desarrollo humano”, sostuvo Wu Hongying.
La jefa de asesores del presidente del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China (CICIR, por sus siglas en inglés), uno de los más
importantes centros de investigación, dependiente del Consejo de Estado de China, explicó que en su país hicieron falta 83 días y el pago de tremendos costes para controlar la propagación y efectos de la enfermedad del coronavirus, y así lograr la primera victoria.
La exdirectora del Instituto de Estudios Latinoamericanos del CICIR, quien fue presentada por el director de la Sede UNAM-China, Guillermo Pulido, resaltó el pronto trabajo epidémico de la nación asiática y que los esfuerzos de ese país contribuyen a la salud pública global.
La doctora por la Escuela de Graduados de la Academia China de Ciencias Sociales destacó la realización de los cuatro “enfoques rápidos”: detección, reporte, aislamiento y tratamiento de pacientes, así como acelerar la construcción de hospitales modernos y de cabina, junto con otras facilidades médicas.
Modelos matemáticos
Antes las enfermedades tardaban de cuatro a cinco años en esparcirse de un país a otro, ahora les lleva días, incluso horas, y para analizar su comportamiento y movilidad, así como para identificar zonas con mayor número de personas contagiadas, los modelos matemáticos son una herramienta fundamental, mencionó José Luis Mateos Trigos, investigador del Instituto de Física de la UNAM.
“En la pandemia por Covid-19 los modelos matemáticos indican con ecuaciones diferenciales qué tanto aumentó o disminuyó el número de infectados, por medio
de curvas que vemos todos los días; con esto sabemos cuál es la probabilidad de infección, que se supone es proporcional al número de personas susceptibles y al número de gente infectada”, expuso.
Desde que empezaron a presentarse los primeros casos de coronavirus en México, la curva fue creciendo exponencialmente, y se espera que en los próximos días llegue a un máximo de infectados y comience a declinar, pues ya no habrá personas a quien contagiar. “Esto puede ser porque ya se recuperaron o siguen contagiadas, con inmunidad”.
El universitario informó que mediante la aplicación CORONAVIRUS|UNAM, https://coronavirusapoyamexico.c3.unam. mx/preview, desarrollada en el Centro de Ciencias de la Complejidad con reportes de la misma población, se realiza un seguimiento de la transmisión del SARSCoV-2. El objetivo es elaborar modelos epidemiológicos que permitan identificar zonas donde se presenta un mayor número de personas con síntomas compatibles con la Covid-19 ayudando a la toma de decisiones.
Viruela y Covid-19
La epidemia de viruela, en 1520, y la pandemia de Covid-19, en 2020, ocurrieron entre humanos de distintos continentes, causaron gran número de decesos, generaron inmunidad y en ellas intervinieron factores sociales y políticos, coincidieron tres historiadores en el foro académico virtual “Las epidemias en 1520 y 2020, una reflexión histórica comparativa”.
En plena Conquista, los españoles avanzaron sobre los mexicas con una ayuda que entonces les pareció celestial: la epidemia de viruela, que provocó el fallecimiento de gran parte de la población indígena, mientras que los ibéricos ya estaban inmunizados contra ese virus que habían padecido en Europa, relató Federico Navarrete Linares, experto en estudios mesoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras.
Sandra Guevara Flores, del Instituto de Investigaciones Históricas, destacó que “estamos viviendo un símil de lo que ocurrió hace 500 años; los virus se presentan en la humanidad por nosotros mismos, pues a donde vamos llevamos nuestro aparato cultural y microorganismos”.
En tanto, Rodrigo Martínez Baracs, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, expresó que esta epidemia “nos hace cobrar conciencia en torno a que todos somos el género humano, y debemos buscar soluciones globales y comunes, no particulares ni cargadas políticamente”.
Globalización suicida
La pandemia causada por el coronavirus ha puesto de manifiesto las debilidades sistémicas de la ideología dominante del siglo XXI, el capitalismo global, que “destruye nuestra naturaleza y convierte a los ciudadanos en turistas profesionales y en consumidores de bienes cuya producción causará a la larga más muertos que todos los virus juntos”.
El filósofo alemán Markus Gabriel sostuvo que el orden mundial previo a la pandemia no era normal, sino letal, y la única salida a esa “globalización suicida” es un nuevo orden mundial “que supere la acumulación de estados nacionales enfrentados entre sí, obedeciendo a una estúpida lógica económica cuantitativa (…) Necesitamos volver a la noción del ser humano como un agente histórico e intelectual. La solución es una nueva ilustración global”.
Si después de superada la emergencia sanitaria no hay un cambio de rumbo en el orbe, dijo, vendrán crisis mucho más graves, “virus peores cuya aparición no podremos impedir”, como las guerras comerciales, la proliferación del racismo y el nacionalismo contra los inmigrantes y la crisis climática.
“Esta pandemia nos pone el espejo frente a los ojos y nos recuerda que estamos ante una catástrofe mucho mayor que nosotros mismos hemos creado”, expresó.
Modelos de propagación
Para mitigar una pandemia primero es necesario entender cómo se propagan los virus y, para ello, aseguró el físico José Luis Mateos, hay que conocer la movilidad de las personas. “Los virus se mueven tan rápido como se mueve la gente, viajan dentro de ella. En las distintas redes se propagan personas, información, drogas, dinero, rumores, bienes y, desde luego, virus”.
El investigador del Instituto de Física y del Centro de Ciencias de la Complejidad (CCC) habló de los distintos modelos matemáticos utilizados para dar seguimiento a las pandemias, desde los más sencillos, que miden a la población en general, hasta los sofisticados, en los que entran una gran variedad de parámetros.
Como parte de este trabajo, mencionó, es importante conocer las redes de contacto de la gente, las que establecemos todos los días al coincidir en el espacio y el tiempo con otros, ya que éstas son “las carreteras por las que transita el coronavirus”. El CCC, comentó, de hecho ha lanzado una app gratuita con la idea de aprovechar los teléfonos móviles y rastrear las redes de contacto de personas infectadas, así podrá detectarse a otros posibles contagiados, advertirlos y aislarlos si es necesario.
Arte viral
La manera en que se consume cultura ha cambiado dramáticamente en los últimos meses, y es que espacios digitales en los que se ofrecen recorridos virtuales por los principales museos del mundo, por ejemplo, están experimentando un “renacimiento” al incrementarse considerablemente sus usuarios. “Ha habido un cambio significativo hacia la interacción con el arte en línea”, aseguró la crítica e historiadora del arte sudafricana Anthea Buys.
Para la también curadora y ensayista “el arte virtual se volvió viral”, ya que el término es de los más buscados en Google junto con distanciamiento social, aislamiento y Covid-19. “En este momento más personas de lo habitual sienten curiosidad sobre cómo interactuar con el arte sin usar medios físicos”.
La especialista propuso desarrollar programas receptivos de acercamiento al arte en línea, en los que el usuario tenga mayor participación. “El hecho de que las visitas virtuales a los museos estén disponibles para todo público enmascara las desigualdades sistémicas que rodean y que incluso constituyen tanto a la industria del museo como a la economía de la atención en línea”.
Combate a las fake news
Christian Sohlenkamp, director del Centro de Ciencias Genómicas, hizo un análisis de lo que pasa con la pandemia en el terreno social, en particular, sobre el exceso de información, en su mayoría falsa, que circula en redes sociales. “No es fácil distinguir las noticias falsas de las verdaderas. Parece que las falsas viajan y se propagan más rápidamente. Un problema es que, al parecer, todo el mundo se cree más experto que los expertos en el tema. Como apenas conocemos el virus SARS-CoV-2 y sus efectos en los humanos, de ahí surge tanta información contradictoria”, explicó.
El doctor en Fisiología Molecular comentó que el estudio de los virus es un área muy competida en el mundo, por eso la urgencia de muchos investigadores en publicar rápido los resultados de sus trabajos, aunque frecuentemente la información no esté correctamente verificada. A esto hay que agregar que el tema tiene un componente muy fuerte de amarillismo, “porque todos estamos ansiosos de que nos digan que ya encontraron la cura para el coronavirus”.
Arte transgénico
El bioartista Eduardo Kac afirmó que, a pesar de que el mundo se trasladó al espacio virtual debido al confinamiento, la vida misma, tal y como la conocemos, no puede ser trasladada por completo hacia los algoritmos digitales. “Hay una distinción profunda entre la representación digital de la vida y la lógica de la vida como un elemento que no puede ser controlado”.
Sin embargo, señaló que el ecosistema biológico en el que conviven seres humanos, plantas, animales y bacterias contiene una plasticidad que “sí permite un nivel específico de cambio y de control bajo condiciones de laboratorio”. Esto queda reflejado en las diversas obras que ha montado en relación con el bioarte desde hace más de dos décadas, como el caso de su Green Fluorescent Protein (GFP) Bunny (2000), que generó un debate global sobre esta nueva rama artística. La obra se centra en Alba, un conejo al cual se le añadió el gen GFP de la medusa, el cual fluoresce en color verde cuando se le expone a la luz azul.
Escena digital
El coreógrafo y director artístico suizo Gilles Jobin afirmó que el sector cultural, particularmente el dancístico y el teatral, deben tomarse un momento para reflexionar en torno a la realización de espectáculos con las nuevas herramientas digitales. “Hay cosas que se pueden descubrir. Hay que dejarse sorprender por lo digital y hay que conectar con gente que maneja la tecnología para ver cómo podemos colaborar”, apuntó.
El espacio digital está permeado no únicamente por nuevas herramientas, sino también por nuevas narrativas, aseveró, y comentó que en este momento está pensando en proyectos que sean “corona-compatibles”, como la posibilidad de tener un teatro virtual en línea. “Las tecnologías se ven como una cosa inaccesible y no es así, sólo hay que meterse un poco para conocerlas”.
Verdecruz o los últimos lazaretos
La biopolítica de aislamiento sanitario impuesta a los enfermos de lepra, es tema de reflexión en el working progress virtual Verdecruz o los últimos lazaretos, propuesta de teatro documental que emplea la técnica conocida como Verbatim, diseñada por Alecky Blythe, la cual consiste en la reproducción exacta de las palabras, tonos, ritmos, pausas y acentos de quienes previamente han dado sus testimonios, y que, en este caso, son los sobrevivientes de la también llamada enfermedad de Hansen, recluidos en el leprocomio Gonzalo González de la ciudad de Quito, Ecuador, actualmente convertido en una clínica dermatológica.
La dramaturgia de Ingrid Bravo está basada en el libro Nuestra historia no es mentira, de Beatriz Miranda, y en una serie de entrevistas realizadas en Colombia por el director de esta puesta en escena con formato audiovisual, Mario Espinosa, en las que recoge los testimonios de expacientes del ya desaparecido lazareto Agua de Dios.
La pieza se estrenó en la página www.teatrounam.com.mx el miércoles 27 de mayo, en el marco de El Aleph. Festival de Arte y Ciencia. Se trata de una experiencia de resiliencia que visibiliza a quienes sufrieron no sólo la enfermedad, sino además el aislamiento, abandono, incomprensión y rechazo familiar y social. Es un ejercicio de memoria sobre los peligros que entrañan las políticas de discriminación y el control ejercido ideológicamente, y también en el cuerpo y con el cuerpo.
Etgar Keret, uno de los máximos exponentes de la narrativa moderna en hebreo, conversó con Pepe Gordon, curador de El Aleph y Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural, sobre la creación literaria y la narración de historias en los tiempos de la Covid-19. De inicio dijo tener una educación muy rebelde, por lo que en varias ocasiones ha tenido que romper el confinamiento, sólo para sentir que nadie está controlando su vida. Luego hizo la siguiente reflexión: “Desde que estamos en el mundo, es la primera vez que los seres humanos experimentamos el mismo trauma de la misma forma y al mismo tiempo. Con el problema del coronavirus no importa si estás en México, en China o en Corea, tienes que lidiar con las mismas dificultades. Esta idea del postrauma global es algo nuevo e interesante”.
Conectó esta nueva realidad con su proceso creativo de escritura: “Hay algo presente en esta situación, que es muy existencial y muy simbólico, cuando ves algo tan grande como esta pandemia. Existen docenas de cosas acerca de las que puedes escribir y de las que tu mente se encuentra dispuesta a hacer. Al escribir no trato de tomar un fenómeno y resumirlo. Lo tomo y lo estampo contra el piso y recojo los pequeños pedazos de esta enorme cosa destrozada. Trato de crear con cada uno de estos pequeños pedacitos un universo diferente”.
Para Keret, escritor de culto además de guionista de cine y televisión, director de cortos y largometrajes, lo más interesante de esta pandemia es la forma en que las distintas personas la interpretan. “Algunos piensan que este virus nos enseñará lo importante que es vivir en una sociedad colaborativa; pero por otro lado, habrá quien diga que la lección del coronavirus es que necesitas tener mucho dinero para que cuando enfermes puedas ir a médicos u hospitales privados, o comprar el equipo que necesitas en el mercado negro. Se toma el mismo fenómeno y se sacan conclusiones opuestas”.
“Lo mismo sucede con el racismo -agregó-, se puede decir que la pandemia es la prueba de qué tan ridículo es el racismo, porque cuando el virus venga por nosotros no importa si eres blanco, negro o amarillo, te atrapará. Esto nos enseñará que todos somos iguales, pero también no faltará quienes vean a los extranjeros como peligrosos, como los responsables de haber exportado esa enfermedad al lugar donde habitamos. Es claro que este fenómeno es distinto para todos.”
El autor afirmó que “hay algo de la pandemia que rompió nuestros arquetipos. Ahora estamos sin ellos, y buscamos nuevas normalidades… La sensación en estos tiempos de pandemia es que todo se mantiene quieto, entonces cuando empiezas a moverte de nuevo puedes preguntarte: ¿A dónde quiero ir?, porque mientras estabas en movimiento no tenías elección, pero ahora te lo puedes preguntar… El hecho de que nuestra mente, pensamiento y cuerpo no sean los mismos y no estén en la misma situación es algo que se quedará con nosotros, tristemente”.
De acuerdo con Etgar Keret, el efecto del coronavirus puede llevarnos a vivir experiencias en las que algo desaparece de nuestro alrededor y nos damos cuenta de que nunca lo necesitamos, o bien en las que descubrimos que no podemos vivir sin ese algo. “Llegaremos a tener algún tipo de dicotomía similar. En la sociedad habrá gente que peleará fuertemente para alcanzar el tipo de intimidad o experiencia antes del coronavirus, así como habrá otros que no quieran volver a ella”, sostuvo el también profesor de la Universidad de Tel Aviv.
Como escritor, Keret necesita de su subjetividad para describir desde su propia percepción un fenómeno como lo es ahora el coronavirus. Trata de poner en práctica lo que alguna vez su padre le dijo al recordar su propio encierro por dos años, para evitar ser capturado por los nazis en Polonia: “La habilidad para imaginar un mundo diferente en una situación distinta de la realidad, hizo un poco más tolerable la situación que vivía”.
La apuesta por la imaginación para Keret es total: “Cuando imaginas algo no empieza a existir, pero está ahí como una opción, porque si puedes imaginarlo entonces es posible”. Son palabras también de su padre que trae a la conversación para luego reflexionar un poco sobre el arte: “Creo que lo que hacemos muchas veces en el arte no es exactamente describirlo, sino recordarle a la gente que la vida que vivimos es solo una posibilidad, y que podemos imaginar otras”.
Casi al término de la charla habló de su más reciente publicación La penúltima vez que fui hombre bala, un libro “muy del espíritu temporal del coronavirus porque trata mucho con el tema de la soledad, la incomunicación y el aislamiento, y de la gente que está tratando de acostumbrarse a un mundo que está cambiando a su alrededor”. Keret, cuya obra literaria ha sido traducida a más de 42 idiomas, cerró la plática con la expectativa de que algo tenemos que aprender de estos tiempos.