Segundo informe de Rubén Ruiz Guerra
El CIALC se renueva y responde a la sociedad
El personal del Centro realizó, en el último año, una intensa colaboración internacional
La crisis sanitaria global obligó al mundo a plantearse y replantearse su papel en esta Tierra, así como su supervivencia y futuro, la Universidad Nacional no es la excepción. Esta casa de estudios camina y busca alternativas para cumplir, de la mejor manera posible, su papel y sus responsabilidades, afirmó Rubén Ruiz Guerra, director del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC).
Al rendir su segundo informe de actividades (2021-2022), correspondiente a su segundo periodo, el universitario señaló que, como escribiera premonitoriamente en 2021 Pablo González Casanova: “enfrentamos la tarea que nos obliga a pensar en un modo nuevo de Universidad que combine las formas tradicionales y las electrónicas de educación, organización, construcción y lucha, negociación y consenso, lo cual implica la creación de una nueva institución”.
Asimismo, prosiguió, González Casanova señaló entonces que todo ello nos obliga a estar abiertos a la enseñanza renovadora de las ciencias y las humanidades, así como a la autoevaluación y a formas de certificación que no se utilicen como filtro, sino como garantía para los educandos y la sociedad.
Este reto ha sido asumido por nuestra comunidad para contribuir a la consolidación de una nueva Universidad “que, con el respaldo de su tradición más que centenaria, con el sustento de su experiencia y saber acumulados, el empuje juvenil de sus estudiantes y egresados, ofrezca respuestas a una sociedad en constante movimiento”.
En su oportunidad, Guadalupe Valencia García, coordinadora de Humanidades, destacó que el trabajo inter y multidisciplinario realizado en el CIALC permite expandir, “no sólo nuestro campo de investigación, sino también nuestra propia concepción frente a otras regiones del mundo para enfrentar retos presentes y futuros”.
Reconoció el impulso que esta entidad ha dado a la superación académica de su planta de investigadores, en particular de sus técnicos académicos, así como el haber logrado, en tan sólo un lustro, la casi completa anulación del rezago de titulación de los estudiantes de licenciatura.
En la ceremonia realizada en modalidad híbrida en el auditorio Leopoldo Zea de la Torre II de Humanidades, Ruiz Guerra señaló que la comunidad académica del Centro está constituida por 56 expertos, 32 de ellos técnicos académicos y 24 investigadores; 94 por ciento de ellos con estudios de doctorado, además de cuatro becarios posdoctorales.
Apuntó que 26 integrantes de la planta académica pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores, 14 de ellos en el nivel I, ocho en el nivel II y cuatro más en el nivel III. “El equipo de investigación dirigió seis tesis de doctorado, nueve de maestría y un número similar de licenciatura con título o grado obtenido. Además, participó en 40 exámenes profesionales o de grado y en 18 comités tutorales de maestría y doctorado”.
Asimismo, abundó, los técnicos académicos están inscritos en el Programa de Primas al Desempeño del Personal Académico de Tiempo Completo.
Informó que en 2021 el personal académico desarrolló 38 proyectos de investigación individual, tres de los cuales se concluyeron. Asimismo, estuvieron en curso 45 proyectos colectivos, 11 de ellos terminados; 22 recibieron financiamiento externo, 19 apoyo PAPIIT, uno PAPIME, uno por parte del Conacyt, y uno más de la Fundación Konrad Adenauer.
Producto del trabajo de los investigadores, se publicaron cuatro libros de autor, uno en coautoría y 16 obras colectivas coordinadas, lo que dio un total de 21 libros generados en 2021, “una de las cifras más altas en la historia reciente de este centro”. Además de 126 textos entre capítulos de libros, artículos en revistas indexadas y algunos otros materiales, lo que dio como resultado un promedio de cuatro productos por investigador, cifra mayor a la de 2021, destacó.
El CIALC, recalcó, continúa su colaboración con los programas de licenciatura en las facultades de Filosofías y Letras, Ciencias Políticas y Sociales, y de Estudios Superiores Acatlán y Aragón, así como con el posgrado de Estudios Latinoamericanos.
Reconoció la intensa colaboración internacional con la participación de académicos extranjeros en seminarios, mesas redondas y webinarios organizados por el CIALC, además de la organización conjunta de actividades con la Pontificia Universidad Católica de Perú y la Universidad de Nariño, Colombia.
Se consolidaron lazos de colaboración con universidades de Costa Rica, la Universidad de Estudios Extranjeros de Busan, Corea del Sur, con la que “hemos logrado realizar ediciones en paralelo”, así como con la editorial Magna Terra de Guatemala.
El centro adquirió 564 títulos equivalentes a 575 volúmenes que enriquecieron el acervo de la Biblioteca Simón Bolívar, principal referente en su temática en la UNAM, y una de las mejores sobre América Latina y el Caribe en el ámbito nacional.
Además, el repositorio institucional Leopoldo Zea, plataforma tecnológica para la gestión digital del conocimiento en acceso abierto, cuenta con un total de dos mil 521 objetos electrónicos, que han recibido seis mil 458 consultas procedentes de 59 países, “lo que habla de la enorme fuerza de este repositorio digital para dar a conocer el trabajo del CIALC e internacionalizarlo”, finalizó.