Edward Lachman, Medalla Filmoteca UNAM
El cine, herramienta efectiva de inclusión
Celebran el regreso a las exhibiciones presenciales durante la inauguración del FICUNAM 12
Luego de esta larga temporada de expectativas cambiantes, el mundo no quiere dar tregua a la incertidumbre y hoy sumamos nuevas sombras. Este momento demanda calma, empatía y reflexión para replantearnos el camino que como humanidad queremos tomar, y nada mejor que apoyarnos en el arte y la cultura para pavimentar la ruta. El arte se vuelve bálsamo y punta de lanza para tejer los lazos de entendimiento que nos permitan hacer nuestra la igualdad en la diversidad.
En estos términos se expresó Abril Alzaga, directora ejecutiva del Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM), durante la inauguración de la decimosegunda edición de esta actividad dedicada al séptimo arte, realizada en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario.
Refirió que el pensamiento diverso abre la puerta a la construcción de otros mundos posibles y que, en particular, “la creación colectiva y la suma de ideas están en el ADN del cine”, ya que éste es “una de las herramientas más eficaces para trasladar identidad, valores y modelos que nos contagian de cierta mística”, de ahí que sea urgente apoyar “un cine abierto, inclusivo y de experimentación”.
Maximiliano Cruz, director artístico del festival, señaló que éste era un regreso emotivo y cargado de energía. Desde su visión la relación que tenemos con la imagen en movimiento “ha mutado de manera vertiginosa como una cepa viral incontenible. El pixel y su imperio aupados por el encierro pandémico democratizaron en gran medida cierto fenotipo de relato, cierto corsé para la velocidad con la que se consume el audiovisual, y un uniforme para los hábitos de comportamiento representados en los dispositivos en los que impera, atomizado el audiovisual narrativo”.
Al hacer uso de la palabra, María Novaro, directora del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), expresó que esa noche marcaba la recuperación de las salas, el regreso a las exhibiciones y que con ello se abría la posibilidad de volver a vivir en comunidad nuestro amor por el cine.
Rosa Beltrán, coordinadora de Cultura UNAM, inauguró oficialmente el festival. Antes mencionó que éste era el inicio de la verdadera vida. “Su doceava edición es muy significativa porque nos dimos cuenta durante la pandemia que el confinamiento, en términos de cine, no sólo se refiere al hecho de no poderlo ver en una pantalla grande, sino a que estuvimos condenados muchas veces a la rumia de aquello que solamente proyectaba el mercado”.
Para cerrar la inauguración, se hizo la entrega de la Medalla de la Filmoteca de la UNAM al cinefotógrafo estadunidense Edward Lachman. El director general de Actividades Cinematográficas y de la Filmoteca, Hugo Villa, recordó que la presea está hecha con la plata que se recupera de los procesos de laboratorio que tiene la propia institución.
Por primera ocasión se otorgó la medalla no a un actor, actriz o cineasta, sino a un técnico, director de fotografía, y también es estreno el que se entregue en el FICUNAM, ya que antes se hizo en otros festivales de cine en México y fuera del país.
El galardonado dijo sentirse honrado por obtener esta medalla, en especial al saber que está hecha de la plata que ha sido reciclada. “Ésta es una de las razones por las que adoro más el cine que lo digital. Me honra también recibir este premio en México, porque cuando estudié en la escuela de arte me di cuenta que el trabajo pictórico de los muralistas estaba relacionado con el filme, era cinematográfico en términos de la puesta de escena, de los colores, del movimiento y de la composición”, consideró Lachman.
Esa misma noche se proyectó una película que fotografió, comisionada por el canal 4 de Inglaterra. Se trata de un concierto homenaje a Andy Warhol. El filme se llama Songs for Drella, contracción de drácula y cenicienta, apodo con el que se le conocía al emblemático artista pop.
Songs for Drella es un álbum conceptual de Lou Reed y John Cale, exintegrantes del grupo The Velvet Underground, editado en 1990. Lachman filmó los ensayos y no la presentación debido a las condiciones que le impuso Reed, quien se negó a que se instalaran cámaras de cine en determinados puntos del escenario. Tales limitaciones le plantearon un reto y la oportunidad de tener una experiencia única para intimar con este par de grandes músicos como nunca lo podría haber soñado, comentó.
Sin público y en un escenario vacío –expuso Lachman– capturó el sonido y las expresiones de dos leyendas de la música que tocaban otra vez juntos después de 17 años de no hacerlo.
Luego de que se extraviara este material, logró recuperarlo y actualizarlo para subirlo a 4K, pero se encontró con el problema de que no tenía sonido. Al final dio con la grabación original editada, por Warner Bros, y fue gracias a una persona que conoció en Nueva York que se pudo restaurar completamente.
Comentó que siempre tuvo la idea de que un público en vivo experimentara este suceso, y fueron precisamente con los cientos de personas reunidas en la Covarrubias que se pudo escuchar, por vez primera, el notable resultado sonoro de un filme realizado hace 30 años.