Impartirá Clase Magistral en la Sala Miguel Covarrubias

El desequilibrio da potencia expresiva a la obra: Leyson Ponce, coreógrafo

Foto: Gerardo Castillo /Isóptica.

Trascender los límites parece la vocación vitalicia de Leyson Ponce, sobre todo los del conocimiento y el arte. Así, su larga carrera como intérprete y coreógrafo es transgredida para enlazarse perfectamente con su trayectoria como investigador y docente.

La profundidad de cada una de estas vocaciones se magnifica al retroalimentarse. Y es la totalidad de ese modo de pensamiento la que anima la Clase Magistral, abierta a personas interesadas en estudiar y explorar el arte de la danza, que impartirá en el Centro Cultural Universitario (CCU).

Desde sus inicios, inconforme con la idea de algunos maestros de que no era necesario pensar, con bailar bastaba, se interesó por las fuentes de lo que aprendía e ingresó a la licenciatura en Artes Escénicas en Venezuela.

“Para mí fue esencial tener una primera cercanía con reflexiones estéticas y artísticas que iba asociando al trabajo del cuerpo. Las referencias eran escasas y anecdóticas. Tenía el impulso de poder decir desde el propio proceso de creación lo que sobra, lo que no sobra. También he estado asociado a la docencia, a la necesidad de pasar todo esto por procesos de enseñanza y aprendizaje”, explicó Ponce.

“A lo largo de todo este tiempo, lo que me ha parecido relevante es entender cómo estas poéticas del hacer, cómo todo esto puede tener una forma de maridaje […] Estamos hoy en un punto importante de conectividad, de espacios de confluencias entre lo que es la creación, la docencia y las prácticas artísticas en tanto conocimiento científico inclusive”, agregó.

Además del doctorado, Ponce tiene dos maestrías, una en Estudios Avanzados en Filosofía por la Universidad de Salamanca y otra en Gestión, Políticas Culturales y Desarrollo por la de Girona. Y una especialización en Interpretación y Composición Coreográfica en Danza Contemporánea de la Universidad Folkwang de las Artes en Essen, Alemania, donde fue alumno de Pina Bausch.

Todos estos estudios han recorrido el camino de vuelta, incidiendo en la creación de Ponce a lo largo de los años. La investigación doctoral lo condujo a crear el término “sabiduría del cuerpo”, que significó trabajar con intérpretes maduros. Así creó Mujeres de fuego, donde explora la dramaturgia del movimiento y la sabiduría del cuerpo en tres mujeres mayores de 60 años: Carmen Werner, Julie Barnsley y Arais Vigil, basándose en el texto de Marguerite Yourcenar Fuegos, sobre heroínas o personajes míticos.

Algo similar experimentó en Amor amargo, en 2016, cuando trabajó con las octogenarias Graciela Henríquez y Sonia Sanoja.

Actualmente, en su proceso creativo, Ponce se preocupa por la noción de “llenar espacios donde uno siente que hay carencia de algo”.

“El interés que tengo es transitar, no por lo inmediatamente visible que pueda tener una fuente de inspiración, sino en lo que puede tener entrelazado. Encuadrar y dar balance a ciertas situaciones donde sentimos que, precisamente, lo que tienen de desequilibrio les da potencia expresiva, le da fuerza creativa a la obra”, reveló.

En su Clase Magistral, Ponce pondrá en el centro un fragmento del texto Sandra, un soneto de amor, de la escritora mexicana Reyna Barrera para efectuar el proceso de lectura hermenéutica y explorar cómo se traduce al movimiento.

“Me interesa que el participante pueda acercarse a la poética, a la metáfora, y hacer de esto una composición gestual del movimiento, donde va a ser posible que en apenas tres horas pueda presentar al final su pequeña interpretación. Es un ejercicio de composición coreográfica, que nos permite a cada uno asumir el texto de forma corporal”.

“Hermenéuticas corporales”, clase magistral de Leyson Ponce, se llevará a cabo el día 12 de febrero a las 16 horas en el Salón de ensayos de la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario. Entrada libre con previo registro, escribiendo a martin.danzaunam@gmail.com

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