Hace poco una noticia comenzó a circular en redes sociales: un asteroide, llamado 99942 Apophis por la comunidad científica y el Dios del caos por el público en general, colisionaría en 2029 con la Tierra, dejando una estela de destrucción a su paso. No obstante, su situación real y su órbita no tienen previsto en su trayectoria llegar a nuestro planeta.
“No hay que preocuparse, son noticias con un grado de sensacionalismo para llamar la atención y que los lectores vayan a sus páginas”, afirmó Daniel Flores Gutiérrez, encargado del Anuario del Observatorio Astronómico Nacional.
El investigador del Instituto de Astronomía aseguró que el paso del asteroide 99942 Apophis ha sido recibido con euforia dentro de la comunidad científica, a diferencia del público en general. Su entusiasmo se debe a que durante su recorrido, a unos 31 mil kilómetros de distancia de la Tierra de acuerdo con estimaciones de la NASA, podrán comprobarse ciertas hipótesis y proyecciones de las trayectorias de diversos objetos interplanetarios para los próximos años planteadas la última vez que Apophis pasó cerca de la órbita de la Tierra, el 29 de junio de 2004.
La NASA publicó en un comunicado que el 13 de abril de 2029 “una mota de luz atravesará el cielo, haciéndose más brillante y rápida. En un momento, viajará más del ancho de la Luna llena en un minuto y se volverá tan brillante como las estrellas en la Osa Menor. Pero no será un satélite o un avión; será un asteroide muy cerca de la Tierra, de 340 metros de ancho, llamado 99942 Apophis, que navegará inofensivamente por la Tierra, a unos 31 mil kilómetros por encima la superficie”.
Para Flores Gutierrez, la reducción de la posibilidad de colisión del 99942 Apophis con la Tierra –en 2004 era cercana al dos por ciento– es una señal de la mejora en las técnicas de observación, lo que ha “hecho que los cálculos sean mucho más precisos”. Su regreso es singular porque a diferencia de otros fenómenos espaciales éste es recurrente.
Para cambiar la órbita de un asteroide como el 99942 Apophis se necesitaría de una fuerza descomunal y, por ello, se han reducido las probabilidades de un choque con la Tierra. “Lo llamamos Parámetro de Impacto. Tiene que ver con la masa del objeto, la densidad de éste y la distancia mínima con respecto a nuestro planeta y para modificarlos se requiere de fuerzas muy grandes”.
Si hubiera un imprevisto…
En caso de un imprevisto hay poco o nada que se pueda hacer para cambiar la órbita de una colisión. “Sólo podemos calcular su hora de llegada y de impacto”.
La repercusión que causó la noticia se debe al tamaño del 99942 Apophis, mayor a los 300 metros de diámetro, pero no es el único asteroide de gran tamaño que se tiene registrado cercano a nuestro planeta. Por ejemplo, el 2016NL56 de 600 metros de diámetro pasará por nuestra vecindad el 22 de marzo de 2020 y el 2010AU118, de 1947 metros de diámetro, será visto el 19 de octubre del 2020.
Por ahora, la Tierra está segura y vigilante ante la expectativa de nuevos descubrimientos científicos en nuestro firmamento.