Majestuoso, detenido en el tiempo, con la lava hecha tezontle tras mil 670 años de la erupción del Xitle en las faldas del Ajusco, el ecosistema del Pedregal es único en el mundo y tiene su núcleo en el Espacio Escultórico, un sitio mágico donde naturaleza y arte conviven en armonía.
Desde 1983, bajo la rectoría de Octavio Rivero Serrano, la Universidad Nacional formalizó en ese sitio y sus alrededores la existencia de la Reserva Ecológica del Pedregal (REPSA), zona natural que se extiende en 112.9 hectáreas del campus central de Ciudad Universitaria y que este año celebra con varios eventos sus primeros 35 años.
Conocer la única reserva natural de Ciudad de México, asombrarse y adentrarse en ella es la mejor forma de participar en su conservación, compartió Silke Cram Haydrich, investigadora del Instituto de Geografía y secretaria ejecutiva de la REPSA.
Por ello, la UNAM organizó por segunda ocasión el Día de Puertas Abiertas de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, una jornada con visitas guiadas que acapararon el interés de los asistentes.
En el Espacio Escultórico hubo carpas y juegos explicativos de diversos aspectos de la REPSA. Presentaron un juego de lotería de especies y otro para identificar animales de ese ecosistema por sus huellas; hubo un dominó trófico para conocer las especies del entorno según su alimentación y comportamiento, y un espacio dedicado a conocer el Geopedregal.
También, sitios como Sembrarte, para pintar macetas con temas de la vida silvestre del lugar, o uno sobre el programa de colaboradores de la reserva.
Más académicas fueron las carpas sobre la relación de la REPSA y la licenciatura en Ciencias Forenses, el Sendero Ecológico del CCH Sur y la participación del Programa Universitario de Bioética para la recuperación de especies.
Fragmento de lava
Este año, el lema fue: “Fragmento de lava, relicto de vida”, pensando en darle un énfasis a la roca volcánica, que es la base del ecosistema del Pedregal de San Ángel, señaló Cram.
“Por eso elegimos el Espacio Escultórico para este Día de Puertas Abiertas, pues se ve aquí el mar de lava sin la vegetación. Así se nota claramente cuántos microambientes se pueden formar, y eso es lo que explica la altísima diversidad que tiene este ecosistema, uno de los más biodiversos del Valle de México.”
La investigadora aclaró que los últimos fragmentos de este ecosistema que no han sido urbanizados están en Ciudad Universitaria. Aún el sitio convive con zonas limítrofes urbanizadas dentro del campus.
“El manejo de fauna silvestre se tiene que hacer diario dentro de la reserva. Quiere decir rescatar especies nativas (tlacuache, víbora de cascabel, cacomiztle) si están heridas, curarlas y luego reintegrarlas en este sitio.”