El Ejército desocupa el Casco de Santo Tomás; a su vez, la policía capitalina evacua la Prevocacional 1 del Instituto Politécnico Nacional.
Andrés Caso Lombardo, uno de los negociadores gubernamentales, dice que «la salida de tropas del Politécnico, fundamentalmente del Casco de Santo Tomás, se logró totalmente con la intervención de García Barragán», titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, quien «con celeridad dictó las órdenes para que los soldados desocuparan las instalaciones
del Politécnico».
En un llamado a los estudiantes, Guillermo Massieu, director general de esa institución, enfatiza que el progreso y los logros alcanzados por el IPN “pueden estar en peligro de perderse si éste sufriera tropiezos en la reanudación de sus actividades escolares y académicas”.
El jueves 31 de octubre, en la explanada de Ciudad Universitaria se efectúa un mitin organizado por el Consejo Nacional de Huelga. Se acuerda que el próximo 4 de noviembre se celebren asambleas en todos los planteles para que la base estudiantil decida el rumbo del movimiento.
Ofrenda floral en la Plaza de las Tres Culturas
A las 18:15 horas, en la Plaza de las Tres Culturas, frente al edificio Chihuahua, estudiantes universitarios y politécnicos, así como deudos, levantan una ofrenda floral en forma de V de la victoria, circunscrita por decenas de veladoras encendidas, para honrar la memoria de las personas que murieron exactamente hace un mes en ese lugar.
Además, junto a uno de los muros laterales del templo de Santiago Tlatelolco colocan un cartel con la leyenda: “La historia los juzgará. 2-X-68” y una docena de cruces formadas con flores.
Entretanto, unos 200 granaderos armados con fusiles y lanzagases, y con cascos de acero y caretas de plástico, rodean dicha plaza y los edificios cercanos, principalmente el de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Como acto final, los congregados se arrodillan y rezan una oración al tiempo que, con los brazos en alto, hacen la V de la victoria con los dedos índice y medio.
Estudiantes deciden continuar la huelga
Al día siguiente, domingo 3 de noviembre, con motivo del inicio del nuevo año escolar en el DF y 13 entidades federativas, Agustín Yáñez, secretario de Educación Pública, envía, por radio y televisión, un mensaje “de salutación y aliento” a profesores, alumnos y padres
de familia, “cuyo empeño conjunto, entusiasta, determinará el máximo aprovechamiento de los estudios”.
También hace un llamado a quienes tienen pendiente la presentación de exámenes finales del curso anterior, puesto que retardarla “no sólo significaría
la pérdida de un año escolar e impediría injustamente la continuación de sus estudios a millares de jóvenes, sino que también lesionaría irreparablemente al país”.
El lunes 4 de noviembre, los estudiantes universitarios y politécnicos acuerdan –en asambleas realizadas en diversos planteles de la UNAM, del IPN y en la Escuela Nacional de Maestros– continuar la huelga y no volver a clases hasta que haya sido solucionado el pliego petitorio de seis puntos, y “dirigirse hacia los sectores obreros y campesinos en busca de su apoyo”.
Ante este hecho, la UNAM emite un boletín de prensa en que asienta que hoy “las actividades administrativas, de investigación y de difusión cultural continuaron desarrollándose normalmente en todas las dependencias universitarias. Las labores docentes siguen suspendidas. En la mayoría de los planteles de la Escuela Nacional Preparatoria y de las facultades y escuelas profesionales se realizaron asambleas que transcurrieron ordenadamente. No se registraron hechos violentos”.
Tanto el IPN como la Secretaría de Educación Pública guardan absoluto silencio sobre la decisión tomada por los alumnos.
Al regreso de una gira de trabajo por el norte del país, Fidel Velázquez, secretario general de la Confederación de Trabajadores de México, declara que la juventud no está lista para adquirir la ciudadanía a los 18 años, “ya que demostró su ineptitud al dejarse arrastrar por los elementos subversivos que engendraron el llamado movimiento estudiantil”.
El domingo 10 de noviembre, después de 12 horas de conversaciones, el CNH informa que será el día 14 cuando decida si levanta o no la huelga. El lunes 11 de noviembre aumentan las presiones para que los estudiantes retornen a clases y circulan rumores de una posible intervención del Estado en la UNAM.
El martes 12 de noviembre, en una asamblea celebrada en el Auditorio Che Guevara de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Leopoldo Zea, director de esta entidad universitaria, dice:
“Creo que de continuar la lucha en los términos de una suspensión indefinida de clases no sería extraño que a grandes voces se pidiera la clausura de la Universidad y eso significaría menos libertad de cátedra, menos oportunidad de preparación y menos posibilidades de continuar la lucha por los logros democráticos.”
En su oportunidad, el catedrático Luis Villoro apunta: “No pensemos que tenemos más fuerza de la que realmente tenemos. No demos argumentos a algunos sectores del gobierno para intervenir el sistema universitario. Pensemos que puede coexistir el movimiento con la vida académica de la Universidad”.
Lo de Tlatelolco fue un acto terrorista del Estado: Paz
El miércoles 13 de noviembre, en una entrevista publicada por el diario parisiense Le Monde, Octavio Paz declara: “El PRI, revolucionario en su origen, se ha convertido en una maquinaria administrativa que constituye ahora un obstáculo para el desarrollo moderno de México”.
En referencia a la masacre del pasado 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, indica que “se trató de un acto de terrorismo puro y simple de Estado”.
Y agrega: ”Si podía creerse que el PRI era capaz de renovarse, semejante esperanza se ha vuelto absurda después de los acontecimientos del 2 de octubre. Por lo tanto, la única solución consiste en separarse del gobierno y en criticarlo desde fuera. No es casual que los jóvenes mexicanos hayan caído en la antigua Plaza de Tlatelolco: ahí, precisamente se encontraba el templo azteca donde se hacían sacrificios humanos. El asesinato de los estudiantes fue un sacrificio ritual. Se trata de aterrorizar a la población, usando los mismos métodos de sacrificios humanos de los aztecas”.
Al día siguiente, el 14 de noviembre, el CNH anuncia que los resultados de la votación que se llevó a cabo en su seno son los siguientes: a favor de la continuación de la huelga, 60 escuelas; a favor del regreso a clases, 13; abstenciones, 11.
Así, el paro estudiantil no concluirá hasta que el gobierno cese de inmediato toda forma de represión, ponga en libertad a todos los detenidos durante los recientes sucesos y ordene la salida de las fuerzas del orden de la Vocacional 7.
Una vez que se cumplan estas tres condiciones, puntualiza el CNH, los alumnos retornarán a clases y estarán dispuestos a entablar el diálogo público para la solución de los seis puntos del pliego petitorio; también informa que las pláticas con Caso y De la Vega Domínguez se han estancado debido a que “no ha cesado la persecución contra los jóvenes”.
El CNH somete a la consideración del estudiantado y del pueblo de México “que no es posible pensar en el retorno a clases en tanto no se cumplan plenamente las tres condiciones que hemos fijado para ir al diálogo público” y que respecto al diálogo público “mantenemos la misma posición, aun cuando éste se lleve a cabo habiendo iniciado las labores académicas”.
El escritor José Revueltas dicta una conferencia sobre la autogestión y la Universidad crítica en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Al mediodía del sábado 16 de noviembre, en una casa de la colonia Narvarte, agentes de la Policía Judicial Federal detienen a José Revueltas por su participación en el movimiento estudiantil.
