Cambio significativo en cómo interactúan los jóvenes

El espíritu de la época, los noviazgos virtuales

La comunicación mediante las redes sociales ha venido a transformar de manera determinante las prácticas del coqueteo y la seducción

El uso desmedido de las redes sociales ha modificado de manera significativa la forma de interactuar entre las y los jóvenes, en particular al momento de establecer relaciones afectivas, de pareja y noviazgos, en donde los “protocolos” de cortejo y enamoramiento presencial como los conocíamos, se han transformado en interacciones virtuales por medio de las plataformas digitales, lo cual, inevitablemente, determinará cómo se concebirá una relación formal de pareja en la realidad.

Para Raúl Corona Fuentes profesor de posgrado de la Escuela Nacional de Trabajo Social, las nuevas relaciones entre adolescentes, ahora en el terreno de la virtualidad, son parte del espíritu de la época que vivimos, en la que la comunicación mediante las redes sociales ha venido a transformar de manera determinante las prácticas del coqueteo y la seducción que se vivían de manera personal.

Destacó que esas relaciones afectivas en muchas ocasiones se limitan a un intercambio de mensajes de texto e imágenes que se comparten a través de los dispositivos móviles o las computadoras personales, generando vínculos emocionales psicológicamente subjetivos, que llegan a construir relaciones superficiales o fantasiosas basadas en la ilusión y el deseo.

Se trata dijo, de un fenómeno sobre el que habría que preguntarle a las y los jóvenes si ese tipo de relación es la que buscan, desean y quieren establecer: “¿Qué se genera?, seguramente una cuestión fantasiosa e ilusoria, que quizás también es lo que buscan los jóvenes, pero además resulta un fenómeno muy interesante para el estudio. Y esa cuestión de la fantasía les permite establecer vínculos afectivos en las redes sociales, generando una suerte de seducción que en un primer momento llega a generar sentimientos amorosos ciertamente satisfactorios; sin embargo, después nadie sabe en qué pueda terminar”.

El experto en modelos de intervención con jóvenes indicó que además de los cambios en la relación de pareja, el abuso en la permanencia dentro de las redes sociales está propiciando actitudes tendientes al aislamiento, el distanciamiento social y la soledad que termina afectando sensiblemente sus interacciones personales.

Apuntó que al permanecer gran parte del día enganchados en la red, los jóvenes convierten esos espacios virtuales de entretenimiento en una gran ventana para evadirse de conflictos personales o familiares y encuentran en las diferentes plataformas digitales, prácticamente de manera automática, la resonancia y la identidad que buscan o que la propia adicción les ha creado.

Igualmente, añadió, las plataformas de las redes sociales van creando una necesidad psicológica por mantener una supuesta comunicación con otras personas, la mayoría de las veces desconocidas, generando la sensación de que ya se cuenta con muchos “amigos”, que pueden llegar a 2 mil o 5 mil contactos, pero la realidad es que sólo son 20 o 30 los conocidos.

“Resulta una paradoja porque, por un lado, se presume una sensación de satisfacción por tener muchísimos contactos agregados, pero lo cierto es que los amigos son muy pocos. Entonces, estamos ante una situación fuera de la realidad, ilusoria o fantasiosa, que, una vez que viene el golpe de realidad, termina generando tristeza, desilusión, molestia y frustración en todas esas personas que han hecho de las redes sociales una parte fundamental de su vida cotidiana y de su existencia”.

Esa situación, agregó el universitario, ha generado nuevos trastornos relacionados directamente con la salud mental a partir de que permanecen mucho tiempo interactuando en las redes sociales. Los jóvenes empiezan a padecer trastornos del sueño, síntomas de angustia, ansiedad y depresión.

Llamado de atención

Corona Fuentes consideró que este cambio sorprendente en la forma de relacionarse entre las y los jóvenes es un llamado de atención tanto para familiares, profesores y autoridades educativas que deben reaccionar para atender esta creciente problemática y buscar opciones para evitar que el uso y abuso de las redes sociales se normalice y se convierta en una actividad cotidiana de nuestros jóvenes, pues aun cuando pueda parecer exagerado, las plataformas digitales pueden convertirse en las principales encargadas de educar y de formar a las futuras generaciones.

Finalmente, el especialista comentó que las y los jóvenes también pueden y deben tomar conciencia de las consecuencias físicas y emocionales que puede causar el uso sin control de las redes sociales y con toda responsabilidad establecer sus propios límites y aprovechar para retomar muchas de las actividades que han dejado de realizar como por ejemplo, leer un libro, ir al cine a ver una buena película, hacer ejercicio o practicar algún tipo de deporte.

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