Cabe recordar que el programa Apolo, que fue la continuación del Gemini, era muy ambicioso, pero también muy caro. Con todo, consiguió avances altamente significativos.
“El plan era construir allá, en el corto plazo, una base lunar, pero el costo tan grande de cada una de las misiones obligó a la NASA a cancelar este programa.”
Como parte de los futuros viajes tripulados a Marte se retomó la idea de establecer una base de llegada y reaprovisionamiento de combustible en la Luna.
De hecho, la NASA comenzó a entrenar nuevos astronautas para regresar a nuestro satélite; no obstante, el proyecto se canceló durante la administración del presidente Barack Obama porque resultaba demasiado caro.
“Si bien el interés por conquistar Marte continúa, el gobierno de Estados Unidos ha llegado a la conclusión de que debe crear un consorcio con la iniciativa privada para que dicho objetivo sea factible”, indica Navarro González, quien el año pasado fue seleccionado por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) para participar en la misión ExoMars, que será lanzada a mediados de 2020 (con el instrumento HABIT se buscará capturar y convertir en líquida el agua de la atmósfera marciana).
Hacia Marte
La fecha de la llegada del hombre a Marte se ha ido moviendo continuamente. En la actualidad, se piensa que en 2030 o 2035 podría despegar de la Tierra una nave con cuatro o cinco astronautas.
Sería una misión compleja porque Marte se ubica, en su punto más cercano a la Tierra, a unos 59 millones de kilómetros. La nave que transportó al Curiosity, el cual pesa una tonelada, tardó nueve meses en llegar al planeta rojo. La nave tripulada sería más pesada. De todos modos, con los avances tecnológicos, su viaje hasta Marte podría durar igualmente nueve meses.
“Marte y la Tierra rotan de manera continua alrededor del Sol; por eso, unas veces se hallan muy lejos entre sí y otras más cerca. El mayor acercamiento, que ocurre cada dos años, sería el momento ideal para que la nave tripulada arribara a Marte. Pero una vez ahí, los astronautas no podrían emprender el viaje de regreso hasta un año después, porque ambos planetas comenzarán a alejarse entre sí. De ahí que calculemos que un viaje a Marte duraría dos años, lo que complicaría mucho todas las estrategias para que los astronautas se mantuvieran en buenas condiciones en el ámbito marciano”, apunta Navarro González.