No importa el resultado ni el gasto económico que implica ser fanático

El Mundial de futbol, un fenómeno totalmente emocional

Tiene que ver con la identificación y una forma de vida inmediatista: Ricardo Trujillo, de la Facultad de Psicología

Aunque haya un triunfo o una derrota, al final los aficionados ahí estarán.

Miles de mexicanos se darán cita en Qatar para ver a la Selección Nacional de futbol. Para Ricardo Trujillo Correa, académico de la Facultad de Psicología, no importa el resultado que tenga el equipo ni el gasto económico que supone, los aficionados estarán. “No tienen definido qué harán ni en qué hotel estarán. Y, en ocasiones, lo que piensan es que no importa, ya veré qué hago, dónde se hospedarán, aunque sea en una banca. No sé cómo lo voy a pagar, ya lo veré después, aunque venda mi coche. Aunque me corran de la casa. Todo eso no importa. No es un cálculo racional, sino más bien tiene una lógica emocional”.

Ese fenómeno tiene que ver con la identificación, señala Trujillo, y agrega: “Es como cuando alguien va al Muro de los Lamentos siendo judío, en realidad no tiene que ver con una cuestión de tipo racional, sino con una identificación emocional y grupal. Es cumplir con algo que representa lo que se pareciera a lo sagrado. En el caso mexicano, como ya no tenemos lo sagrado, nos identificamos de otra manera”.

También se relaciona con una forma de vida inmediatista, comenta. “Nos inventamos actividades, y tiene que ver con que en los pueblos hace un siglo trabajabas duro todo el año y tenías un sólo día de festividad para disfrutar y desahogarte. Esta oposición entre el trabajo intenso y la diversión es el mismo mecanismo. Trabajamos mucho y nos damos estas festividades para desprendernos de todas las limitantes con la realidad y fantasear con la fiesta. Esto puede ser cualquier actividad, por ejemplo el Super Bowl, los premios Oscar o el Mundial”.

Además de eventos deportivos, nos identificamos con fenómenos comerciales o sociales, “puede ser la nueva película de Marvel, o la Fórmula 1, aunque no sepamos nada de eso. Hay una identificación grupal, también promovida por los medios. Por ejemplo, el 15 y 16 de septiembre en realidad tenemos pocas conductas y hábitos de civilidad mexicana, pero cuando viene esa fecha todo el mundo va al Zócalo para disfrutar la fiesta, no para hacer una reivindicación de honores patronales a la bandera”.

Mentalidad, insuficiente para ganar

Sobre la posibilidad de hacer un buen papel en el Mundial, Trujillo Correa comenta: “Se necesitan mensajes motivacionales justo cuando el ánimo está abajo. Esa es una forma en que nosotros, en general, como mexicanos, hemos asumido esta especie de engaño colectivo y que incluso algunos colegas psicólogos lo han propiciado, esta idea de que te la tienes que creer. No tienen que ver aquí las condiciones culturales, económicas, estructurales, de oportunidades de empleo. Con que te la creas ya vas a ser exitoso. Y esto en realidad no es así. En realidad, es una ideología que viene del neoliberalismo que se nos impone, validando la idea de que no importa la sociedad, pero sí el sujeto. Si eres pobre es porque quieres, no importa que no hayas tenido las oportunidades y que no las haya. Debes seguir alcanzando la chamba. Si lo trasladas al aspecto deportivo es básicamente lo mismo”.

Para poder ser exitosos en el Mundial no se necesita mentalizarse, se requiere infraestructura, trabajo, educación, cultura, agrega. “Lo que ahora se ve en la Selección es que no hay nada de eso. Es una estructura muy comercializada, muy alentada, muy basada en lo inmediato. Entonces, no hay una colectividad o proyecto de futuro; es un verdadero desastre. En este sentido, no existe ninguna fundamentación para pensar que pudieran ser exitosos y entonces hay que creérsela. Lo que vamos a encontrar es que es una forma de engaño colectivo que, además, está muy padre porque pasamos del famoso sí se puede al derrotista no se pudo”, concluye.

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