“Palacio de las ciencias de la tierra”

El Museo de Geología celebra 50 años de pertenecer a la UNAM

Joya arquitectónica del Porfiriato que alberga colecciones y materiales sin parangón

El 26 de enero el Museo de Geología cumplió 50 años de formar parte de la UNAM y, como tantas cosas de este 2020, la conmemoración se canceló por causa del nuevo coronavirus, o al menos se pospuso por un tiempo ya que, como señaló el director del Instituto de Geología (IGI), Ricardo Barragán Manzo, “entonces la pandemia nos quitó cualquier posibilidad de festejo, pero no así las ganas de celebrar”.

Así, en un evento que llega 10 meses demasiado tarde y en una sala de Zoom en vez de un salón de fiestas (para mantener la sana distancia sin faltar al protocolo), cientos de personas se dieron cita para conmemorar, ahora sí, el medio siglo de este museo universitario y la historia de un edificio que llegó a la plaza de la Santa María la Ribera hace 114 años, cuando el Kiosco Morisco aún no estaba y nadie imaginaba que terminaría por ser el objeto más icónico del sitio, pues entonces ocupaba el espacio donde hoy está el Hemiciclo a Juárez, y los planes eran dejarlo ahí.

Para Barragán Manzo no hay duda de que, sin exagerar, este lugar es un verdadero “palacio de las ciencias de la tierra” y uno donde tanto el exterior como el interior importan, porque si bien por fuera es una joya arquitectónica porfiriana, por dentro alberga colecciones y materiales sin parangón, todo ello en un espacio donde, con sólo entrar, la vista no sabe dónde posarse: si en su escalinata de hierro y mármol, en sus vitrales, en su mamut, en su dinosaurio o en sus meteoritas.

“Esto es un tesoro y no sólo para el IGI, sino para la UNAM y la comunidad de la Santa María la Ribera, de ahí que no pudiéramos dejar de celebrar virtualmente ahora; ya luego podremos hacerlo en vivo.”

Historia

El edificio que hoy conocemos como Museo de Geología fue inaugurado el 6 de septiembre de 1906 a fin de albergar el Décimo Congreso Geológico Internacional, ello antes de estallar la Revolución y cuando la Universidad de México no era autónoma ni nacional; así de antiguo es.

Al participar en el festejo, María Guadalupe Lozada, quien además de historiadora es encargada de despacho de la Secretaría de Cultura de la CDMX, reconoció lo especial que le resulta el recinto, pues más allá de su belleza también es telón de fondo de su historia familiar.

“En casa tengo la guía que se le dio a quienes acudieron a ese Décimo Congreso Geológico Internacional. Mi tío abuelo fue uno de quienes inauguraron el edificio y por ello, hablar de este sitio es hacerlo de mí y de tantas experiencias significativas.”

Para la maestra Lozada, el Museo de Geología es una puerta a otros tiempos, porque su diseño nos remite al Porfiriato; sus fósiles, su mamut y dinosaurio nos llevan a otras eras, y sus meteoritas a tiempos cuando el sistema solar era aún joven, mientras que el sótano, al tener tecnología interactiva, nos sitúa en un contexto de lo más moderno.

“Y quizá lo más importante a mencionar es su equipo de guías, que le permiten al visitante entender temas con los que tantos de nosotros no estamos familiarizados. En esto consiste divulgar la ciencia, una tarea que a muchos científicos parece habérseles olvidado, pero a la gente del museo no, pues es algo que han hecho a lo largo de 50 años.”

Mamut.

Moluscos prehistóricos

En su intervención, el astrónomo William Lee Alardín confesó que cada que entra al Museo de Geología lo que más le llama la atención no son las meteoritas sino los amonites, es decir, esos moluscos prehistóricos que, al morir, dejaron tras de sí un fósil en forma de caracola. Y es que, dice, desde siempre ha sido un apasionado de la geología, tanto que a veces va al recinto con sus hijos y de incógnito, ello para evitar la deferencia que podría recibir si alguien se enterara de que el coordinador de la Investigación Científica de la UNAM está en el recinto. “Yo sólo quiero disfrutar del espacio y las exhibiciones”.

Sobre sus razones de acudir en familia en vez de por trabajo, el académico explicó que desde siempre ha tenido la convicción de que la misión de los museos es desarrollar vocación en niños y jóvenes. “Que vayan y vean de todo; si no les agrada una cosa ya les gustará otra. El chiste es que tengan opciones y que desarrollen su creatividad. Eso es fundamental para que nuestro país avance a futuro”.

Isauria.

Actividades

A decir de Lee Alardín, el Museo de Geología es uno que sale a la calle y dialoga con la gente, como ha podido constatar al ser partícipe de algunas actividades que se han desbordado a la plaza de enfrente. “Ha habido eventos de mucha convivencia con los vecinos de la Santa María la Ribera y es notorio que la gente va con gusto, y se la pasa bien”.

Por ello, una de las cosas que más extraña en el confinamiento ha sido visitar este museo. “Es crucial mantener las actividades académicas de difusión y educación; no debemos detenernos por el coronavirus y de ahí la relevancia de celebrar estos 50 años. De todas maneras, creo que ya llevamos más de lo que nos falta de esta pandemia, y que dentro de muy pronto estaremos juntos”.

Minerales de México.
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