El Pabellón de Rayos Cósmicos cumple 50 años bajo la custodia de la Facultad de Odontología
Fue uno de los pocos sitios en el mundo que permitía la medición de estas partículas del sistema solar, lo que le dio a la UNAM el fundamento para crear la investigación en física: José Francisco Valdés Galicia, coordinador del PEU

“Los datos que recopiló entonces el PRC formaban parte de una red mundial de detectores. Hay que definir que los rayos cósmicos son partículas que vienen de fuera del sistema solar, incluso algunas muy energéticas, desde los confines del Universo, y llegan a la Tierra por todos lados; entonces, para detectarlos se requiere contar con una red mundial”, explicó Valdés Galicia.
Los rayos cósmicos le dieron a México, abundó, el fundamento para crear la investigación en física, por ello es muy importante el PRC. En 1939 se funda el Instituto de Física de la UNAM, y quienes lo encabezan son, entre otros, Alfredo Baños y Carlos Graef, que trabajaban en rayos cósmicos e hicieron aportaciones teóricas importantes.
Valdés Galicia, exintegrante de la Comisión de Rayos Cósmicos de la Unión Internacional de Física Pura y Aplicada, resaltó que la función del Antiguo Pabellón fue trascendental, porque México está cerca del ecuador geomagnético, y muchas de las estaciones que existen se encuentran más lejos de ese punto.
“En la zona ecuatorial están los países africanos, los del sureste asiático, los latinoamericanos, que son naciones menos desarrolladas y es difícil contar con dicha instrumentación, por ello nosotros fuimos afortunados, porque el detector que teníamos aquí lo concedió la Universidad de Chicago, en particular el profesor John Simpson”, recordó.
Simpson estaba muy interesado en que se ubicará en México, continuó, porque era un punto crucial para la detección de rayos cósmicos; era la época del rector Nabor Carrillo, quien era ingeniero. Lo planearon, y fue encargado a Félix Candela (junto a otros arquitectos como Jorge González Reyna). “Resultó una edificación preciosa con unas parábolas atractivas; el detector de rayos cósmicos (un monitor IGY) que estuvo ahí, se encuentra hoy en día en el Museo de Geofísica en Tacubaya”.
En 1975, hace 50 años, el monitor IGY fue desplazado y el Pabellón de Rayos Cósmicos pasó a la custodia de la Facultad de Odontología (FO) de la UNAM.
Flanqueado por los murales La vida, la muerte, el mestizaje y los cuatro elementos de la Facultad de Medicina, y más cercano por La superación del hombre por medio de la cultura en la FO, ambas creaciones plásticas de Francisco Eppens, el Pabellón pasó a ser conocido como La muela, la cual albergó una ludoteca y es admirada por sus características estructurales de doble curvatura basadas en la geometría denominada paraboloide hiperbólica.
El cascaron cuenta con 12 metros de largo por 10.75 de ancho. La cubierta del laboratorio original, especializado en la medición de neutrones, respetó la condición de contar con láminas de concreto sumamente delgadas.
Quien hizo las gestiones principales para que ese detector se colocara en Ciudad Universitaria, subrayó Valdés Galicia, fue uno de los científicos más distinguidos, el “padre” de los rayos cósmicos en México, Manuel Sandoval Vallarta, quien en 1927 ganó la Beca Guggenheim que le permitió asistir a la Universidad de Berlín donde tuvo como profesores a Albert Einstein y Max Planck, entre otros.