El Servicio Sismológico Nacional, 95 años bajo el resguardo de la UNAM

Su incorporación se produjo a la par que la Universidad obtuvo su autonomía

Este 16 de noviembre, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) cumple 95 años bajo el resguardo de la UNAM. Fundado el 5 de septiembre de 1910, en el marco de la celebración del Primer Centenario de la Independencia de México, el SSN estaba adscrito al Instituto Geológico de México, el cual cambió su denominación a Instituto de Geología en el mismo año en que se incorporó a la UNAM, en 1929, refiere Lucero Morelos Rodríguez, responsable del Acervo Histórico del Instituto de Geología de la UNAM.

Esta incorporación, explica la también académica, se produjo a la par de que la Universidad obtuvo su autonomía y con ella la potestad sobre distintas dependencias, entre las cuales estaba el Instituto de Geología, que a su vez contenía el Servicio Sismológico Nacional.

“La decisión de incorporar diversas Instituciones científicas a la UNAM fue expuesta por el entonces rector Ignacio García Téllez, en el documento titulado Exposición de motivos de la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México”, indica.

En el documento, añade Morelos Rodríguez, se especificó que para que la UNAM pudiera llevar a cabo sus funciones sustantivas debía conformarse por institutos científicos, a fin de dar solución a problemas nacionales de índole técnico y científico.

Posteriormente, en 1945 se creó el Instituto de Geofísica de la UNAM y desde 1948 el Servicio Sismológico Nacional se integró a esta dependencia, en la cual permanece actualmente, pero ahora en un edificio exprofeso para sus funciones.

Arturo Iglesias Mendoza, jefe del Servicio Sismológico Nacional, afirma que “la UNAM es distinguida por realizar la investigación más importante de sismología en México, ya que los datos que genera el SSN son la columna vertebral de lo que se conoce sobre la sismología y la sismotectónica en México”.

Asegura que “con el tiempo, el SSN ha mejorado su capacidad de respuesta rápida ante la ocurrencia de los sismos y conoce con mayor exactitud su ubicación y magnitud. Asimismo, es reconocido como el medio más confiable para obtener información acerca de los sismos en México”.

Estación Sismológica Central de Tacubaya en 1910. Fotos: archivo Instituto de Geología.

Momentos históricos

Uno de los primeros retos del SSN, precisa el jefe del Servicio Sismológico Nacional, fue la creación de una red de varias estaciones sismológicas que se instalaron en Guadalajara, Veracruz, Chihuahua, Mazatlán y Tacubaya, siendo esta última la estación central, refiere Iglesias Mendoza.

La estación de Tacubaya actualmente es el Museo de Geofísica de la UNAM, una de las colecciones de instrumentos sismológicos más importantes del mundo.

“Siendo parte de la UNAM, el hito más destacado en la historia del SSN, fue el sismo de 1985, pues representó un cambio en el énfasis que desde la casa de estudios se le da al Servicio, y también de la forma en que la sociedad visualiza a una institución que permite tener cada vez una mejor caracterización de los sismos en México”, apunta.

Iglesias Mendoza comenta que respecto a su infraestructura, la modernización más importante de su equipamiento ocurrió en los años 90 del siglo pasado, con equipos de primera línea en el ámbito mundial y a partir de entonces ha sido una evolución continua.

El SSN actualmente cuenta con casi 70 observatorios, que están distribuidos en casi todos los estados del país como Baja Californa Norte, Yucatán, Quintana Roo, pero la red más densa está en la zona del Pacífico mexicano, en el sur y en el poniente del país: que son los estados de Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Chiapas.

“El SSN desde siempre ha sido un ente que ha colaborado internacionalmente con proyectos de gran validez con Universidades de Estados Unidos, de Japón y Francia, también con la Agencia de Cooperación Internacional de Japón y comparte datos con Guatemala y Costa Rica y Estados Unidos, entre otros países”.

Sismógrafo horizontal.

Descubrimientos y avances

“En relación con la detección, que ha evolucionado gracias a los avances en tecnología, electrónica y el desarrollo de herramientas computacionales, a principios del siglo XX los sismógrafos eran dispositivos de gran tamaño. Sin embargo, hoy en día se fabrican instrumentos mucho más compactos con una capacidad de detección significativamente superior”, señala.

Iglesias Mendoza sostiene que los sismos, a pesar de que representan un riesgo y preocupación de la ciudadanía, brindan datos importantes, por ejemplo, analizando la propagación de las ondas de sismos lejanos se ha podido conocer cómo es el interior de la Tierra: la parte interna del núcleo es sólido y está rodeado de una parte fluida.

“A inicios del siglo XXI, en el SSN se descubrió otro fenómeno que ha cambiado de alguna manera el paradigma de lo que se llama sismotectónica, que son los llamados sismos lentos: estos son movimientos muy lentos entre las placas, pero pueden representar un movimiento mayor, pero qué es tan lento que no genera ondas sísmicas, de manera que no se sienten”.

Un avance reciente importante ocurrió en 2023, cuando se inauguró el Centro Alterno de Monitoreo (CAM), instalación “espejo” del SNN ubicada en Pachuca, Hidalgo, para reforzar la detección de los sismos en todo el país. “Estos desarrollos han permitido un replanteamiento interesante acerca de cómo funciona la interacción, por ejemplo, entre las placas tectónicas y el conocimiento que se puede tener acerca de los temblores”.

¿Cómo trabaja el SSN?

Aproximadamente 30 universitarios son quienes componen al Sismológico Nacional y trabajan en cinco equipos: el que se dedica a los sistemas de cómputo y comunicaciones; el grupo de instrumentación que mantiene activa la red de estaciones de todo el país, hace mantenimiento preventivo y correctivo; también se encargan de instalar nuevas estaciones.

Monitoreo y análisis es otro grupo, y son quienes reciben los datos en tiempo real, realizan un proceso para calcular la localización y magnitud de los sismos, y comparten esa información con las autoridades correspondientes y con la ciudadanía.

También está el equipo multidisciplinario de comunicación de la ciencia, y son quienes tienen la tarea de realizar divulgación y comunicación científica acerca de fenómenos sísmicos.

Por último, se encuentra quien hace la labor de contactos para conseguir los permisos de instalación de estaciones y toda la parte legal que conlleva.

Instalaciones actuales en CdMx.

Mapas de intensidades

Iglesias Mendoza explica que cuando ocurre un sismo, la UNAM no sólo cuenta con el servicio Sismológico Nacional y el Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica, sino también con un grupo importante de personas que trabajan con el Instituto de Ingeniería y que generan mapas de intensidades, con los cuales se puede tomar decisiones y saber a dónde se debe asistir después de un temblor.

En este sentido, la información que se genera dentro del SSN es relevante para los tomadores de decisiones, como los funcionarios que están relacionados con la protección civil.

A consideración de Iglesias Mendoza, ha existido un apoyo contundente por parte de la UNAM, respecto a equipamiento, plazas e infraestructura, para brindar el mejor servicio sismológico y cumplir con el compromiso primario de investigación, pero también de mantener informada a la ciudadanía.

Entonces, agrega, el aporte de la UNAM en el conocimiento de la sismología en México es indispensable, no se conocería mucha de la información que hoy se sabe sin sus investigaciones, pues ha desempeñado un papel muy importante en el avance de la sismología, la sismotecnia y la geodesia.

Finalmente, asevera que “el Sismológico forma parte integral de la UNAM, con un fuerte compromiso hacia la docencia, la investigación y la academia, constituyéndose así como un servicio plenamente universitario”.

El Centro Alternativo de Monitoreo, en Pachuca. Fotos: archivo Gaceta UNAM.
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