El signo de los tiempos es la polarización política, social y cultural

Si la globalización es inestable y amenazante, la complejidad social es enorme: Mario Luis Fuentes, investigador del PUED

La actual es una coyuntura nacional e internacional muy compleja. Y en el país, estamos ante una agenda inédita de nuevos riesgos sociales que está transformando rápidamente diversos campos, señalaron académicos en la UNAM.

En el 17º Diálogo Nacional por un México Social. Horizontes 2030 para el Desarrollo, Mario Luis Fuentes Alcalá, investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED), indicó que lo que tenemos ante nosotros es un contexto pavoroso, con conflictos armados y en el que los objetivos del desarrollo sostenible no se van a cumplir. “Si la globalización es inestable y amenazante, la complejidad social es enorme”.

En el Panel 4, “La agenda de riesgos sociales y el desarrollo”, alertó que las transformaciones se dan en un contexto político desafiante, de enorme erosión de las estructuras que en democracia “deberían permitirnos construir más y más democracia”.

Al respecto dijo que es necesario preguntarse si esa forma de gobierno puede existir sin partidos de oposición. “Uno de los riesgos políticos más complejos que enfrentamos es una enorme concentración del poder en un régimen presidencialista”.

Junto con la erosión del sistema de salud, “y la realidad de que hay más consultorios privados que del Seguro Social”, se vive también la de los territorios educativos y entornos culturales, así como la polarización de los privilegios y privaciones, y ciudades que no son habitables; hay, consideró Fuentes, un “desdesarrollo”, un retroceso y territorios moldeados y ocupados por la violencia.

Ante ese panorama propuso redimensionar los nuevos riesgos sociales, construir territorios habitables, ponderar a las violencias como el mayor riesgo social y a las víctimas como nuevos sujetos sociales, que el Estado garantice el derecho a la justicia y la verdad, y construir más democracia ciudadana.

Clara Jusidman, integrante del Grupo Nuevo Curso de Desarrollo y miembro emérito del Seminario de Cultura Mexicana, opinó que lo ocurrido en los últimos dos meses y medio en el país y en el mundo refuerza las tendencias que han socavado las estructuras políticas, sociales, económicas y culturales que, con avances y retrocesos, se fueron consolidando en los últimos 80 años: democracias liberales, estados-nación fundados en pactos sociales, organizaciones y acuerdos internacionales de los gobiernos nacionales, predominancia del capitalismo financiero y extractivista, y el aumento de empresas globales, legales e ilegales. Asimismo, se coloca una interrogante sobre el futuro y el significado del desarrollo.

Posiblemente el lastre más grande que nos deja la época que está por terminar, expresó en el Auditorio Narciso Bassols de la Facultad de Economía, es la persistencia y profundización de los niveles de desigualdad en acceso a condiciones dignas y seguras de vida para miles de millones de personas.

“El signo de los tiempos es la polarización política, social y cultural; los estados nacionales, debilitados y minimizados en sus capacidades y recursos, están siendo capturados por posiciones extremistas, de izquierda y derecha. Hay una crisis de la forma de las representaciones sociales, de los partidos políticos, de la eficacia de los estados nacionales, así como de los organismos e instituciones internacionales”.

Hoy, el conflicto ya no sólo se expresa en guerras o violencia armada y criminal; cruza varias áreas de la convivencia, incluyendo las familias, las escuelas, las comunidades, empresas u organizaciones políticas. Por eso es tan importante la promoción de la paz. “Si no se trabaja desde lo local, creando capacidades y desarrollando buenas prácticas, será muy difícil revertir el problema”.

Tonatiuh Guillén López, también integrante del PUED, consideró que los riesgos están en todos lados, en la geopolítica, seguridad pública, la vigencia del Estado de derecho, en rezagos estructurales, o en la movilidad, y se condensan en la vida de las personas, en el desarrollo, o en la democracia.

El año 2023 se caracterizó por la movilidad de personas más grande de la historia, a través y desde México. Su composición social no tiene que ver con la historia previa; ésta se distingue por desplazamientos obligados y movimientos forzados, con un perfil que jurídicamente se calificaría como personas solicitantes de refugio.

Empero, tenemos una coyuntura: el proyecto Trump, el presidente electo de los Estados Unidos que es ultrarradical y políticamente más poderoso que antes. Su plan tiene dos grandes componentes: cerrar EUA a la migración y refugio, y expulsar a la población que ya está en aquel territorio, en condición irregular.

Por último, Cristina Hernández Engrandes, integrante del PUED, anunció que en el área de investigación Nuevos Riesgos Sociales de esa instancia universitaria se trabaja en una propuesta para los próximos tres años. Se trata de un proyecto académico para dimensionar y georreferenciar la agenda de dichos riesgos.

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