La crisis sanitaria global por la pandemia se suscitó en medio de una crisis civilizatoria y de la necesidad de repensar las relaciones entre sociedad, economía, política y naturaleza, lo que ha sacado a la luz las profundas desigualdades sociales y los problemas estructurales entre países y dentro de ellos, aseveró la embajadora María Fernanda Espinosa.
La expresidenta de la Asamblea General de la Naciones Unidas consideró que, además, la pandemia por la Covid-19 mostró la fragilidad y falta de preparación de nuestro sistema multilateral para contener sus efectos.
“Particularmente en América Latina nos encontró con sistemas débiles de integración regional, con una profunda polarización que ha conspirado contra una respuesta coordinada, eficaz y solidaria; nos tomó como una región incapaz de responder de manera conjunta al desafío de la crisis sanitaria, cuyo resultado es que somos el epicentro de la pandemia en este momento.”
Esta crisis “amplió los déficits estructurales y políticos en la zona, y tal vez una de las mayores preocupaciones es la indiferencia de la población en sus sistemas políticos”, apuntó al participar en el ciclo de conferencias magistrales Después del 2030: Mujeres Líderes por un Futuro Sustentable, organizado por la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (CoUS).
La diplomática expuso que, sin duda, la globalización generó un nivel de desarrollo económico y de bienestar material incomparable en la historia de la humanidad. Sin embargo, este crecimiento se ha fincado en una explotación intensiva de los recursos naturales, en una producción altamente contaminante, en la exclusión y marginación de sectores mayoritarios de la sociedad, así como en la acumulación de la riqueza en un pequeño segmento de la población mundial, lo que ha generado grandes costos sociales, políticos y ambientales.
En su charla El Rol del Multilateralismo en la Respuesta a las Actuales Crisis Mundiales, presidida por Alberto Ken Oyama, secretario de Desarrollo Institucional de esta casa de estudios, y Alexandra Aguilar Bellamy, titular de la CoUS, María Espinosa remarcó que esta crisis sanitaria simplemente evidenció dificultades estructurales de larga data en el mundo.
Pero hay una pandemia aún más importante, estructural y compleja que la propia Covid-19, “la desigualdad evidente en la redistribución del ingreso, el empleo y el poder”.
Señaló que uno de los grupos más afectados por la pandemia es el de las mujeres, para quienes el nivel de pérdidas de empleo es cinco por ciento más alto que en los hombres; el incremento del trabajo no remunerado del hogar y el aumento de su vulnerabilidad a violencias sexual, de género y doméstica.
Fuera del hogar, son ellas quienes asumen los cuidados en el sector salud y están más expuestas al contagio del virus SARS-CoV-2; “sabemos que más de 70 por ciento del personal de salud es femenino, pero en encargos y salarios más bajos y, por tanto, en espacios más vulnerables a la infección”.
Proceso que sigue
Por su parte, Ken Oyama dijo que, si bien la pandemia tiene impacto mundial, absolutamente nadie se salvó de ella y aunque hemos aprendido mucho desde que surgió la crisis sanitaria, no hemos logrado dimensionar exactamente cuáles serán todas sus consecuencias, porque aún no termina, seguimos con problemas de contagios todos los días en el mundo, y México no es la excepción.
Son múltiples los efectos de la crisis sanitaria, además de la salud. Particularmente en el caso de las mujeres aún no logramos evaluar con precisión qué está sucediendo, porque ya de por sí era compleja la situación económica y social antes de la pandemia; lo que ésta hizo fue aplastar todo y desparramarlo, que fuera evidente lo que ocurre en el orbe, “nadie pudo ocultar nada”.
Subrayó que, en el problema de la extinción de especies nadie sabía lo que teníamos. En muchas partes del planeta, donde hay más problemas sociales y económicos, existe mayor biodiversidad registrada; sin embargo, lo no documentado es mucho mayor. No sólo se trata del problema de pérdida de especies, sino que por cada una que se acaba, también termina un proceso biológico fundamental y relevante para la sobrevivencia humana.
Han desaparecido de la faz de la tierra cantidad de ecosistemas naturales con grandes extensiones en todo el mundo, la diferencia es que la pandemia nos hizo reaccionar al respecto en estos meses; pero la pérdida de ecosistemas terrestres o marinos lleva décadas, y pese a que hay una infinidad de literatura en el tema, aún no apreciamos las consecuencias y todo lo englobamos en el cambio climático, pero esto “es mucho más que el cambio climático”.