El suelo es un componente muy importante para el bienestar humano, pues nos ofrece diversos servicios ambientales o ecosistémicos, entre ellos está el ser clave para reducir las concentraciones del dióxido de carbono (CO2) atmosférico y mitigar el cambio climático global.
Afirmó el académico del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM, Felipe García Oliva, quien con motivo del Día Mundial del Suelo –5 de diciembre– expuso que con frecuencia se piensa que éste no juega un papel importante en la dinámica climática.
El experto indicó que muchos gases de efecto invernadero podrían estar saliendo del mismo suelo, de ecosistemas como los humedales, los cuales al secarse, permiten que se eleve la temperatura y que la actividad microbiana comience a descomponer la materia orgánica.
El suelo también es fundamental para la provisión de agua; su fertilidad se relaciona con la productividad de los ecosistemas –ya sean forestales, agrícolas y/o pastizales–, además de ayudar a mantener la biodiversidad; asimismo, en la dinámica hídrica, pues permiten la recarga de los mantos freáticos. Si hay alta infiltración, hay agua, incluso en la época seca, a partir de pozos.
El investigador expuso que este año fue muy seco, muy caliente, llovió tarde y mucho, como consecuencia del cambio climático. Ante ello se presentan eventos como la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) ocurridos en Valencia y Barcelona, España.
“Se produjeron lluvias muy intensas que no se alcanzaron a infiltrar, quizá porque los suelos estaban ya muy erosionados y generaron grandes avenidas de agua, que en realidad son ríos de lodo”, sostuvo.
También son vitales para que las plantas tengan los nutrientes que requieren y los ecosistemas sean productivos. “Básicamente, los seres humanos vivimos de la producción de materia orgánica por parte de las plantas”, aseguró.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas más del 95 % de nuestros alimentos y 15 de los 18 elementos básicos químicos esenciales para las plantas proceden del suelo.
Presiones y afectaciones
Entre los grandes problemas que enfrenta el suelo está su cambio de uso, con la reducción de los bosques para convertirlos en espacios para la agricultura. En el estado de Michoacán, por ejemplo, los bosques de pino y encino se transforman en huertos de aguacate debido a la alta demanda que este producto tiene en Estados Unidos.
“Se debe cambiar la percepción de que el suelo es tierra sucia. Hay que protegerlo para tener alimentos sanos, fibras sanas, lo que incrementa la salud y el bienestar de las personas”, concluyó García Oliva.